۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 37

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            (Mención de conductas autodestructiva)

Dos años después.

La última vez que Hermione había comido algo decente para llenar su estomago había sido hace una semana cuando logró robar el almuerzo de un campesino distraído.

Sus tripas hacían ruidos insoportables todo él día exigiendo algo de comer, y el dolor en la boca del estómago no desaparecía, pero ella no tenía más remedio que ignorarlo.

No importaba lo grueso que fuese el abrigo sucio que llevaba puesto, la noche siempre era tan fría que la tenía tiritando contra el suelo casi helado.

A su lado había un arco y su última flecha para cazar que quedaba después de su tarde en el bosque. Durante el invierno era demasiado difícil encontrar buen alimento por ahí, la mayoría de los animales estaban resguardandose del frío.

La castaña suspiró mientras cargaba en su hombro las dos ardillas que había cazado para la cena de esa noche y siguió caminando en silencio. Algunas cuantas lágrimas caían por sus mejillas mientras seguía andando, no importaba cuantas veces lo haya hecho antes, siempre era doloroso tener que matar animales inocentes ella misma.

Al principio había optado por colectar hierbas y vegetales, pero descubrió que muchos de estos suelen ser dañinos si no los hierves, y por su limitación de recursos no podía darse el lujo de gastar agua para hervir o cocinarlos de otro modo.

Mató unas palomas la primera vez, pero estás resultaban ser más que nada plumas y poca carne.

No importaba de todas formas, había hecho cosas peores en el pasado ¿qué más daba ya?

Cuando llegó al frente de la cabaña se limpió la cara con su mano sucia, pasó sus botas por el tapete de la entrada para quitarse la nieve llena de tierra y entró sin tocar la puerta.

No se molestó en saludar, se dirigió a la unica mesa que había en la entrada y dejó caer sus cosas.

—Fue lo único que pude conseguir. — dijo ella aclarandose la garganta.

—El viejo Jeon se comerá la mitad de eso y tu y yo lo que sobre, que felicidad Granger.

—Cierra la boca, sabes que en estas fechas no hay mucho ahí afuera— su compañero rodó los ojos y luego sonrió despacio —No le digas viejo, ha sido bastante amable al dejar que nos quedemos aquí esta noche.

—Supongo que es mejor que dormir bajo un árbol ¿no? Pero peor que en hotel de cinco estrellas— Hermione rodó los ojos.

Ignoró a su compañero mientras caminaba al fogón que ya estaba listo para empezar a azar las ardillas, se movía despacio para no llamar la atención del anciano que estaba dormido en algún lado.

El hombre les había dicho que podían tomar cualquier cosa de su cocina para la cena, y aunque no había mucho Hermione se las arregló para hacer un té manzanilla. Cuando regresó a la mesa las ardillas ya estaban listas para ser puestas al fuego.

Ambos se sentaron frente al fogón para estar al pendiente de que no se quemara, y para calentarse un poco.

—Mañana por la mañana iré al pueblo a...

—Granger ya hablamos de eso, vamos a quedarnos lejos de la gente tanto como podamos.

—Necesito conseguirnos un poco de ropa, quizás pueda encontrar una nueva navaja para seguir haciendo flechas y...

—Granger, ellos saben que estamos cerca, si algo llega a pasar de nuevo se pondrán más alertas y nos cazaran sin cesar por un largo tiempo, como la última vez.

Control |DRACO MALFOY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora