12_No te enamores de Mia

85.6K 8K 3.2K
                                    

Capítulo 12

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 12

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

Un beso no hacía eso. No te ponía temblar o provocaba que tu interior vibrara y tampoco te dejaba sin aliento al punto de temer por tu integridad física.

Por rozar sus labios no podía sentir aquella extraña conexión en la que no deseé arrancar su ropa o follar. Fue distinto a un beso con alguien a quien le tuviera ganas, eso lo conocía.

Sí, moría por besarla desde hace mucho, pero la manera en la que se dio, había cambiado todo. No lo entendía, no me entendía y mi corazón seguía sin calmarse por muchas vueltas que diera evitando llegar a la noria y al bullicio.

Lo sorprendente era que el desbocado palpitar no resultaba doloroso o incómodo en mi pecho, era una sensación nueva, tanto como lo que en ese momento experimentaba al pensar en Mia.

Tenía miedo porque las ganas de volver a la tienda y besarla no eran normales. Mis pies parecían forzarme a regresar, pero temía no saber qué hacer al llegar, a paralizarme o huir por segunda vez. Le temía a lo que estaba sintiendo.

Estaba perdiendo el control de mí mismo. Me obligué a llegar a la noria y localizar a mi familia con tal de ignorar lo que me pasaba.

El espectáculo de fuegos artificiales había terminado y algunos empezaban a retirarse para dejar la feria a los más fiesteros. Despedí a mamá asegurándome que no tuviera nada de alcohol encima y me quedé con Aksel bajo la noria cuando sabía que Mia jamás se uniría a la celebración.

Sobreviví en modo zombi, ahogándome en pensamientos lógicos donde un beso se resumía a un simple roce de labios e ignorando a mi hermano. No paraba de mirarme con mala cara a pesar de estar con un grupo de chicos que bebían y bailaban como si el mundo fuera a terminar esa noche.

La celebración se extendió hasta que los borrachos empezaron a caer y yo, tan sobrio como siempre, tuve que encargarme de un par. Terminamos caminando a casa de Chloe en el silencio de las cuatro de la madrugada y el cansancio de una noche demasiado larga. En mi caso, cargada de emociones que me mantenía en vigilia.

Sabía que no dormiría, por eso ni me preocupé por escoger lado de la cama cuando Chloe nos dejó en una habitación vacía del segundo piso y se despidió para ir a dormir. Fui hasta la ventana para calcular las horas que faltaban para pedir un taxi e ir a casa.

—Acaba de irte con Chloe —dijo Aksel llamando mi atención—. No sé desde cuándo tienes que disimular que vas a follar con alguien.

—No tengo nada con Chloe que me invite a pasar por su habitación.

Bufó como si escuchara una mentira.

—Soy tu hermano, conmigo no puedes crear la imagen que más te convenga.

No te enamores de Mia © [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora