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—Armando Mendoza Sáenz.— Contesté con un suspiro.

—¿Y porqué estás aquí Armando?— Me miraba por encima de las gafas.

—No es porque quiera, me citaron.— Me recliné en el asiento de cuero.

—Sabes porque estás aquí, te sugiero que me digas lo que hiciste.— Cruzó una pierna y su voz era bastante tranquila, pero yo seguía un poco ansioso.

—Golpeé a un compañero del colegio, él me insultó y yo le di un puñetazo en el estómago y ya en el piso le rompí la nariz.—No me enorgullecía lo que había hecho, en absoluto.

—¿Que fué lo que el te dijo? — Preguntó suavemente.

—Que era un chino de papi, que no sé lo que es trabajar duro... además insultó a Mario, mi amigo.— Apreté los puños.— Dijo que no es más que un lamebotas.— Mi mandíbula se apretó y vi a la mujer tomar algunas notas.

—¿Te enojas a menudo Armando?— Se recorrió las gafas a su posición y trate de relajarme, soltando mis puños, puedo apostar que ella lo había visto y claramente sabía la respuesta.

—Si.— Baje un poco la mirada y ella hizo más notas.

—¿Por qué? ¿Crees que puedes explicarme? — Sonrió y automáticamente me relajé.

—No lo sé, pierdo la paciencia bastante rápido y me molesta todo a veces, todo me irrita y no puedo evitar explotar en la mayoría de las ocasiones. No estoy seguro de cuál sea mi detonador.— Suspiré resignado, en verdad no lo sabía, hizo más anotaciones.

—¿Hay algo en casa que te molesta? — Automáticamente fruncí el ceño.

—No lo sé, creo que no.— Concluí. En realidad, si había algo que me molestaba y eran los Valencia, pero no hablaría de eso con esta señora...

—Bien joven Mendoza, puede salir y pedirle a su madre que entre.— Asentí y salí de su oficina... y aquí estaba mi mamá con una mirada asesina, tan solo tenía 17 años creo que estaba en la edad de los problemas.

—¿Y bien? ¿Podemos irnos?— Pregunto bruscamente, a mi mamá no le gustaba ser llamada por el director del colegio, en especial cuando su único hijo varón agarró a trompadas a otro y no solo había que asistir con un concejero juvenil, si no pagar la atención médica del estúpido de Andrés.

—Necesita que pases.— Dije con cuidado, ella me miró una vez más y entro, no pude evitar colocar mi oreja contra la puerta.

Se podía oír mínimamente sus voces, se saludaban.

—Mucho gustó señora Mendoza.— Aquí va, dígale que su hijo es un engendro del mal.

—El gusto es mío doctora Palacios.— Nervios.

—Que le puedo decir, Armando es un buen chico.— ¿Que? ¿Que no escuchó lo que dije? ¡Le rompí la nariz!— Pero comienza a tener problemas con su control emocional, al parecer el enojo no es su fuerte ¿Hay algo que haya cambiado en casa? ¿Algo que lo irrite?— Todo, carajo.

—No comprendo, Armando siempre ha sido algo corajudo pero ¿Un problema? ¿Está segura? En cuanto a la casa, todo parece estar bien, nada fuera de lo normal.— A veces la ceguera de mi mamá me estresa.

—¿Está segura? Parece que hay algo que lo moelsta. ¿Hay algo nuevo? ¿Alguien? Un familiar, amigo etc.— Mi mamá nunca se dará cuenta, puedo apostarlo.

—En verdad, todo bien.— Ahí está.— Tal vez solo quiere llamar la atención.— Suspiró, tal vez si, tal vez no, ni siquiera lo sé.

—Es posible, debe ponerle más atención, preguntarle sobre su día, involucrarse más.— Quiero ver eso.

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—Muchas gracias, lo tendré en cuenta.— Rápidamente retrocedí y me senté en la sala de espera, mis dedos golpeaban el descanso del sofá y mi pie brincaba involuntariamente.

Finalmente salieron, mi mamá seguía teniendo esa mirada de 'asesina' sabía que me esperaba un gran regaño en casa por parte de ella y de mi papá... pero lo hice en defensa propia y así lo mantendría.

— Vámonos Armando.— Ordenó mi mamá.

—Que tengas buen día Armando.— La doctora se despidió y solo le brinde una sonrisa.

Durante el camino a casa mi mamá no dijo nada, su mirada estaba puesta en el camino era como si yo no estuviera en el asiento de copiloto.

Sabía que el regaño no vendría en este momento, mi mamá esperaría hasta que mi papá llegará en la tarde noche para poder reprenderme como es debido... Si, ya había pasado por aquí. Como cuando rompí los juguetes de Camila, cuando ensucie los papeles importantes de papá (solo tenía 6) o como cuando tiré del cabello de Marcela, sin mencionar cuando empuje a Danielito en un charco y el berrinche que hizo María Beatríz por no querer escucharla, sabía perfectamente lo que me esperaba.

—Ve a tu habitación y piensa bien en lo que dirás cuando tu padre llegue.— Asentí y subí las escaleras.

El cuarto de Camila estaba justo enfrente del mío, así que era imposible pasar por ahí.

—¿Ahora que hiciste bobo?— Camila asomó su cabeza por la puerta y fruncí el ceño.

—Nada.— Dije rotundamente.

—Tranquilo, tranquilo ¿También me romperás la nariz? — Se burló.

—¿Cómo es que sabes? — Me volteé hacía ella y la acuse con el dedo.

—Mario.— Rió.— Ha estado marcando todo el tiempo y en una de esas le saque la sopa, habla con él.— Cerró su puerta y entre a mi habitación, estúpido Mario.

Marqué rápidamente el número antes de que me quitarán el teléfono o no, no lo sé.

—¿Que pasó hermano? Me tenía preocupado.— De verdad sonaba exaltado.

—Nada, nada. Me llevaron con la concejera a hablar de mi supuesto problema. Le dijo a mi mamá que tengo problemas de temperamento.— Bufé.

—No me sorprende.— Escuché su maldita risa a través de la bocina.

—¡Cállese quiere! ¡Si no hubiera sido por usted no estaría metido en este problema!— Mario era experto en meterme en problemas y exasperar.

—¡Calmado! Yo creo que la doctora si tiene razón, yaya antes de que me diga algo más, yo puedo ir con sus padres y decir que fue culpa mía.— Explico.

—No, ya di una versión de la historia dejándolo usted limpio, ahora déjeme que me voy a recostar un rato.— Colgué antes de que pudiera hacer una burla más.

Me deje caer en mi cama, aún tenía sangre en mi camisa de la escuela... así que tomé una ducha y a esperar a papá.

Mientras tomaba una ducha reflexione lo que en verdad sucedió.

Mario como siempre le gustaba alardear del dinero que tanto su familia como la mía poseía, nunca me gustó hacerlo, simplemente se me hacía de mal gusto.

Mario molestaba a Andrés por olvidar un material para el laboratorio escolar, es muy caro debo agregar fue cuando se agarró contra mí y él a decir que yo era un niño mimado que no sabía nada de trabajar, estaba en lo cierto, Andrés trabaja con su padre en un barrio no muy lejos de acá, lo he visto; pero me molestó que lo dijera, yo ni siquiera le había parado bolas a él, después dijo que Mario solo está como perro lamebotas detrás de nosotros por dinero, lo que probablemente es cierto pero es mi amigo y no dejaría que lo insultaran, mucho menos a mí.

En un momento lo golpeé y cayó al piso, me ví tan cegado por el coraje que seguí golpeandolo aún cuando dijo que se rendía, la sangre salpicó y cuando me quitaron de encima pide ver lo que había hecho y no estoy para nada orgulloso de lo que hice allí.

Ahora bien, la doctora mencionó algo que me molestaba, Valencia.

Alguna vez jugamos juntos cuando éramos unos chinos en pañales pero desde que entramos al colegio más avanzado comenzamos a cambiar considerablemente, puedo darme cuenta de ello.

Daniel alguna vez fue mi compañero de juego, ahora se goza cuando mi padre lo menciona en la mesa que hemos llegado a compartir...  No me molesta admitir que es mejor que yo, pero me molesta esa mirada de superioridad que envía, por otro lado tampoco es como que yo haya hecho lo posible para mantener orgulloso a mi padre, eso me tiene molesto, aún más que hoy la embarre y no seré digno de sus felicitaciones.

Golpeé la pared del baño y tomé una toalla, había terminado ya.

—¡Armando!— No me irá bien esta noche.

Baje las escaleras, la voz provenía del comedor así que me acerqué con cuidado.

—Toma asiento por favor.— Lo hice, al otro extremo, mi madre estaba a su lado con esa misma mirada.—¿Puedes decirme que sucedió Armando?— La voz de mi padre no era fuerte o sonora, pero si era dura y firme, no hacía falta que me gritara para saber lo molesto que estaba, su entrecejo fruncido, su tono, y sus manos entrelazadas encima de la mesa, además de que estaba reclinado hacía enfrente.

—Golpeé a un compañero del colegio por llamarme niño de papi... e igualmente insultó a Mario, no pude detener mi coraje y lo golpeé.— Traté de sostener su mirada, pero no pude al final, él se colocó más recto.

—¿Estás conciente de lo mal que estuvo? Creo que lo sabes, ya no eres un pequeño que hace rabietas tontas.— No quería hacer rabietas 'tontas' pero me estaba molestando ya.— Y claramente sabes que estás castigado Armando y te vas a disculpar con ese chico.— Me levanté de la mesa abruptamente.

—¿Porqué me voy a disculpar? Cuándo fué él que me insultó, fué él que comenzó todo.— Apreté los puños y mi mamá me hizo una seña para que volviera a sentará y obedecí.— Lo siento...— Dije entre dientes.

—Probablemente él comenzó todo, pero tú no debiste llegar a los golpes y tu madre ya me contó lo de ese 'temperamento' — Hizo comillas con sus dedos.— Pero no es ninguna excusa ¿Me oyes? Te vas a disculpar, vas a venir aquí después de la escuela e irás conmigo a la oficina por una semana.— Asentí, estaba más molesto claramente.— No entiendo como es que te puedes comportar así ¿Por qué no te comportas como un joven de tu edad...— Aquí va, lo sé...— Vete a tu habitación.— Me levanté inmediatamente.

—Si papá, con permiso.— Subí las escaleras pero regrese tres escalones.

—¿Que es lo que le ocurre, Margarita? — Mi papá se oía irritado.

—La doctora hablo conmigo, necesita más atención.— La voz de mi mamá no sonaba compasiva.

—¿Más atención? Lo tiene todo, ambos jovencitos tienen todo, ¿Cómo es que Julio y Susana no tienen este problema con Marcela o Daniel?— Tenía que mencionarlo... ¡Maldita sea! Cerré los ojos y los puños.— El chico es de la misma edad que Armando y no tiene problemas de atención.— Subí las escaleras rápida y cautelosamente, me encerré en mi habitación.

Me dejé caer contra la cama nuevamente, no me importó tener la cama perfectamente tendida, no me importó no cenar está vez, no me importó, porqué después de todos no les estaba importando, con un par de lágrimas de coraje me quedé dormido.







Hello There

Aquí está, un nuevo capítulo de una nueva historia. ಥ‿ಥ Sinceramente estoy nerviosa, porque es crear una historia relativamente de 0 ya que tenemos el futuro pero no el pasado de nuestro personaje principal, espero poder con ésto.

Leí que Camila, la hermana de Armando es más chica, así que será así, aquí el tiene 17 y ella tendrá 15, por lo que se llevarán dos años solamente, Armando, Daniel y Mario tendrán la misma edad y probablemente Marcela y Camila compartan edad y María Beatríz será un año más chica que ellas por lo que tiene 14 años ¿Hice bolas? Creo que sí jaja.

Me da miedo pero Opiniones.

Deja un comentario o una estrellita recuerda que es gratis y me hace feliz. ಥ‿ಥ

O EL MATRIMONIO VALENCIA ERA BUENOS PADRES, o su manera de educar era mejor o mas asfixiante que la suya de solo "no lo vuelvas a hacer 🙄👆" y no arreglar nada AAAAAAAAAAAAAA ME CAUSA VIOLENCIA

2a atrás

1
AAAA LOS ODIO MATRIMONIO MENDOZA, POR A VER ENGENDRADO A L HIJO DEL DIABLO Y NO SABER DAR AMOR A LOS PENDEJITOS DE SUS HIJOS

2a atrás

1
-Me siento solo.Where stories live. Discover now