Madness

CAPÍTULO TREINTA Y UNO

Mánchester, Inglaterra.

02 de febrero de 2021

Alice Smith.

Cuando me asomé por la ventana parecía que iba a ser un día bonito, incluso el sol estaba en todo su esplendor.

Ahora estoy refugiándome en una tienda por la fuerte lluvia. Que bueno que no alcancé a empaparme, mi ropa es cara y no me gustaría arruinarla.

Resoplo, sentándome en una de las pequeñas mesas de la tienda. La gente no para de entrar, seguro lo hacen para refugiarse.

Saco mi celular jugándolo para entretenerme. Escucho la campanilla de la tienda, alzo la mirada viendo a un chico alto y pelirrojo, completamente mojado. Junto a él una chica se quita una chaqueta de la cabeza, descubriendo su cabello negro.

—¡Lo logré! No se arruinó mi cabello. —Dice la chica, emocionada.

—Hiciste que me quitara la chaqueta para cubrírtelo. —Escucho murmurar al chico. —Seguro me voy a resfriar después de esto.

—No chilles.

No puedo evitar sonreír al mirarlos. ¡Son adorables! Una pareja muy bonita, la chica se percata de que los estoy mirando.

Intento desviar la mirada, pero ella jala al pelirrojo hacia el otro lado y se cruza de brazos. Vuelvo a mirar en su reacción y ella sigue viéndome con una mirada sombría.

Entonces ella camina hasta mi mesa, el chico llamándola, sin embargo, ella no le presta atención. Saca una silla frente a mí y se sienta.

—Ah... Hola. —Le doy una sonrisa tensa.

La chica es hermosa, sus rasgos son delicados, pero a la vez tiene esa expresión de que te golpearía en cualquier comento.

Me remuevo incomoda, su mirada es realmente pesada. Dios, no debí mirarla hace unos momentos. Seguro se ofendió.

Para mi sorpresa la chica sonríe, llama al pelirrojo que se sienta a su lado.

—Hola, veo que estás sola aquí. ¿Refugiándote de la lluvia? —Su acento británico es muy marcado.

—Sí. —Sonrío un poco más relajada. —Aunque debo admitir que me gusta mirar la lluvia.

—También me gusta, muchos creen que la lluvia anuncia la muerte. —Dice la chica como si nada.

Frunzo el ceño, el pelirrojo le da un pequeño empujón a ella. De nuevo me siento incomoda, su expresión agradable ha vuelto a cambiar y...

—¿Cuál es tu nombre? —Irrumpe el pelirrojo. Lo observo un poco mejor, esperando que la chica no se ofenda.

Sus mechones rojos caen por su frente, húmedos. Su rostro está repleto de pecas rojizas y sus ojos son de un verde intenso. Es guapo, siento mis mejillas calentarse.

—Alice. —Murmuro. —Alice Smith.

—Wow, conozco a una Alice. —Vuelve hablar la chica. —Lastimosamente ella murió.

—Lindo nombre, yo soy... —Se queda callado, pensando. —Bueno...

—Yo soy Khadijha, mucho gusto. —La chica extiende su mano, la estrecho y noto sus palmas callosas.

—Nunca había escuchado ese nombre.

—Significa... —El pelirrojo le tapa la boca.

—No significa muerte, ni nada de eso. —Habla nervioso.