- ¡Tierra a la vista! -
Como era de esperarse estaba nervioso, pero al mismo tiempo entusiasmado, por conocer nuevas tierras.
Sin duda sería algo nuevo, una aventura.
(Puerto de palos, 3 de octubre 1492)
Explotariamos nuevas tierras, o eso decían los rumores.
Había demasiados hombres, tal vez 100. Subiriamos a embarcaciones diferentes, para ser exactos tres, La Niña, La Pinta y La Santa Maria. Las habían nombrado para que hubiera un poco de orden
Yo subiría al segundo, La Pinta.
Se escuchaban murmullos y rumores, por todo el puerto, sin duda era un caos. Y pronto subiriamos a los barcos.
Habían pasado casi 25 minutos, cuando las voces cesaron.
- ¡Todos abordo! - Era el capitán quien dio la orden, gritaba desde uno de los barcos pero no logré distinguir cual.
Hice lo que se ordenó, subiendo a la segunda embarcación.
(Océano Atlántico, 12 de octubre 1492)
Había pasado demasiado tiempo desde que aborde la embarcación, y aunque habían hecho algunas paradas, el viaje se me hacía eterno.
Eran casi las 2am, todos dormían, pero para mi era imposible. Hacía días que me era imposible.
Para mi suerte alguien gritó
- ¡Tierra a la vista! - Habíamos llegado, conocería nuevas tierras. Sería todo una nueva aventura.
