Maria
-Bien entonces esperemos- Dije sentándome -Descansen-.
-Maria ¿Cómo puedes estar tan tranquila?- Preguntó Marck sentándose a mi lado.
-¿De qué hablas? estoy muy angustiada- Dije y era verdad.
-No lo pareces- Dijo Aura acercándose.
-Bueno ya lo dije antes, aunque si estoy angustiada debo calmarme para saber qué es lo que pasa con los oniros- Dije cerrando los ojos -Puedo ver lo que ellos ven-.
-¿Y qué están viendo?- Dijo Marck.
-Veamos Fantaso está en un pueblo solitario, pero solo eso solitario, Fobetor está cerca de una montaña supongo, pero no parece haber nadie y Morfeo esta...- Brinqué del sillón y caminé hacia Cristhian.
-¿Maria?- Escuche a Marck decir.
-Oye Cristhian necesito tu auto- Dije seria -Vi a alguien-.
-¿Felix?- Cristhian se levantó de su lugar.
-Puede ser, pero puede que no- Dije mirándolo -Es alguien que está herido y necesita ayuda-.
-Bien, vamos- Dijo, pero lo detuve.
-No, voy a ir con Marck y con Aura tú quédate y descansa hombre- Dije y Cristhian obedeció -Si es Felix lo traeré para acá si no lo es solo lo llevaré a un Hospital-
-Aura, Marck Vámonos- Dije -Tu también Tláloc- salimos de casa.
Subimos al auto y conduje, Marck iba de copiloto y en el asiento trasero Tláloc y Aura mantenían una conversación.
-Oye Maria- Dijo Marck -¿Era Felix?-.
-Eres igual que Cristhian- Dije riendo -No lo sé, es alguien herido-.
Marck solo miró al frente, el camino fue callado.
-Yo estuve aquí - Dijo Tláloc.
-Bien aquí es- Baje del auto -Vamos-.
Los chicos bajaron del auto y me siguieron por un largo camino.
-¿Una mina?- Dijo Marck -Parece estar vacía-.
-Si, es una mina- Dijo Tláloc -No hace mucho vine aquí, una chica mexicana me llamó, pero para cuando llegué la chica parecía estar aterrada, no pudo decirme nada, inspeccioné la zona, pero no parecía haber nada-.
-Morfeo está cerca- Dije pensando en lo que Tláloc dijo.
-Revisemos- Dijo Aura .
-Veamos a Morfeo- Levanté mi mano y la cerré -Wow-.
La vista era impresionante, al parecer había unos 10 espíritus cuidando la entrada de una cueva algo ocultaban.
-Oh, parece que tenemos visitas- Dijo una voz femenina detrás de nosotros - Es mejor que se alejen-.
Los chicos voltearon y yo abrí mi puño rápido.
-¿Quién eres?- Pregunté mirándola.
- ¿Me escucharon? - Dijo acercándose a mi -Váyanse-.
-Uh que lastima- Sonreí de lado -No nos iremos primero entraremos a esa cueva-.
-No lo creo- Dijo la chica -Son simples humanos no podrán entrar.
-No nos subestimes- Dije mirándola más cerca -Déjanos intentar-.
-Pfft ¿Tienen tendencias suicidas?- Dijo muy seria.
-Si no sabes cuanto- Dije enderezándome -¿Entonces?-.
-No me haré cargo de sus cuerpos- Dijo la chica.
-Genial- Dije dando la vuelta hacia la cueva que estaba cerca -Vamos chicos-.
Caminamos muy poco y antes de llegar me concentre.
-¿Qué haces?- Dijo la chica.
-Oh nada, me despido mentalmente- Dije riéndome.
Seguimos caminando, en realidad iba controlando espíritu a la vez y con ayuda de los oniros iba deteniendo a otros.
-Imposible- Dijo la chica cuando llegamos a la entrada de la cueva -De casualidad ¿Conocen a Felix?-.
-No- Dije entrando a la cueva con los chicos detrás.
Mentí porque sabía que si había tanta seguridad era por que la persona allí dentro era importante.
-Oye tu- Dijo la chica en la entrada y cuando voltee a verla alzó la mano
Oh no, ¿este pueblo está repleto de dioses?
- ¡Maria! - Gritó Aura, cuando la mire era detenida por un tipo fuerte, también Marck estaba con ellos.
-Bien ¿Y ahora qué?- Dije mirando a la chica.
-Bueno, morirán igual que su amigo- Dijo la chica y todo fue oscuridad...
Recuerdo Maria
-Maria llegaron seis clientes- Dijo mi madre -Ve por su orden-.
-Si mamá- Dije y fui a atenderlos.
Cuando me acerque pude distinguir a cuatro chicos y dos chicas que estaban serios todos, pero hablando entre sí.
-Hola soy Maria yo voy a tomar su orden- Dije sonriendo.
-Gracias queremos Mmm tacos- Dijo un chico lindo que parecía ser el menor -Por favor-.
-Claro- Le guiñé un ojo y fui por su orden.
Los chicos parecían muy concentrados pero una vez que probaron la comida una sonrisa se dibujó en sus rostros.
-¿Es la primera vez que vienen?- Pregunté.
-Si, no tiene mucho que nos mudamos- Dijo una de las chicas.
-Muy bien, se van a enamorar de este lugar- Dije sonriendo -Provecho-.
Fin del recuerdo.
Podía sentir el suelo frío debajo de mí, las manos sujetadas con algo y las piernas inmóviles.
Abrí los ojos lentamente y frente a mi estaba una de las peores escenas.
-¿Marck, Aura y..?- Dije viendo a los chicos en la misma posición.
Aura lloraba en silencio estaba asustada, Marck hacía lo mismo, pero estaba segura de que no era por miedo ya que miraba a la persona en medio de ellos.
- ¿Ese es...- Dije abriendo los ojos lo más que pude -...Felix? -.
Marck solo me miró y asintió, en ese momento un escalofrió recorrió y el enojo me estaba comenzando a controlar.
-Felix- Dije -Despierta-.
-Oh no, él ya está inconsciente, las cadenas que los sujetan son inframunditas- Dijo la chica de hace un momento -Estas consumen el alma en cuatro días y el lleva tres, es un Dios así que para ustedes será suficiente con un día-.
-¿Cómo me las quito?- Pregunte tranquila.
-No puedes, solo un Dios del inframundo puede hacerlo, los humanos como ustedes no pueden hacer nada- La chica se reía.
-¿Por qué ellos tienen la boca cubierta?- Dije viendo a Marck y Aura.
-Porque no se callaban así que los hice callar- La chica lo decía como si nada, pero me estaba comenzando a hartar.