Sus ojos rebosantes de curiosidad escaneaban con gran atención las impresiones de tinta sobre el papel del cual les había hecho entrega el profesor Yaga. Dicho de otra manera, era un folleto bastante seductor sobre dos lugares que se encontraban a alrededor de una hora de la capital nipona; uno de ellos era un tríptico del Monte Takao ubicado en la ciudad de Hachiōji, y el otro se trataba de la Playa Zushi la cual se ubicaba en la ciudad del mismo nombre en la prefectura de Kanagawa.
Si bien ambos lugares se mostraban majestuosos e idóneos para unas vacaciones de primavera, la montaña había capturado más su atención, el follaje con distintas tonalidades de verde y naranja parecía un mar cubriendo toda la montaña hasta su base, incluso daba la sensación de que si se aventara sobre los árboles caería en una cama de suaves hojas, aunque sabía perfectamente que la realidad no funcionaba así. Además de ver la naturaleza cubrir el paisaje, también podía visualizar la ciudad al fondo como si fuesen casas para hormigas por lo pequeñas que se veían gracias a la altitud. Su piel se enchinaba de tan solo el pensar en navegar entre el bosque del monte a la vez que admiraba las decoraciones del templo que ahí se encontraban. Cabe destacar el increíble teleférico que permite estar más en contacto con la naturaleza al subir a diferencia del funicular; inmediatamente en una de las paradas de los telesillas se encuentra el restaurante Beer Mount el cual ofrece deliciosa comida con una vista sorprendente, y ni mencionar de cómo se ve la ciudad con sus luces encendidas a lo lejos, además, el lugar también cuenta con una zona especial en la cual acampar gratis y aguas termales perfectas para descansar después de un largo día paseando por la montaña.
La otra opción era la playa de Zushi, si bien cualquiera podría decir que lucía casi como cualquier otra playa que podrían encontrar en dónde fuera, los atractivos a su alrededor también eran algo de peso para convencer a los turistas de visitar sus tierras, ya que al ser otra ciudad los chamanes en formación que fueran a éste lugar podrían darse el pequeño lujo de turistear un poco. El agua cristalina del mar colisionaba con la arena cálida de la orilla y dicho escenario se acompañaba de unas cuantas colinas al fondo arropadas con plantas verdes. Dependiendo de la hora del día se podría encontrar desde grupos aficionados de bailarines pop ensayando sus coreografías hasta surfistas en la caza de la próxima ola. Un romántico destino es el Parque Hananoki cuya temporada perfecta de visita es primavera para poder disfrutar de más de quince mil azaleas darle vida al parque con sus hermosos colores rosas, blancos, rojos y púrpuras claro en su mayoría. Pero si no podías visitar Hananoki en la temporada de flores, perfectamente se podía asistir al Parque Hiroyama en el cual podías admirar la ciudad desde un punto algo elevado que además contaba con un pequeño zoológico. Y no podía faltar el lugar para hospedarse: Riviera Zushi Marina, el cual ofrece comida exquisita con unas vistas increíbles al mar, una zona para practicar deportes como el tenis, diversos eventos acuáticos como la navegación a vela, la pesca, y paseo en yate. Sin duda alguna era el lugar ideal para descansar, sería parecido a estar en Miami pero sin perder el toque japonés.
Esto había llevado a la clase a debate, aunque la discusión en realidad era entre Satoru y (TN), quienes sostenían el folleto de la playa y el de la montaña respectivamente. Todo lo anteriormente planteado lo habían usado como balas de munición para sus argumentos de por qué era mejor ir a un lugar u otro, intentando convencer a Getō e Ieiri para que les siguieran a la opción que querían. Ambos miraban a uno y al otro tirar razones según ellos válidas en silencio, ellos estaban bien con cualquier opción, aunque de cierto modo se inclinaban más por ir a la montaña.
—Saben que esto es una misión, ¿cierto? —cuestionó Suguru al notar cómo se emocionaban más por el lugar dejando de lado el verdadero motivo por el que debían ir a esos lugares—. No son vacaciones.
—¡Bah! —bufó el peliblanco—. Llegamos, acabamos con las maldiciones en menos de una hora, ¡no! En menos de treinta minutos, y tendremos el resto de la semana dorada para disfrutar en las paradisiacas aguas de Zushi.
—¡Querrás decir acampando en Takaosan! —contraataco la muchacha.
—Qué forma tan extraña de decir "nadando en la playa".
—Puff, ¿para qué ir a la playa cuando corres el peligro de pisar una aguamala escondida en la arena y que tu viaje quede arruinado? —señaló la chica.
—No hay de esas cosas en Zushi.
—¿Cómo sabes?
—Mi intuición me lo dice. Además, ¿para que quieres ir a una montaña donde nos pararán jodiendo los insectos todo el día y la noche?
—¡Duh! Usa insecticida.
—¿Y si nos ataca un oso? ¿Qué harás? ¿Echarle insecticida a los ojos?
—¡No hay osos en el monte Takao!
Sus compañeros solo fungían como espectadores a su absurda discusión, no tenían nada malo de peso que decir sobre el lugar al que quería ir el contrario, por el que solo aventaban teorías tontas al azar. Getō le echó una mirada a Ieiri, ella supo exactamente lo que quería decir: era momento de ponerle fin a esto. La castaña escribió en dos tiras de papel "playa" y en otras dos "montaña", después los dobló y los colocó en su lapicera para revolverlos. El profesor Yaga había sido claro en que no irían los cuatro juntos a un solo lugar, ya que ambos destinos requerían de su presencia y debían acabar con la amenaza lo más pronto posible antes del inicio de la semana dorada ya que en esa época es cuando todo se llenaba de turistas. Desde un principio se había dicho que dos irían a la montaña y dos a la playa, pero ellos serían los encargados de ponerse de acuerdo quién iría a dónde. Para evitar quejas y que las posibilidades de todos fueran las mismas, Shōko sacó uno de los papelitos al azar, luego le ofreció a Suguru sacar otro sin ver cuál elegía, después se lo ofreció a (TN) quien también sacó uno de los papeles sin mirar, y por último Satoru que siguió los mismos pasos que sus compañeros para tomar un papelito.
Al desdoblar los pedazos de hojas de cuaderno que habían agarrado sin saber cuál su contenido, sus expresiones lo decían todo.
¿Un viaje a la montaña o un viaje a la playa? ¿Qué destino aguardaba a los dúos formados al azar?

jul. 17, 2021
ESTÁS LEYENDO
Crystal Petal ──GOJŌ S.
Random✎ El destino de Gojō Satoru y su mejor amiga de la infancia ya estaba tejido desde el albino nació por obra de los intereses ocultos de sus clanes. Gojō no podía verla ni en pintura durante su infancia, y su amiga se atormentaba por las altas exig...