Capitulo 24

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Alcina está regañando a sus hijas después de que regresaron luego de escaparse. Donna y yo nos quedamos en la mesa de té.

- Sabia que eras talla S, te queda muy bien el vestido que te obsequie - habla Donna atraves de la muñeca Angie.

- Gracias por este lindo detalle - bebo de mi taza - Tienes mucho talento en costura Donna.

- Fabricar es mi pasatiempo favorito.

- Por cierto, ¿por qué no muestras tu rostro?.

- Así me siento más cómoda - tengo tanta curiosidad de saber que es lo que oculta ese velo.

- Ya veo...- lo único que e notado de la personalidad de esta mujer es que es alguien muy tímida y antisocial ya que usa a su muñeca para comunicarse con los demás. También es algo infantil por qué incita a que Lady Dimitrescu y Heisenberg peleen en cada reunión familiar - ¿Podrías mostrarme un poco?.

- Te mostraré pero solo la parte bonita - Angie aparta un poco el velo de Donna mostrando un rostro joven y bello.

- ¿No te gusta que vean tu cicatriz?.

- La cicatriz muto de forma horrible ahora más que una cicatriz es un tumor. Así que es un no definitivo.

Mi Lady regresa con nosotras a la mesa.

- Discúlpame hermana, mis hijas están en una etapa de rebeldía.

- No hay problema, tu dales su merecido, además disfruto mucho de la compañía de Meribeth ella es simpática, curiosea como una gatita perdida.

- Se están conociendo mejor ahora ¿e?, me pregunto qué tan curiosa has sido con Donna - conozco ese tono celoso en su voz.

- Muy curiosa - suelta Angie maliciosa.

Estoy segura de que quiere empezar una discusión entre nosotras pero eso no va a pasar.

- Para nada Lady solo quería saber por qué esconde su rostro - acaricio su pierna por debajo de la mesa, rozando muy cercas de su entrepierna. Cambiando los celos de mi Lady por una sonrisa seductora.

- Y de seguro pensó que era hermosa - continua la muñeca.

Sin embargo estamos tan consentradas en las ganas que nos tenemos.

- Sabes que nadie te supera mamasota - pero yo sobre todo consentrada en hacer sentir segura a mi Lady al desplazar mi mano acariciando ahora en su ingle adentrándome cada vez más entre sus piernas. Jadea en lo bajo mientras bebe de su copa de vino.

Donna y su muñeca guardan silencio por un momento - Me parece una falta de respeto, seguimos aquí.

°°°

Después de atender la visita de Donna sin poder aguantar asta llegar a la habitación de mi Lady comenzamos a hacerlo en las escaleras.

Fui directo a sus grandes tetas devorandolas aún sobre la tela de el vestido. Comenze a desnudarla con prisa, la desesperación por tocarla me está colmando la paciencia, en segundos la tenía gimiendo pues empeze a comerle toda la concha empapada hundiendo mi cara en su entrada.

- Meri dale más a mami - sostiene mi cabeza buscando más el roze de mi lengua con su vagina, sus dedos se enredan entre mis cabellos.

Su desesperación es tan notoria, está mujer para nada es fácil de satisfacer en momentos así.

La penetro con mi mano, mi boca mama su clítoris sin piedad. Mi Lady no para de gemir, ella aprieta sus pechos y abre más las piernas moviendo sus caderas de arriba a abajo guiando mi lengua sobre su clítoris.
En ese momento las paredes de su vagina se contraen apretando mi mano, sabiendo lo que pasará a continuación pego más mi boca a su coño tragandome todos sus jugos dulces y deliciosos. Pero claro que a esta mujer no le será suficiente un orgasmo.

Mi respiración se acelera igual que mis latidos perdiendo la respiración al estar constantemente con la cara entre los labios húmedos de mi lady. Pero eso no me importa, estoy dispuesta a brindarle tantos orgasmos como pueda y así lo hice dejándola muy sensible tanto que su vientre tiembla con cada estimulación.

La madera de las escaleras estaba tan llena de los fluidos de mi Lady al igual que yo.

Después de complacerla un poco más agotadas nos fuimos a descansar a su habitación para poder continuar con nuestro día.



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