Capítulo 31 (Parte 2/2)

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En el condado de Westchester, en la mansión X, se escuchó por los pasillos el grito de uno de los directores de la escuela.

―¡Lorna Xavier Lehnsherr!―grito Charles a su primogénita quien se alejaba del despacho de su papá Charles, luego de que éste la llamara para hablar sobre que su hija salió de los límites que le eran permitidos a los mutantes.

―¡Simplemente Lehnsherr!―grito de vuelta Lorna, encarando a su papá―¡Porque para mí, hace mucho deje de ser una Xavier!

A Charles le dolieron aquellas palabras, pues saber que uno de sus hijos lo detestaba era muy doloroso para él. No se atrevía a leer la mente de su hija, pues una vez lo hizo y terminaron en una fuerte discusión que tuvo que ser detenida por Erik.

―Lorna, bien sabes que debemos de respetar las leyes―la peliverde rodo los ojos, al ver como su papá doncel retomaba la "conversación" que estaba teniendo en su despacho pero que fue interrumpido por ella, al salir del despacho de su papá―los Acuerdos de Sokovia dicen que...

―¡Me importa poco lo que digan esos acuerdo!―semi grito molesta―¡pero parece que a ti es lo único que te importa!

―Me importan porque tu padre y yo firmamos, lo que...

―¡NO, te equivocas!―le interrumpió―¡Mi padre no quería firmar esos acuerdos! ―Lorna miro a su papá Charles con una mirada gélida― Él los firmo porque tú lo obligaste...

―Eso no es verdad...―se defendió Xavier.

―¡Claro que sí! ¡Tu hiciste un trato con ese asqueroso secretario Ross!―la discusión de papá e hija estaba llamando la atención de algunos estudiantes, pero poco le importo a Lorna―Los mutantes no tenemos permitidos pasar algunos límites de territorio, no podemos ir a cualquier parte, no podemos usar nuestros poderes en público; debemos permanecer ocultos como si fuéramos fugitivos o tuviéramos alguna enfermedad contagiosa y ahora, ese secretario quiere colocarnos localizadores para tener el control sobre nosotros y saber en dónde estamos, como si prohibirnos algunos lugares no hubiese sido suficiente. 

Charles no le dijo nada a su hija, pues aunque le pesara, tenía razón. Desde que firmaron los acuerdos y él hizo el trato con el secretario Ross, su gente fue tratada como si de un virus se tratara. Su escuela, se convirtió también en un refugio para los mutantes, incluso familias le había comprado parte de sus terrenos para poder construir casas para vivir ahí.

―Pero lo peor de todo, es que sigues pensando que este es nuestro hogar―dijo Lorna―para mi este dejo de ser mi hogar hace mucho tiempo, para mi es una prisión. ¡Y eso es tu culpa!

―¡¡LORNA!!―la voz de su padre se hizo presente.

Erik fue avisado por uno de los estudiantes que entrenaba para combate, que su hija mayor y su esposo estaban discutiendo. Magneto sabía que su hija mayor heredo varias de sus actitudes y que pelear con Charles era pan de cada día, pareciera que Lorna se empeñaba en buscar siempre una razón para discutir con su papá Charles.

―Si mi padre Erik decide dejarte, me iré con él―dijo la joven sin ver a su padre y viendo fijamente a su papá Charles.

―¡Lorna!―advirtió Erik.

―¡Preferiría mil veces irme con él!

―¡¡Lorna!!―Erik comenzó a acercase a su hija.

―¡¡PORQUE YO TE...!!!

―¡¡¡YA BASTA!!!―grito Erik tomando a su hija de su brazo e interrumpiendo sus palabras que él estaba más que seguro se arrepentiría de decir y no sentía en realidad.―¡¡Discúlpate con tu papá, AHORA!!―le exigió pero Lorna solo apretó su mandíbula.

LOS INCREÍBLES (Superfamily/Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora