Andrew Morgan es un reconocido empresario, dueño de más de diez empresas en diferentes países. Gracias a su esfuerzo, dedicación y responsabilidad en su trabajo, ha logrado una gran fortuna.
La mayoría de las personas me conocen por ser la hija del millonario Andrew Morgan. He tenido amistades por interés durante años, pero me gustaría tener una amistad sincera, que me conozcan por mi cuenta y no por la influencia de mis padres. Las personas son egoístas e interesadas. Se fijan en el exterior de una persona y no en el interior. No es que no me guste hablar de mis padres; al contrario, me enorgullece hablar de ellos porque sé por cuánto pasaron para llegar a donde están. Pero a veces, me disgusta o me hace sentir mal.
Los chicos me observan atentamente, esperando una respuesta.
—Sí, soy hija de Andrew Morgan —confieso.
En todo el rato que llevamos hablando, he sentido varias miradas que trato de ignorar, pero es imposible olvidarme de su presencia. Mientras seguimos en esa mesa redonda, no me doy cuenta de que he estado jugando con la mano de Luca. Me estoy aburriendo un poco, así que saco mi celular, coloco los audífonos para escuchar música y le ofrezco uno a Luca, quien lo acepta con una pequeña sonrisa. Ladeo un poco mi cabeza al ritmo de la música y me encuentro con el chico de ojos grises, que me mira fijamente. Tomo nuevamente la mano de mi amigo para jugar con sus dedos y, para mi sorpresa, al levantar la vista, me encuentro con el chico pelirrojo y el de ojos grises, que no me están observando a mí, sino que miran fijamente mi mano entrelazada con la de Luca, quien me sonríe tiernamente.
[...]
Ya en la salida, Stevens está esperándome recostado sobre el auto. Cuando me ve, sonríe.
—Hola, señorita Olivia —me saluda mientras abre la puerta para cederme el paso.
—Stevens, ya te dije que no me gusta que me digas señorita —le digo. Se escucha muy formal viniendo de ti, y como tú eres parte de mi familia, me puedes decir Livvi. ¿Quedó claro?
Stevens asiente antes de hablar.
—Muy bien, Livvi. ¿Cómo te fue? —pregunta mientras enciende el auto.
—Bien, de hecho, ¡hice nuevos amigos! —respondo.
—¡Eso estuvo muy bien, Livvi! Ya dimos un gran paso. Vamos por más, cariño, tú puedes —me dice, y puedo apreciar un toque de orgullo en su voz. Si Stevens me lo dice, es por una razón: si pude dar ese pequeño paso, entonces puedo lograr más, y eso espero.
—Gracias por todo, Stevens —murmuro, dándole un beso en la mejilla—. Y dime, ¿cómo está Mila?
—Bien, está con sus papás de vacaciones en Londres.
—Qué bien, espero que se lo estén pasando de maravilla.
—Sí, hace un rato le llamé y me dijo que se lo estaba pasando increíble en compañía de sus papás y que le alegraba verlos muy felices.
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Quédate a mi lado [En Proceso] [Retomada]
Teen Fiction¿Puede un primer amor ser para bien o para mal? Olivia es una joven sencilla, a pesar de provenir de una familia adinerada. Su vida da un giro inesperado cuando se muda con su familia a California, donde conoce a Luca y Jane, quienes se convertirán...