Profesora de Jennie y mejor amiga de su padre, ¿qué malo podría pasar?
LISA G!P
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Créditos a CrazyImaginaryWorld.
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El hecho de que Mina ya esté en la universidad, Chiquita está todo el día en el colegio y mi hermosa esposa en el trabajo me hacía ver esa enorme casa más vacía de lo normal al llegar a casa.
A lo largo de los años cada uno se iba involucrando más en sus asuntos, Mina de cosa nos llamaba una vez a la semana para reportarse ya que estaba dispuesta a llevarse el puesto del "estudiante del año" en su facultad, Chiquita no había salido tan celebrito como Mina pero con los deportes era todo lo contrario, estaba inscrita en la mayoría de ellos y en todos era muy buena, por otro lado Lisa ya no era tan solo una profesora en la universidad si no también decano y además de que tiene que atender algunos asuntos de la empresa que cada día va creciendo más, por mi parte el escribir y mis libros se ha llevado toda mi atención.
Escuché la regadera del baño, entré al cuarto con cuidado y vi la ropa de Lisa tirada por todas partes lo cual me hizo sonreír y a la vez extrañarme, era muy temprano para que aun esté aquí.
Me desnudé lo más rápido que pude y entré con ella, el agua caía justo en su cabeza mientras ella tenía sus ojos cerrados dejando que ella corriera por todo su cuerpo, me acerqué lentamente y me coloqué justo al frente suyo.
Puse mis manos en su pecho delicadamente ganándome un suspiro de parte de ella, abrió sus ojos lentamente...
Ahí estaban mis hermosos ojos mieles.
-Hola –dijo sonriendo.
-Hola profesora Manobal espero que no le haya incomodado que me haya colado en su baño.
-Nada podría molestarme de mi alumna favorita –dijo y sonreí.
Luego de mucha insistencia de parte de mis hijos y Lisa, decidí regresar a terminar la carrera de Literatura, ya iba en mi último semestre en la universidad y aunque el director de ella trató de evitar a toda costa que Lisa fuera mi profesora para evitar mal entendidos e inconformidades con los demás estudiantes, Lisa terminó siendo mi profesora este semestre.
-¿Qué haces aquí? –Pregunté mientras le daba un ligero masaje por todo su abdomen y pechos.
-Es mi casa Jennie -dijo riendo.
-Lo sé amor, pero por lo general no llegas tan temprano.
-Las cosas en la universidad están algo pesadas con tanto exámenes y proyectos que revisar, apropósito ganaste tu examen.
-Lo sé –dije sonriendo.
-¿Te crees con suerte?
-No, solo que estudie para el examen así que era obvio que iba a ganar.
-Ya veo de donde salió Mina –dijo riendo y me empiné para darle un beso-, me vuelves loca, ¿sabes?
-¿Ah, sí?
-Siempre lo has hecho
Sonreí y rocé mi cuerpo contra el de Lisa, subiendo hasta llegar a sus labios mientras mis manos recorrían cada parte de su cuerpo hasta que por fin logro tocar el miembro duro y dispuesto de Lisa, que pulsaba y anhelaba mi contacto.
-Amor... -dijo en un pequeño gemido.
-¿Lo quieres? -Pregunté masajeando con roces largos y suaves.
El agua creó un lubricante bastante excitante, Lalisa cierra los ojos mientras soltaba uno que otro gemido.
-Si –murmuro ella.
Agaché la cabeza hasta tener su miembro justo al frente mío, paso la lengua sobre la punta de su erección, mientras Lisa intenta no gritar, procedo a lamer desde la base hasta la punta y luego lo introduzco completamente en mi boca, Lisa no aguanta y suelta un leve grito, deslizo la lengua rigurosamente.
La sensación de mi lengua, junto a la sensación del agua, tenía a Lisa al borde de la explosión, pero justo cuando iba a seguir Lisa me detiene.
-Te necesito.
Lisa se sentó en el borde la bañera y me sentó en sus piernas con cada pierna a un lado de ella, Lisa me mira con deseo y jala mi cuerpo hacia ella.
-¿Te he dicho que eres extraordinariamente hermosa? –Sonreí robándole un pequeño beso-. Eres mía Jennie, solamente mía.
Gemí y jaló mi cuerpo más hacia ella con desesperación mientras me besa con la misma pasión.
-Hazme tuya Lisa....Por favor –rogué entre besos.
Lisa me alzó un poco y me dejó caer lentamente hasta que su miembro quedara totalmente dentro de mí haciéndome sacar el primer gemido de muchos.
-Lili... -cierro los ojos y abrazo su cuerpo mientras mis caderas comenzaban a moverse una y otra vez.
-Te amo....Te amo más que a mi propia vida, hermosa –me dijo despacio en mi oído, me despegué un poquito de ella viendo sus hermosos ojos mieles.
-No más que yo a ti mi amor –ella sonrió y me volvió a besar.
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