Harry Potter y la jugada de la muerte

El futuro, la jugada de la muerte

Harry Potter estaba cansando de la vida, después de todo hace 3 meses que había sucedido la batalla de Hogwarts y la verdad es que las ganas de vivir se le habían escapado del cuerpo, todos aquellos que le importaban estaban muertos, Remy y Tonks habían perecido, Ron había bloqueado un Avada que iba por su espalda, Luna había protegido a Colin y a su hermano de un Septumsentra, Hermione murió a manos de Fenrir Greyback, los gemelos cayeron ante Alecto y Amicus Carrow, Neville murió mientras estaba luchando con Bellatrix por la mano de Rodolphus Lestrange, Severus Snape, el valiente espía cayó en manos del mismísimo Voldemort y podía seguir con la lista.

La supuesta victoria sabía tan amarga como toda su propia vida en sus primeros 10 años, o al menos ese era el dolor con el que podía comparar su tragedia; y su realidad era que ahora no tenía nada por lo que vivir, todos por los que alguna vez lucho estaban muertos.

En su cama derrotado, tuvo la idea perfecta, para poder disfrutar la muerte, y de paso tener el último sueño de su vida sin tener que estar con pesadillas; tomo un bote de pastillas para dormir y de 1 en 1 tomo los 4 botes que "necesitaba" en su mente para causar una intoxicación. Nadie tendría idea como había muerto a menos que fueran con algún médico muggle cosa que ningún mago podría pensar, ya que eran bien conocidos por no pensar en los métodos muggle para diferentes cosas; creían que no eran capaces de nada, por lo que normalmente los ignoraban.

Y así, con el último suspiro de su vida, Harry Potter dejo de existir.

La próxima vez que abrió los ojos pensó que todo había sido un sueño, que la vida lo odiaba tanto que no podría morir, después de todo noto que estaba en su armario debajo de las escaleras, era algo por demás desalentador, creer que todo lo que fue su vida había sido un sueño de un niño abandonado a la desgracia de sus familiares, aunque en primera instancia sus pensamientos eran tan líquidos que no había podido retenerlos hasta que se concentró en sí mismo y su forma actual.

Cuando vio sus manos era mucho más pequeñas de la última vez que pensó que había estado vivo, es más, se veían como sus manos a los 9 años, aunque eso era imposible. Harry no tenía la imaginación para soñar con toda una vida y descubrir un segundo después que seguía en su horrendo armario debajo de las escaleras, aunque bueno que podía decir él para eso, al parecer con la magia todo podía pasar; aunque él no creyera en esa basura de la adivinación como si predecir su muerte desde tercer año y hasta el final de su educación no fuera suficiente.

No obstante cuando miro a su alrededor pudo ver qué sí, estaba en su "dormitorio" favorito, vaya cosas más divertidas que le entregaba la muerte o el sueño, no obstante no todo apestaba, podía sentir su magia, que era un pequeño consuelo, tal vez no tenía una imaginación tan grande como había pensado, fue entonces cuando se dio cuenta de que en una esquina una extraña sombra se cernía sobre ella.

Harry, a pesar de que no sabía que era no le causó miedo, era como un viejo amigo, uno que no había visto hace tiempo.

- Maestro - escucho con un tipo de voz espectral, la sombra, sus ojos, unas cuencas sin ellos, profundos como las almas cosechadas en el día se clavaron en los de Harry y repitió "Maestro"

Harry suspiro derrotado, no sabía que había hecho ahora, o si era la famosa suerte Potter, pero esto rozaba lo más raro que le había pasado en la vida.

- ¿Quién eres? - comento Harry de manera tranquila.

- Soy la Muerte, maestro - dijo la entidad, mientras parecía acercarse a Harry, la percepción que tuvo de la entidad fue sentado frente a él de cunclillas.

- ¿Qué querría la muerte de mí? ¿Por qué soy tu maestro? - las preguntas que corrían en la mente de Harry eran muchas más, pero las dos más importantes salieron de sus labios  demasiado rápido.

- Es más como lo que te puedo ofrecer, con respecto a tu segunda pregunta es gracias a que tienes mis tres reliquias - dijo el ente señalando lo que debería ser "obvio" para Harry, ya que aún tenía las reliquias sobre él y el tatuaje en su pecho que el muchacho aún no podía ver lo representaba, el símbolo de "Las reliquias de la muerte".

- Reliquias - menciono Harry, sus pensamientos recordaron la información que había aprendido de estas, cuando se trató de deshacer de la varita de saúco está regresaba a él, así es como supo más sobre ellas, pero pensó que el supuesto nombramiento de 'el maestro de la muerte' era solo de nombre y ahora frente a él estaba una entidad que se hacía llamar la misma muerte.

- Si ellas están ahora unidas a ti, maestro - dijo con voz calmada la muerte - Y justamente por ese hecho es que vine aquí a darte una oportunidad - termino con tono algo lúgubre la declaración.

- ¿Una oportunidad de qué? - pregunto Harry conmocionado, a penas tenía la mente para seguir el ritmo del ente, además de que seguía digiriendo los echo, 1. Posiblemente, no había alucinado nada, 2. Era el maestro de la muerte, 3. No murió y 4. Es un niño de 9 años

- Una oportunidad - repitió la muerte - Una oportunidad de cambiar las cosas, de mejorarlas, de hacer que todo sea diferente con su conocimiento del futuro, puede cambiar las cosas y hacer que las muertes prematuras jamás ocurran, después de todo está guerra se llevó a personas para las que aún no era su tiempo - Harry miro a la muerte y ella a él, las cosas pasaban demasiado rápido en ese momento, pero podía ver en los ojos de la muerte algo "no hay tiempo para pensarlo", por ello Harry lo decidió si podía cambiar las cosas, evitar las muertes lo aceptaría.

- De acuerdo - esas fueron sus palabras antes de que "despertara" por los golpes de su tía en su armario mientras decía 'Arriba chico, haz el desayuno'.

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Lamento si es algo corto.

La verdad no tengo excusa para mi larga espera, excepto que tenía un bloqueo de autor, pero regrese con esta entrega.