Río de Janeiro

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Ella lleva en la piel el color de la noche
Y aunque parece ser fría cual viento nocturno
Alberga en su alma
El más cálido de los susurros

Desde un principio fue difícil de tratar
Pero al final de la travesía
Con paciencia y simpatía
Fue abierto a la medida
Su pecho de primera general.

Dura fue su dictadura
Pero también fue divertida
Las noches a la deriva
Y las mañanas para estudiar
Es de las mejores cosas que me llevo
De su mandato brutal.

La quiero porque me costó
La quiero porque vale la pena
La quiero porque es única en su tipo
La quiero porque es toda una reina.

A ti, querida
Te dedico una poesía baluarte
Para que en cada noche triste sepas
Que tienes a alguien en quien apoyarte.

Sesenta y tres pasos de un viaje intergaláctico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora