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Un galeón es un galeón


Aun no se veía ningún rastro de luz en toda la habitación a pesar de tener enormes ventanales, pues en estos solo se veía la tranquila agua del lago negro que daba la impresión de luz verde y en la cual casi no se podían ver peces nadando por ahí. La razón era que todos aun parecían estar dormidos, todos excepto Draco Malfoy que se colocaba los zapatos del colegio de forma silenciosa y apresurada mientras veía el abdomen desnudo de su compañero de cuarto Gregory Goyle subir y bajar al estar soltando ruidosos ronquidos. ¿Qué que hacía despierto tan temprano?

El problema es que por tres días había intentado ir a ver a Harry Potter a la enfermería, pero en ninguna de esas veces lo logro por sus entrometidos amigotes. Si no eran Granger y Weasley los que le iban a ver, era Lovegood y Longbottom, si no era ellos, eran Finnigan y Thomas, y si no eran ellos tampoco, era una combinación entre todos ellos. En la mañana, tarde y noche a ese chico no le dejaban en paz, haciendo que Malfoy desistirá varias veces en intentar verle, pero cuando llego el viernes decidió ir por una vez por todas. ¿Por qué? Ni el sabia la respuesta... pero ahí estaba, colocándose el uniforme escolar como un maniático a las cuatro de la mañana, para al menos tener dos horas de charla con su "nuevo amigo" con el cual no había hablado...Ilógico.

Lo gratificante para Malfoy es que al despertar no se sintió para nada cansado y eso se debía a que se había dormido dos horas antes, cosa que extraño a su compañero porque sobre todo le falto hacer una tarea algo que nunca dejaba a un lado, pero al final la haría en algún descanso— lo que casi nunca hacía, pues al el gustaba terminar todas sus tares al día—. Tomando su portafolio de la silla, y metiendo los libros que le tocaban en el día, mientras llevaba la varita en la boca, con el cual se daba luz volteaba a ver consecutivamente a su compañero para asegurarse que no despertara ya que si lo hacía tendría que aplicarle un Desmaio. Luego de ver que todo estuviera en su lugar, agarro la bufanda de su escritorio y se la coloco en el cuello para inmediatamente salir de puntitas de la habitación. Cerró la puerta detrás de él y miro el pasillo de puertas de roble, vacío, oscuro y en completo silencio; caminando de forma lenta por el corredor agradecía que la madera bien cuida de su casa no rechinara o sería un gran problema...

Al llegar al pie de las escaleras susurro Nox y la luz de su varita se extinguió, ya no la necesitaba, pues la sala común estaba tenuemente más ilumina por la gran ventana donde pudo ver casi por un milisegundo el calamar gigante pasando. Observo a su alrededor; la chimenea de piedra encendida en una llama verde y el barón sanguinario volando arriba de su cabeza aparentemente dormido. Paso de largo y en silencio, hacia la salida y una vez afuera y después de haber verificado que la piedra que cubría la entrada de su casa estaba cerrada, dio rumbo a la enfermería, sin temer en encontrarse al celador, pues llevaba encima la insignia de prefecto, no tendría por qué decirle algo.

Camino con calma por los rumbos del castillo que estaban moderadamente iluminados por los candelabros de pared. De reojo y sin parar los pasos miro que algunos cuadros seguían durmiendo y no le prestaban atención, lo que le alegro ya que estos llegaban a ser ruidosos cuando veían a un alumno fuera de cama. Una vez que llegó a las escaleras principales del colegio las subió y se preguntó: ¿Por qué rayos iba a ver a cara- idiota-Potter- rajada?, ¿Realmente le consideraba ahora un amigo? Debía ser hacía, ¿Qué otra cosa le aria despertarse a las cuatro de la mañana?, no lograba comprender como es que había terminado aceptado tan extraña relación. Suspiro.

Al llegar al piso donde se ubicaba la enfermería acelero el paso inconscientemente al mismo tiempo que se acomodaba el uniforme y se pasaba una mano por el cabello, algo extraño sin dudas, pero que hizo sin razonar. Una vez que quedo parado al frente de la puerta, vio esta por un corto segundo ¿Había sido buena idea? ¿Y si Potter se molestaba por despertarle? Y si...

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—¿Malfoy? — La roca y adormila voz de alguien al lado del nombrado hicieron que el chico diera un brinco y se girara ala voz, encontrándose con un Harry Potter con el cabello alboroto, descalzo y con expresión de somnoliento, la cual rápidamente cambio a por una de molestia— Así que ahora te apareces, eh— Dijo Harry con tono indignado y el ceño fruncido mientras se acercaba a la puerta de la enfermería y la abría para adentrarse en ella, Malfoy algo ofendido, le siguió con una ceja al techo.

—¿Estas molesto? —Pregunto siguiendo por los talones a Harry. El chico en vez de contestar siguió su trayecto hasta su cama y se hecho en ella sin mirar ni siquiera por error a Malfoy que se quedó parado al pie de la cama—¿Así que no vas a responder? — Volvió a preguntar con un gramo de enojo, Harry que tenía la boca torcida siguió sin responder. Los grises ojos del chico casi desaparecen al momento en que se dispuso a irse, no iba a tolerar a un niño pequeño, pero de repente...

—¿Por qué no habías venido? — Le interrogo Harry aun con la voz gruesa, Malfoy regreso a su posición inicial y vio a los ojos verdes del muchacho, los cual estaban brillosos como de costumbre y que podía ver con facilidad a pesar de que la habitación estaba casi oscura.

—¿Y todavía los preguntas? —Expreso con el matiz de su voz desdeñosa, justo cuando dejo su portafolio en los pies de la cama de Harry y se acercaba al mismo—Tus amigotes ni siquiera se separaron de ti ni un segundo— Explico sentándose en la silla cerca de la camilla —Lo intente, lo juro, pero mañana tarde y noche ahí estaban— Añadió viendo con los ojos entornados a Harry.

—Así que por eso decidiste despertarte a las...— Harry vio el reloj pegado en la pared luego de haberse puesto las gafas—¿Cuatro de la mañana para venir a verme? — Dijo el chico levantando las cejas.

—Bueno...— Malfoy dejo a un lado aquella expresión y les dio peso a esas palabras—Si lo dices así suena realmente raro. Mejor me voy— Informo con un dedo levanto al pararse de la silla y ahora con intenciones de tomar su maletín e irse, pero Harry, que tenía otros planes, tomo la parte de atrás de la túnica del chico y lo jalo, haciendo que se sentara automáticamente en el borde de la cama.

—Oh, vamos hombre, ya estás aquí, ¿Por qué no mejor hablamos? — Ofreció Harry recargando su espalda en las almohadas de su cama.

Malfoy colocando ambas manos en la cama, se giró a ver al chico con una pequeña sonrisa marca en los labios.

—¿Una forma para comunicarnos de lejos? — Consulto nuevamente Malfoy curioso a la par que mordía la punta de su pluma de azúcar que tenía en la mano

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—¿Una forma para comunicarnos de lejos? — Consulto nuevamente Malfoy curioso a la par que mordía la punta de su pluma de azúcar que tenía en la mano.

—Si. Mira— Afirmó Harry emocionado. Moviéndose encima de la cama. Bajo la mano derecha por el borde de esta y levanto su mochila que se hallaba en el suelo para dejarla arriba de la cama y comenzar a rebuscar adentro, ante la atenta mirada de Malfoy que ya hacia sentando al pie de la cama de Harry. Luego de unos segundos el chico saco dos galeones de su mochila y los coló al frente del de ojos grises que le dio una mirada rápida con sus orbes, para volverlos a subir y pedir una explicación silenciosa al respecto, cosa que entendió Harry—Son galeones falsos. Hermione los hizo para poder comunicar...— De golpe detuvo su explicación y se quedó con la mirada perdida, Malfoy que subió su mirada cuando ya no escucho la voz de Harry apretó los labios.

—...nos.

—Con...el ejército de Dumbledore...— Susurro Harry con melancolía observando aquellas dos monedas brillantes que le trajeron algunos recuerdos nada gratos. En ese momento el rubio entendió de sobremanera la actitud perdida del chico, y pudo entenderlo, el también divagaba a veces sobre asuntos del pasado, claro que podía entenderlo...

—¡Así! Ya lo sabia— Soltó de sopetón Malfoy haciendo que Harry volviera a la realidad solo para ver que la mano delgada y pálida del chico— aparte de entrometerse en su visión—, tomaba ambas monedas—...No hagas preguntas—Dijo al ver que Harry abría la boca. No dijo nada, pero sentía que se estaba perdiendo de algo, como que le llegaba a la cabeza un recuerdo...

—Era una buena forma de comunicación— Afirmo el olvidando lo que antes estaba pensado al ver como Malfoy observaba las monedas con dedicación—Estaba pensado que tal vez podrías hacer algo parecid...

—Por supuesto que pudo— Le corto con una ceja levanta—Incluso mejor— Añadió dándole una sonrisa de superioridad a Harry que sonrió de lado y movió la cabeza negativo —Bien... Es hora de irme— Anuncio Malfoy metiéndose a la boca el ultimo pedazo de su pluma de azúcar luego de haberse metido los galeones de Harry a la túnica.

—¿Que? Vaya, paso volando el tiempo...—Susurro el otro levantándose de la cama mientras veía que Malfoy se colgaba el maletín en el hombro y se sacudía el rastro de azúcar de su ropa sin notar que Harry se había acercado con demasía a él.

—Bueno me voy, antes de que tus amigotes vengan— Dijo levantando el rostro y conectando con rapidez sus ojos con los de Harry. Sin importarle lo cercano que estaba a su persona, sonrió y se ganó una de vuelta por parte del chico.

—No son malos...Solo... tienes que conocerlo.

—Ya claro, hablaremos de eso después— Dijo Malfoy pasando a un lado de Harry chocando su hombro con el otro sin usar mucha fuerza.

—No olvides lo de los galeones— Aviso el chico girándose a ver al más alto.

—Ya lo sé idiota— Contesto Malfoy sin voltear a verlo.

Una vez que el silencio reino en la enfermería luego de que el chico saliera, Harry vio a todos lados, todo en silencio, y por alguna razón se sintió con el cuerpo helado ¿Había una venta abierta?



Ω

¿ 𝙶 𝙰 𝚈 ? | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora