Hoy se iba Lila de Madrid y aunque me daba mucha pena, tenía que volver con Marc. Tenía que volver a Valencia, al mundo de las financias.
- Buenos días. -Dije al verla llegar a la cocina.
- Buenos días. -Dijo medio dormida.
- ¿Estás bien?
- Tengo sueño, mi jefe me llamó a las siete y media de la mañana.
- Buena hora. -Dije riendo.
- No tiene gracia. -Dijo rodando los ojos. - Me dijo que podía quedarme hoy aquí y volver mañana si quería.
- ¿Te quedas otro día más?
- Sí.
- ¡Que bien! -Dije abrazándola.
El timbre rompió nuestro momento cariñoso y de felicidad. Dejé a Lila en la cocina y fui a abrir la puerta.
- Buenos días, ¿eres Lía Díaz? -Me preguntó un chico de mediana edad nada más abrir la puerta.
- Sí, soy yo.
- Esta carta es para usted. -Dijo entregándome una carta. - Que tenga buen día.
- Gracias, he igualmente.
Cerré la puerta y miré el sobre. La dirección se me hacia familiar. No tardé mucho en darme cuenta de que era de Ana. Me había respondido.
- ¿Quién era hermanita? -Me preguntó Lila.
- Era un repartidor. Me ha entregado esta carta. Sino te importa me gustaría leerla.
- Claro, ni te preocupes.
Fui con la carta al sofá y me senté. Estaba muy nerviosa por abrir la carta, no sabía que podía encontrarme. Cuando aparté todos mis pensamientos de mi mente, la abrí.
" Querida Lía, recibí su carta y me sorprendió gratamente, no solo porque no nos conozcamos sino porque encontraste mis cartas.
Hacía años que pensaba que había perdido esas cartas y me volví loca buscándolas, por fin esa búsqueda a acabado. Me encantaría recuperarlas, y por ello, está invitada al hotel de mi familia el tiempo que necesite.
Me va a entregar algo que llevaba años buscando y no es para menos, invitarla sin ninguna clase se compromiso. El hotel está cerca de esta dirección, es el único de la zona. Espero que pueda venir pronto y que su trabajo se lo permita.
La dejo aquí mi número de teléfono para ponernos en contacto.
Atentamente, Ana Rivero. "
Releí la carta tres o cuatro veces asimilando las palabras. Aún estaba incrédula de que Ana me respondiera.
- ¿Qué pasó? -Preguntó Lila.
- Es de Ana. -Respondí obvia.
- ¿Ana?
- Te cuento la historia mejor. -Dije. - Para ello necesitas ganas de leer y mucho romanticismo.
- Hecho. -Dijo mientras iba a por las cinco cartas que desencadenaron todo.
- Estas cartas las encontramos en el interior de una pared al tirarla en la última reforma. -Empecé a contar. - Ahora leelas en este orden.
Lila las cogió y empezó a leerlas. Aproveché para hacer la comida ya que eran las dos de la tarde. Hoy tocaba paella para comer, es algo sencillo y fácil de hacer.
- ¿No hay más cartas? -Preguntó Lila entrando a la cocina.
- No. -Respondí. - No sé como acabó la historia ni nada.
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Las cartas del pasado
RomanceTodo comienza cuando la diseñadora de interiores, Lía Díaz, encuentra en una de sus reformas una caja en cuyo interior se hallan las cartas que Pol le mandaba a su gran amor, Ana. Ansiosa, Lía leerá la primera carta y ahí comenzará su aventura en bu...