"Todo se repite otra vez."
Su respiración hace un buen rato se había calmado, dejándome un poco más tranquila, ahora sólo quería verla, ver su estado a través del cubículo, daba vueltas alrededor del baño esperando en una impaciente manera.
— ¿Todo bien ahora? — di mis primeras palabras desde que entré al baño, adentro del cubículo ya casi no habían sonidos de los cuales sacar conclusiones así que sólo esperaba su respuesta directa. — Correcto — se escuchó su voz en un hilo aunque no perdió aquel pésimo humor que siempre ocupaba, sonreí de lado y suspire. — Sal cuando gustes — dije separándome de la delicada puerta que nos distanciaba, me acerqué al lavabo con mi vista hacia el espejo, pronto la cerradura del cubículo fue abierta y Alicia salía de aquel apretado lugar, me observo por el espejo y se acercó, comenzó a lavar sus manos en un completo silencio que yo quería romper. — ¿Que ocurrió? — pregunte y su corta mirada vino cómo un rayo. — Pues yo que sé, algo me cayó mal — dijo restándole importancia, asentí con duda en aquella explicación — Además — cerró el agua y me miró detenidamente — Mirarle la cara Alberto da un poquito de grimilla — completo en una sonrisa de lado, solté una risita, me apoyé en el lavabo, la observé y sin querer en mi mente la analicé y cómo lo presentía me perdí, por unos segundos. — ¿Necesitas algo? — pregunte saliendo de aquellos ojos — Podría jurar que en mi bolso tengo unas píldoras para controlar el vómito — dije y Alicia negó con su cabeza y en sus labios se formó otra leve sonrisa. — No necesito nada — dijo sacando papel higiénico y secando sus manos, asentí sintiéndome levemente inútil. — En verdad si necesito algo — me sorprendió al punto de darme un tanto de risa aquellas palabras. — Si, si... — me limité a decir en un pequeño nerviosismo. — Una chófer — dijo con una sonrisa, la miré con una pequeña felicidad provenir de mi pecho. — Venga, está de suerte porque la taxista hoy trabaja después de las diez — dije comenzando a caminar hacia la salida del baño mientras que detrás mío escuchaba la leve risa de Alicia. — ¿Cobrará más por trabajo extra? — pregunto siguiendo el juego. — Podría hacer una excepción por esta vez — dije comenzando a caminar hacia los estacionamientos.
Nos subimos al coche y fue en ese momento que me di el privilegio de mirarla, en esa poca distancia de nuestros asientos, abrocho su cinturón y me dio una cálida sonrisa que me envolvió en un extraña sensación que me obligue a ignorar, desvíe la mirada hacia en frente y prendí el coche. El ambiente era agradable, en la radio sonaba un bolero, al descubrirlo también recordé lo mucho que Alicia le gustan y se me hizo imposible no voltear a verla aunque sea un segundo disfrutar de aquella melodía, movía su cabeza mientras una sonrisa adornaba su rostro y por un momento me sentí privilegiada de ser su chófer.
Odiaba que el departamento de Alicia quedara tan cerca del cuartel porque siempre que me iba acostumbrando a sentirla cerca, ella tenía que irse.
Hubo un silencio, mis manos estaban en el volante y mi mirada veía la entrada del edificio, un suspiro ligero salió de Alicia cómo si estuviera sonriendo, desabrocho el cinturón, la mire haciendo el mayor esfuerzo para no demostrar que no quería que se fuera y no sabía el porqué de ese constante sentimiento, me miró y entrecerró sus ojos con una débil mueca que me hizo no poder quitarle los ojos de encima. — Raquel — rompió el silencio con su voz en un tono bajo, me adormecí del sólo hecho de escuchar mi nombre salir por su boca y asentí atenta ante sus palabras — Esta bien si no quieres aceptar la cena... — trague saliva sorprendida — Sólo quería hablar contigo — dijo por último, sonaba tan sincera que hizo que mi piel se erizara. — Nunca he dicho que no quiero — solté haciendo lo posible por mantener su mirada en equilibrio con la mía — En Sevilla, ¿Te apetece? — propuse, su sonrisa era evidente. — Me súper apetece — dijo tomando su bolso dispuesta a salir pero de pronto sus acciones se detuvieron y volvió la mirada hacia mi. — Gracias, chófer — dijo saliendo del auto y dándome una última mirada. La sensación que crecía en mi pecho era suficiente para saber que estaba feliz y demasiado.
[POV: Alicia]
Desearía que las escaleras fueran eternas. Mi móvil sonaba, vibraba, en pocas palabras estaba más agotado que yo en tan sólo veinte minutos. Saque de mi cartera las llaves y abrí la cerradura en lentitud y cuidadosamente sin hacer ningún bendito ruido, no era tarde pero para el si lo era y no quería arruinar el gratificante momento que había vivido hace unos minutos con Raquel.
Guarde nuevamente las llaves en la cartera y comencé a caminar mirando por todos lados, buscando al autor de todas las llamadas de teléfono que tenían en la miseria al mencionado.
— ¡Sierra! — se escuchó desde la cocina, me volteé y lo vi con una expresión de tranquilidad que si no lo conociera me transmitiría confianza pero ahora sentía todo menos eso, sus pasos marcaron un nuevo descontrol en mi, fruncí el ceño cuando dejo un mechón de cabello detrás de mi oreja. — ¿Viste mis llamadas? — pregunto mirando mi cuello en un notorio deseo pero me bloquee de tan sólo sentir su pesada mirada — No empecemos cómo la otra vez — dijo comenzando a bajar su mano hasta donde su mirada estaba clavada. — Estaba muy ocupada... — me limité a decir esperando ser librada por aquellas palabras pero no le fue suficiente, su mirada subió lentamente hasta mis ojos, haciendo que tragara saliva de una manera que mi garganta se rasgó. — Ocupada... — dijo acercándose haciendo que oliera su desagradable aroma a alcohol — Siempre tienes la misma puta excusa — dijo acercando su rostro a mi contraído cuello, sentía su intensivo olfateo. — Será porque siempre estoy ocupada — dije manteniéndome lo más recta posible, sus manos hicieron mi cabello a un lado y cuando di un paso hacia atrás el agarre fue inmediato. — Me pregunto que pensará Murillo — dijo apretando mi antebrazo, lo mire confuso — Se debe morir de la envidia — completó con seguridad en sus palabras y dejando su mirada detenidamente en mi cuerpo, con una mirada que se parecía a mis peores pesadillas. — ¿Envidia de que? — pregunte con la valentía en mi postura. — Yo te tuve y ella no — dijo con una sonrisa.
— ¿Estás seguro de eso?.
— ♡ —
en los próximos caps me desconozco completamente kqndpid, espero que le esté gustando 😩
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Cuándo Olvidaré
FanfictionTus ojos bañados en un intenso azul cautivaron mis entrañas, mis sentidos perdieron el control por ti y ahora que no estás no consigo olvidar las noches que me has querido. edits de la portada: @ZahirXOXO ♡