Dejando las cosas en claro.

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Pase saliva tratando de ordenar mis ideas en mí cabeza y aclarar mi garganta, él se dio cuenta y me miró asustado, guardo silencio unos minutos, me dio una sonrisa fingida y siguió hablando.

—Tengo que irme sobrinita— volvió a guardar silencio, supuse que estaba escuchando al interlocutor—. Sam esta acá, si yo le doy tus saludos, aja ella también te manda saludos, un beso y mañana hablamos— agrego y finalmente corto—. Buenos días cariño— dijo dándome un beso pero yo moví la cabeza y me lo dio en la mejilla—. Era Lara, esta de vacaciones en Buenos Aires.

No respondí nada, solo asenti con la cabeza, ¿desde cuándo Lucas llamaba princesa a su sobrina?, si me engañaba yo le estaba haciendo lo mismo, creo que al final lo que duele es el orgullo o quizá yo solo era la que seguía haciendo rollos extraños en la cabeza por el peso de culpa, la pregunta era, ¿Qué sentía yo por Lucas?, tenía que encontrar la forma de averiguarlo.

Tome su cara con mis manos y lo mire a los ojos, se veía nervioso, trataba de esquivar mi mirada y entonces lo besé dulcemente, él titubeó pero finalmente puso sus manos en mi cintura y yo corrí las mías a su cuello, termino por abrazarme completamente y el beso se intensificó un poco, yo baje mis manos a su espalda y de pronto, se escuchó un fuerte carraspeo que nos hizo romper el beso, pero permanecimos abrazados.

—Perdón por la interrupción— dijo Julián notablemente molesto, con el ceño fruncido, recostado en la puerta con los brazos cruzados y los puños cerrados.

—No te preocupes juli, lo dejamos para después, ¿no amor?— respondió Lucas sin soltarme y me dio un corto beso en los labios.

—Pueden aprovechar más tarde cuando Cande y yo nos vallamos al supermercado— exclamo en tono sarcástico y pude notar como apretaba más los puños.

—Voy a hacer café— dije separandome de Lucas y pude sentir la mirada asesina de Julián aún cuando estaba de espaldas.

—Lucas, ¿me podes dar las llaves del Volvo?, por favor ya que vos fuiste él que lo guardo en el garaje.

—Si voy por ellas, las dejé en la habitación.


En cuanto Lucad salió de la cocina, Julián me agarró fuertemente por el brazo y me hizo girarme para verlo.

—¿qué parte no te quedo clara de que no permitas que te toque?— recrimino furioso.

—Es mi novio, no puedo rechazarlo todo el tiempo.

—Sos mía Sam, solo mía y si no querés que le baje los dientes al imbesil este, buscate un pretexto muy bueno para que ni siquiera te mire.

—Soltame que me estas lastimando, no sos nadie para exigirme nada, acordate que lo nuestro es sexo sin compromiso, fue fácil conseguirlo y con esa misma facilidad puede terminarse.

—Estas muy equivocada si pensas que te voy a dejar ir con facilidad me perteneces no lo olvides.

—No soy un objeto Julián, puedo tomar mis propias decisiones, eso no lo olvides vos.

Se escucharon los pasos fuertes de Lucas y entonces me solté. No sé de dónde saqué tantas fuerzas para decirle eso, lo que había entre Julián y yo no solo era sexo, al menos no de mi parte y tenía que reconocer que por un lado me sentía feliz por los celos de Julián, aunque no sabía si los provocaba un sentimiento afectivo o solo era su orgullo de hombre herido.

Lucas y Candela entraron a la cocina, ella abrazó otra vez a Julián muy efusiva y sentí un dolor en el pecho, después me saludó a mi, muy entusiasmada como siempre, yo le sonreí, pero la tencion se sentía en el aire.

Desayunamos ahí, casi en silencio, solo Candela y Lucas hablaban de vez en cuando. Cuando termine subi a mi habitación a cambiarme, me puse unos jeans un suéter ligero. Lucas subió después y me abrazó por detrás, pero me separé argumentando que no estábamos solos y que no era nuestra casa. Él aceptó sin recriminaciones y empezó a cambiarse de ropa y yo baje. Escuche las risas provenientes de Candela en la parte trasera de ma casa, resople y caminé hacia allá, estaba jugando ping pong con Julián quien se puso serio en cuento te vio.

Minutos después llegó Lucas y entonces Cande propuso que jugaremos los cuatro. El juego empezó tranquilo pero de repente Julián empezó a pegarle demasiado fuerte a la pelota mandansosela a Lucas que le respondía de la misma forma.
Candela y yo nos alejamos al ver lo agresivo que de había puesto el asunto. Julián miraba con rabia a Lucas  y se notaba que tenía todas las intensiones de pegarle con la pelota y si no hubiera sido por que Lucas era muy hábil para devolvérsela, lo hubiera conseguido.

Candela me sugirió que entraramos a la casa y no muy convencida lo hice ya que ella prácticamente me arrastró al interior, pero yo estaba sumamente nerviosa por lo que pudiera pasar entre ellos si se quedaban solos. Ella prendió la tele y empezó a cambiar de canal en canal hasta que encontró algo que llamó su atención, era un partido de hockey sobre hielo y grito emocionada porque su equipo favorito estaba jugando.
Más tarde entraron Julián y Lucas que también se emocionó porque también era gran aficionado a ese deporte, así que se sentó al lado de Cande en el sillón.

—¿Acaso te gusta el hockey?— pregunto sorprendido.

—Uy si, desde chica, mi papá lo jugaba, aunque nunca estuvo en un equipo profesional.

—¿A que equipo le vas?

—A Chicago Blackhawks.

—¿posta?, yo también.

—Chocalas amigo— exclamó entusiasmada y le extendió la mano que luego Lucas choco—. Ojalá que ganen, acaba de empezar el partido.

—Cande, ya habíamos quedado en ir al supermercado— dijo Julián serio.

—Pero baby, sabes que cuando los Blackhawks juegan el mundo desaparece para mi, vamos cuando termine, ¿sí?.

—Y vos sabes que eso a mi me aburre.

—A Sam también— intervino Lucas.

—Entonces ustedes, par de aburridos, vayan a hacer las compras mientras mi amigo Lucas y yo vemos el partido.

—Sí, buena idea y de paso traigan unas cervezas— agrego Lucas.


Julián me miró y entro a la cocina por las llaves del coche que había dejado ahí cuando se las dio Lucas. Yo no estaba muy segura de ir, lo que menos quería era que empezara con reproches otra vez, pero al ver que Candela y Julián estaban entusiasmados viendo la tele y yo no encontraba otra cosa para hacer, decidí acompañar a Julián, al fin y al cabo íbamos a ir a un lugar lleno de gente.


















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Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora