Búsqueda Moroi. Razas De Sangre. Libro 2

Capitulo 38. Apocalipsé.

Todo se fue al carajo.

Giovanni deshizo el campo de fuerza, pues era defenderse o morir. Todos estábamos atacando y defendiéndonos como podíamos.

Varios strigois comenzarón a juntarse alrededor mío, saqué la lámpara de luz ultravioleta y la dirigí al primer strigoi cercano que encontré, esto me ayudó para tomar un poco de ventaja.

Me aferré a mi estaca, en estos momentos la estaca de plata era mi mejor aliada, estaqué a dos strigois que me iban a inmovilizar. Me di cuenta rápida y espantosamente que trataban de arrastrarme de ahí, no intentaban matarme... me querían con vida.

Sarah a lo lejos peleaba con su elemento a favor: el fuego, líneas hipnotizantes iban y venían conforme sus veloces movimientos. Todo el cuerpo de Zed emitía una luz plateada, adiviné que probablemente era la runa Silver, una runa de protección, por supuesto la luz plateada destacaba tanto como sus ojos color azul eléctrico que se tornaban así por la magia rúnica.

Por más que luchábamos no podíamos con tantos strigois, tarde o temprano perderíamos, podía presentirlo.

Se me hizo un nudo en la garganta cuando entre tantas voces distinguí la voz de Derek, y como no iba a destacar, si acababa de pronunciar la frase para activar la runa Solaris. Derek estaba peleando duramente con dos strigois pero aun así pude ver fugazmente que su mano se dirigía hacia una dirección: Alexander.

Ian lo tenía sujeto con ambas manos alrededor del cuello, la estaca de Alexander estaba en el suelo.

Y entonces un flashback vino hacia mí.

En las prácticas una vez había pronunciado la frase para activar a Solaris, pero en eso perdí la concentración por que Sarah se contactó conmigo por medio del vínculo, aunque fue solo un segundo lo que perdí de concentración, cuando traté de activar la runa esta no funcionó.

Zed me había dicho que una vez que pronunciabas la frase y no activabas la runa de inmediato, esta no funcionaba. Tendrías que volverla a dibujar y repetir el proceso.

Eso fue lo que suedió con Derek, los strigois aparecierón en el momento menos oportuno.

Tan tarde caí en la cuenta de que siempre ignoré el hecho de que Ian probablemente conocía al igual que Zed la magia rúnica, el plan de Ian resultó mejor que nuestro plan... prácticamente al ser un strigoi tan temido y con tanto poder bien podía ser un capo de los strigois, el hecho de que siempre apareciera solo era solamente una fachada para confiarnos. Que equivocados habíamos estado siempre.

Que tonta fui, como no pude darme cuenta de lo que nadie más pudo.

Todo esto era mi culpa.

Entonces un ruido tan aterrador me regresó de regreso al presente.

El sonido del cuello desprendiéndose del cuerpo de Alexander fue tan grotesco que sentí la bilis subirme por la garganta, su cuerpo cayó al suelo con un golpe amortiguado por la nieve que había, y en las manos de Ian estaba la cabeza, la sostenía tan triunfante como si se tratase de un trofeo, algunas venas y nervios colgaban aún mientras chorros de sangre salían.

No podía imaginar el dolor de Derek, pues anteriormente me habia contado que Alexander era prácticamente la reencarnacion de su antiguo humano asignado que habia decidido volverse strigoi.

-¡Noo!, ¡desgraciado! -gritó Derek.

Mientras peleaba sentí como unas lágrimas se fugaban de mis ojos.

De reojo ví que Isaac y Carolena peleaban contra más strigois, en eso otro strigoi tomó del cuello a Carolena, pude ver como aruñaba con desesperación el brazo del strigoi, pero no podía safarse, el strigoi iba a matarla. Isaac se dio cuenta de esto y dejó de pelear contra los demás para dirigirse a por el strigoi que tenía atrapada a Lena, subió su estaca en alto, y la dirigió velozmente hacia los ojos de este, el strigoi cayó... y segundos después Isaac también.