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Draken caminaba ansioso, mirandoa su acompañante con cautela. Lucía tímido y no había dicho ni una sola palabra desde que habían abandonando su casa. Sus manos seguían entrelazadas y no les importaba mucho que las tuvieran tan asquerosa mente sudadas. Parecían hechas para
encajar la una con la otra.

Sé dirigían a un pequeño pero
decente restaurante, no estaba tan
habitado y ambos agradecieron
mentalmente por eso. Ken
quería que fuera especial, sin
nadie que pudiera interrumpirles
y arruinar su cita. Ryuguji había
estado toda la semana planeando
absolutamente cada detalle, los
pros y las contras de ir a aquel
lugar. Incluso había hecho una
reservación pivada en el jardín
trasero del restaurante. Se llamo
a él mismo un paranoico, pero en
serio que no le gustaba la idea de
unas de esas chicas locas en su
primera cita con Manjiro.

—¿Draken?—Sano le llamó de
repente.

El nombrado amó la forma en la que Manjiro pronunció su nombre.
Casi como si tuviera miedo.

—¿Pasa algo, enano?—preguntó
calmado, deteniendo la caminata.

Manjiro bajó la mirada a sus pies.

—¿Por qué?

Ken parpadeó confundido.

—¿Por qué?—Lo imitó soltando
su mano al caer en cuanta de que
varias personas desconocidas los
quedaban viendo con extrañeza.
El gordito se decepcionó ante la
acción.

Suspiró sin ser capaz de mirar a Draken a los ojos. Se sentía un poco impotente, se le hacía imposible preguntar todo lo que quería y las dudas que rondaban por su mente respecto a Ken.

—¿Por qué tan de repente pareces
muy interesado en mi?—soltó sin
poder contenerse.

Ryuguji se quedó completamente
congelado. Yo siempre he estado
interesado en ti, pensó.

—¿Esto es algún tipo de broma o
apuesta? Realmente no estoy para
que juegues conmigo a tu manera,
es casi imposible que de la noche a
la mañana me invites a una cita—
continuó hablando ante el silencio
del contrario. El mayor seguía
sin responder. — Si lo que estás
tratando es ser amable conmigo
porque te doy pena como persona,
no es necesario, no necesito tu
lástima, Draken.

—Y-yo... — Draken suspiró
derrotado. Un nudo enorme se
había formado en su garganta— Enano, yo no hago esto por lástima, lo hago porque...—Porque
usted me encanta— Eres una
persona muy agradable. Quiero ser tu amigo, poder conocerlo mejor.

¡Deja de ser tan idiota y
simplemente confiesa todo!

Mikey frunció el ceño, no quiso hacer más drama y terminar montando toda una escena de novela juvenil, así que
simplemente asintió dudoso mientras seguía los pasos de Ryuguji.

Después de entrar al restaurante, el
mayor habló con la recepcionista
y ella los llevó a su mesa correspondiente.

Sé hallaba en un jardín lleno
de diferentes tipos de flores,
árboles un tanto frondosos y luces amarillas colgaban de ellos.
La mesa abundaba de alimentos y bebidas, tanto que Manjiro se preguntó si sólo ellos compartirían la comida, y no pudo evitar pensar que Ken había pedido todo eso a propósito, como si fuera alguna manera de burlarse de él.
Una suave melodía se escuchaba en el lugar, haciendo que la mente del gordito dejará de hacer suposiciones tontas.

—Gracias.—Draken agradecióóa
la mujer.

—Espero y disfruten su estadía
aqui.

Sin más, la recepcionista se retiró, dejándolos completamente solos.
El mayor se acercó a Manjiro
tomándolo suavemernte de la
cintura. Sano sentía como aquellas zonas que estaban siendo tocadas quemaban incluso si ni siquiera estaba tocando directamente su piel, su interior se revolvía bruscamente, dando a entender se que alli definitivamente no habían mariposas, sino un zoológico entero. El menor se sonrojó con fuerza mientras Ryuguji lo guiaba hasta uno de los asientos. Lo abrió para él y dejó que se sentara.

Esa sería una larga cita.

#𝖲𝗐𝖾𝖾𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora