Capítulo 30

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Pasaron dos meses desde que con Peter nos establecimos en París, ¿mi pancita? Para el tamaño que tengo yo es enorme, lo cual me causa mucha gracia, todavía estoy acostumbrándome al cambio, cada día es un día distinto, uno del cual no me arrepiento de nada.
-¿Como anda el bebito de papá y mamá?-Peter le habló a nuestro bebé que no paraba de moverse, él tenía su mano en mi panza, la miraba con dulzura, fascinación, eso me derretía internamente.
-Ya es tiempo de abordar el avión Pit, lamento interrumpir la conversación de ustedes-elevé mis cejas mirándolo, él soltó una carcajada y ambos nos pusimos de pie.
Nos subimos al avión y durante todo el vuelo no lo pasé bien, me maree bastante, pero Peter me sostuvo de la mano en todo momento, cuando finalmente aterrizamos no pude sentirme más aliviada.
Esperamos a que aparezcan nuestras valijas y cuando salimos por la puerta de la terminal de aviones las vi.
-¡Amiga!-Eugenia me abrazó de inmediato, Candela también se abalanzó hacia mi.
-¡Pero que radiante estas La!-ella se apartó un poco para mirar mi panza, llevé mi mano ahí sintiéndome orgullosa.
No pude evitar ponerme emocional, mis ojos se llenaron de lágrimas porque las había extrañado mucho.
-Al final cumplimos eh-Peter se rió al ver que ellas que también estaban llorando-¡vinimos a disfrutar de algunos días!
-Mini vacaciones en familia-asentí con la cabeza- ustedes, los chicos, todos son nuestra familia
Ellas nos dieron otro abrazo más y después terminamos subiendo las valijas al baúl, Candela se puso al volante y Eugenia se sentó en el asiento del acompañante, nos hablaron de distintas cosas, estaban tratando de ponernos al día.
Habíamos alquilado nuevamente el que por mucho tiempo fue mi departamento, dejamos todo y no pude evitar reírme al ver que en la mesita de luz estaba la caja de mis pastillas anticonceptivas, era una especie de chiste interno que claramente me habían hecho mis amigas.
Antes de ver a nuestros amigos con Peter teníamos algo pendiente, algo que no podía esperar ni un día más, bueno, eso en nuestro universo.
-Menos mal que saqué turno y había, ¡no puedo más con la ansiedad Peter!-me reí nerviosa.
Entramos a la clinica agarrados de la mano, nerviosos, ansiosos, teníamos todos las emociones juntas.
Cuando finalmente me llamaron ambos nos miramos a los ojos, asentimos con la cabeza y nos encaminamos al consultorio.
-Mariana, estas de cuatro meses-empezó el médico mientras me pasaba el ecografo sobre la panza- sí.. Acá podemos verla.. Es una niña sana, ¡esta muy inquieta!
Finalmente todas nuestras dudas se evaporaron y no pudimos más, nos pusimos a llorar de la emoción, ya no era más el bebé, ahora era la bebé, nuestra más linda alegría.
Le agradecimos al médico y éste nos dijo que nos iba a mandar el video por mail.
Aún temblando salimos de la clínica y nos dimos un abrazo muy necesario, era todo tan fuerte, estaba pasando todo tan rápido.
-Ya Lali, basta de llorar-Peter me secó las lágrimas con una de sus manos, me reí- eso aplica para mi mismo
Nerviosos nos empezamos a reír.
-Bueno, basta der llorar-ahora quién lo repitió fui yo- vamos... ¿Vamos a donde están nuestros amigos?
Peter asintió con la cabeza, yo también estaba  en ese estado de alegría.
Solamente Eugenia y Candela sabían que habíamos vuelto.
Cuando entré al bar de la playa la cara de todos fue un poema.
Vero, Justina, Andrés, Agustín y Gastón se abalanzaron sobre nosotros, nunca en mi vida recibí tantos abrazos, hoy todo era puro amor, ellos eran realmente parte de mi familia.
Todos brindaron con cervezas menos yo, a mi me hicieron una limonada bien fría, querían cumplirme algún que otro antojo, así es que terminé comiendo varias papas fritas.
No faltaron las selfies, la foto grupal, las bromas pesadas en las que nos involucraban a Peter a mi, básicamente todos se reían de que todo había terminado como todos supieron que iba a terminar.
-Ey, esto no es un final.. No es un "con Lali terminamos juntos porque tenía que darse así" este es recién el comienzo de nuestra historia-Peter interrumpió a todos para hacer esa acotación, después me miró especialmente a mi y me sonrió mirándome embobado- ¿crees en lo mismo que yo?
Rápidamente asentí con la cabeza.
-Este es recién el comienzo...-elevé mis cejas mirándolo y después miré a cada uno de mis amigos con una sonrisa.
-Al final te quedaste con mi mujer-Vero lo molestó a Peter, todos nos reímos.
Cuando el sol se empezó a poner naranja supe que era el momento de el show, desde que yo me fui quién tomó mi lugar fue Eugenia, pero esta vez, por una vez más volví al mini escenario, otra vez acompañada por la guitarra que me regaló mi abuelo, la que me acompañó desde el día uno en el que no conocía a nadie.
Tomé aire y empecé a tocar los primeros acordes.
-Puedes cambiar el mundo, tan solo en un instante, puedes cambiar de rumbo, si quieres que eso pase, puedes mirar adentro, tu sentimiento, el universo traerá tus sueños, cambiar el mundo, empieza por ti-cerré mis ojos y una sonrisa inevitable se asomó sobre mis labios, volví a tomar aire para seguir-veras que los colores, son mucho mas brillantes, veras con otros ojos, que hay magia en todas partes, arriba y adelante, se ven los horizontes, si el sol también renace, renacerán los hombres, cambiar el mundo, empieza por ti-abrí nuevamente los ojos y señalé a cada uno de mis amigos, por último a Peter que estaba mirándome con sus ojitos brillosos.
Juan Pedro Lanzani cambio mi universo, mi filosofía de vida dio un giro cuando empecé a conocerlo más a fondo, me negué a eso, fui tonta, pero después, finalmente, terminé abriendo por completo mis ojos.
Siempre creí que tener una pareja iba a hacer que pierda mi libertad, pero la realidad es que no la perdí, me fortalecí, ahora tengo un compañero de vida, una persona que me apoya y sueña conmigo, una con la que siempre voy a poder contar.
Juntos nos complementamos, somos los opuestos que terminaron atrayéndose, tal vez desde el principio era cantado, pero la verdad es que nos costó varios recorridos y aventuras juntos para que nos diéramos cuenta de eso.
Nos despedimos de nuestros amigos para terminar despidiendo el día en otro lugar.
Retomamos las viejas épocas, y llegamos a la Cala Salada, habían algunas personas con cervezas en mano, en cambio con Peter nos sentamos en la arena para tomar mate.
Me apoyé sobre su pecho y el me abrazó, después posó una de sus manos sobre mi panza.
-Volvimos al comienzo nada más-me reí- este fue el primer lugar que te hice explorar
-Este siempre va a ser nuestro lugar-besó tiernamente mi frente, después volteé a mirarlo a los ojos y él me sonrió-te amo La
Sus palabras llenas de dulzura y amor otra vez me pusieron emocional.
-Hormonas de mierda-me quejé, ambos nos reímos- yo también te amo
Peter agarró con sus manos mis mejilla y me besó, sonreí sobre su boca después de rozar nuestras narices.

FIN

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