Capítulo 23

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Los párpados te pesaban como piedras, tu respiración era ligera y sentías que tu cuerpo no te pertenecía. Con mucho esfuerzos, abriste los ojos, topándote con un cielo completamente despejado. Los pájaros volaban en todas las direcciones, la hierba era movida por la suave brisa y la calma se podía llegar a respirar en el aire. Algo más despejada, te levantaste y observaste más detenidamente a tu alrededor. Todo estaba completamente llano, como si no existiera final en aquella pradera. No entendías nada, era como si realmente no te encontraras en ese sitio, como si tuvieras un sueño de lo más realista. Entonces, a lo lejos, viste la figura de alguien acercándose. Curiosa, te acercaste y en cuanto tu vista enfocó lo suficiente su rostro, corriste. Sin si quiera decir una palabra, te abalanzaste en sus brazos.

Mientras tanto, Levi, seguía sosteniendo tu mano. No se había separado desde que te habían encontrado sobre los muros, hará unos tres días. Erwin le pedía constantemente que se tomara un descanso, pero, este se negaba. No quería dejarte ni por un segundo. 

Entonces, alguien llamó a la puerta. Alicia abrió con cuidado para no molestar y sonrió amable. Llevaba un cubo, una esponja y un bote de lo que parecía ser crema.

- Siento la intromisión, Capitán. Pero, he de ocuparme de (T/n)- Dijo acercándose y dejando el cubo en la mesilla- He de lavarla y masajear- Alicia sintió lástima. Por ambos. Tú, bueno, no hacía falta ni mencionarlo, y Levi estaba totalmente ido. Su pelo estaba despeinado, sus ojeras habían vuelto a aumentar, no se había afeitado. Su ropa estaba arrugada y sus ojos secos de tanto llorar.

- Si, claro- Dijo levantándose de la silla- ¿En que te ayudo?

- Oh, no hace falta, terminaré en unos minutos.

- Por favor, quiero ayudar- El corazón de la joven se estrujó como una pasa.

- Esta bien- Sumergió la esponja en el agua- Yo lavaré sus parte inferior y usted la superior ¿De acuerdo?- Asintió- Bien, tiene que hacerlo con cariño, pero, recuerde que hay que dejarla bien limpia- Dicho esto, Alicia comenzó lavando tus piernas y Levi tus brazos. No era la primera vez que se ocupaba de tu higiene, pero odiaba hacerlo de esta manera.

- Listo- Dejó la esponja en el agua. Alicia lo miró impresionada. Seguía sin entender la razón de sus esfuerzos, pero, se podía hacer una idea.

- Ahora masajeamos- Sacó la crema- No sabemos cuando despertara, así que, tenemos que mantener sus músculos y articulaciones lo mejor posible para cuando lo haga- Con un poco de practica, Levi, aprendió la manera correcta de masajear y Alicia le dejó terminar el trabajo.

El dolor de su costado no era comparable al de su corazón. Te tenía, pero, no estabas a su lado. Temía que no abrieras los ojos, que te quedaras como una bella durmiente para siempre.

- Juro que si despiertas te dejaré quedarte en la cama todo el tiempo que quieras. Escucharé a Hange contigo si hace falta. Me tragaré ese té asqueroso, pero....por favor, (T/n)- Repitió como cada noche, mientras tomaba tu mano y la apretaba contra su pecho, destrozado- Por favor...vuelve a mi lado...

De repente, sentiste una completa tristeza. Tu pecho se vació y las lágrimas se derramaron si previo aviso. Extrañada, intentaste pararlas, pero, estas no dejaban de salir. De tu barbilla, cientos de lágrimas goteaban, mientras, intentabas entender a que se debían. "¿Qué te ocurre?". Le miraste confusa. "¿Recordaste algo?". Negaste, decepcionada. 


En cuanto los primeros rayos de sol se asomaron por la ventana, Levi, como cada mañana, deseó con todas sus fuerzas que tus ojos también se abrieran. Que te despertaras, como hacías cada mañana y le pidieras solo "cinco minutos más" antes de levantaros. Pero, como cada mañana desde que volviste, tus ojos nunca se abrieron.

Cinco minutos másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora