Llegó el nuevo día, Jongin despertó a las diez de la mañana como usualmente lo hacía los fines de semana, ya que los otros días debía levantarse más temprano para ir al trabajo, evitarse el espantoso tráfico mañanero y llegar a tiempo. Pero esta vez no despertó a causa de su alarma, sino por su estómago que fue tentado ante un olor proveniente de la cocina.
Iba casi flotando ante el delicioso olor, pero recordó que la noche anterior Kyungsoo se había quedado en casa, entonces cambió su rumbo directo a la habitación de al lado, se asustó cuando vio la cama vacía, se acercó a ella, tocó las mantas, pero estaban frías, caminó hasta la ventana para asegurarse de que estaba cerrada y que el muchacho no hubiera escapado por ella, pero estaba justo y tal como la había dejado esa madrugada.
Se llevó una gran sorpresa, pues al llegar a la cocina se encontró con una tierna escena, su madre miraba a Kyung, mientras este preparaba un panqueque en el sartén de teflón, ella parecía controlar cada movimiento para que el muchacho no resultase herido ni nada, podía notar en la mirada de su madre cierto brillo de felicidad y orgullo.—¡Buenos días! —gritó estirando todo su cuerpo, despabilando el sueño e intentando quitarse el susto que traía encima.
—Buenos días hijo —habló la señora, acercándose a abrazar a su hijo.
—¿Y ese olor tan delicioso?
—Oh, estoy enseñándole a Kyung a preparar panqueques de avena, tus favoritos.
Jongin se acercó donde se hallaba el más bajo, para olfatear las combinaciones.
—¿Cómo van?—Bien...supongo —susurró tímido Kyungsoo.
—¡Es un excelente ayudante! ¡Incluso preparó té con leche! —exclamó emocionada la señora Kim—. Y lo mejor de todo es que le quedó delicioso.
—Me alegra mucho ver que tienes dotes para la cocina —insinuó—. Kyung por tu historial se sabe que trabajabas en una panadería ¿Recuerdas algo de eso?
Kyungsoo se quedó callado por unos segundos, su mirada parecía vacía, perdida en algún punto lejano, entrecerró los ojos.
—No —dijo apenado—, solo recuerdo un poco de lo que sucedió ayer...
—Esta bien, vamos de a poco —alentó Jongin—. Bueno, yo colocaré la mesa.
Pasado un rato, cuando ya todo estaba listo para empezar a desayunar, el señor Kim apareció vestido aún con su pijama. Procedió a saludar, sentarse, colocarle un montón de miel a sus panqueques y darles un gran mordisco a estos. La señora Kim, emocionada le contó que los panqueques y el té con leche fueron preparados por Kyung.
—Muchacho déjame decirte que está muy sabroso —elogió, este día no parecía estar en contra del nuevo amigo.
—Gracias, fueron muy amables conmigo, espero haber sido de ayuda —susurró mientras hacía una pequeña reverencia.
—Esta bien Kyungsoo, permíteme disculparme por mi conducta de anoche, reconozco que no fui muy cortés contigo, lamento mucho eso —dijo claramente arrepentido el señor Kim.
—No se disculpe, supongo que es un poco incómodo tener a un extraño en su hogar —aclaró.
—No importa la situación, uno siempre debe ser educado con los demás y claramente no fue una buena actitud la que mostré anoche. Espero que esa primera mala impresión que tuviste de mi anoche, pueda cambiar —el señor Kim fue bastante honesto con sus palabras, pues su semblante ahora era más agradable; él no actuaba así siempre, pero era un hombre que siempre protegería a su familia ante todas las cosas y el hecho de tener a un extraño en casa no era algo que le agradara del todo, sin embargo, después de considerar la historia de vida de aquel muchacho, entendió que no significaba una amenaza para su familia.
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MEMORIA ENREDADA
FanfictionJongin es un oficial de policía superior, reconocido por su brillante actitud, carisma, simpatía y sus ganas de luchar porque su sociedad sea mejor cada día. Su vida tranquila, cambió aquella noche cuando lo llamaron a la biblioteca para atender un...