- No puedo creer que me hayas convencido de faltar a mis clases – le dijo Abigail a Max mientras se dirigían en el tren hacia el hospital general Dr. Alexander Hasse – ¡Es la primera vez que me ausento!
- Lo sé Abigail – contestó Max –, pero recuerda que no estás haciendo esto por mí.
- ¿Estás seguro de que alguien le hizo eso a Seren? Creo que te excediste con Eisell...
- Sé que sobrepasé, ni yo mismo me reconocí, pero es que... debiste haberlo visto – Respondió Max con la mirada perdida por la ventanilla del tren – la desesperación en sus ojos... sé que intentaba decirme algo. Alguien le hizo daño. Me estuvo llamando toda la mañana de ayer... Engelhart podría entrar a su subconsciente, pero está de viaje. Solamente tú puedes leer sus pensamientos.
- Bueno no estoy tan segura de eso...
- ¿A qué te refieres?
- Pues... no sé lo que pasa. Mis poderes están fallando, – dijo Abigail confundida – he notado que se me dificulta entrar en tu mente.
- Pero el primer día tú...
- Sí. Leí tu mente la primera vez que te vi. Es que casi gritaste que soy bonita, pero ahora es como si la voz dentro de tu mente estuviera detrás de una pared y casi no se escucha lo que dice.
Max recordó que lo mismo le había pasado al profesor Engelhart unos días antes: «pareciera que tu mente estuviera encerrada en una caja, reprimiendo tus recuerdos y... tus poderes». Aquella debía ser la razón por la cual a Abigail se le dificultaba entrar en su mente, lo que, en realidad, le tranquilizaba. No le gustaba la idea de que alguien pudiera estar paseando por su cabeza escuchando todo lo que piensa. «No te preocupes. Estoy seguro de que podrás entrar en la mente de Seren» le dijo a Abigail justo antes de que comenzara a sonar su celular. Era el profesor Engelhart:
- Buenos días... profesor – contestó Max asustado –
- Hola Max. Sé que te diriges al hospital con Abigail. Ayer prometí que te ayudaría, pero hoy no puedo hacer nada por ustedes. Será mejor que se bajen en la próxima estación y tomen el tren de vuelta a la universidad.
- Pero profesor ¡Esto es importante!
- ¿Y tú eres doctor? Mira Max, estuve hablando con la madre de Seren. Es posible que hoy lo lleven a su casa, así que de todas formas perderías tus clases por nada.
- Usted no entiende profesor. Seren...
- Volveré hoy en la noche o mañana temprano, y te prometo que este fin de semana iremos todos a visitar a Seren a su casa. Son las ocho de la mañana, así que aún están a tiempo de volver a sus clases. Podrían perder sus becas. Ambos. Confío en ti Max. Nos vemos mañana.
- Nos vemos... profesor.
Max colgó la llamada y puso el celular sobre la mesa del tren. Bajó su mirada angustiada al suelo:
- ¿Qué haremos Max? – Preguntó Abigail, que había estado escuchando toda la conversación –
- No podemos volver. Ya escuchaste al profesor. Es posible que hoy Seren vuelva a su casa y no podemos perder esta oportunidad.
- ¡Pero podríamos perder nuestras becas, Max!
- ¿Quién le habrá dicho al profesor que vinimos a ver a Seren? – interrumpió intrigado – ¿Qué tal si el profesor Ivanov lo llamó para que nos detenga y no podamos descubrir la verdad?
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Max Fallen y la fraternidad de Épsilon PSI
Teen FictionUna mañana, Max Fallen recibe la visita de dos hombres intelectuales para ofertarle una beca. Aunque era una de muchas que había recibido, ésta era una oferta distinta e inusual: pasaría a formar parte de una fraternidad secreta a la que sólo accede...