Un viernes (no era 13, pero fue incluso peor, sin saberlo) la conocí.
Su tez pálida me paralizó, y su forma de hacerme feliz me dejó un tanto confusa, sinceramente no entendía nada.
Comenzé un idilio secreto con ella, manteniendo el secreto entre nosotras y el "amigo" que nos presentó, que la llevaba a nuestro local cada semana.
Fue un romance apasionado, yo la amaba y cada día la buscaba, preguntaba a sus amigos por ella, hasta que la volvía a ver.
Se convirtió en una rutina, un hábito que terminó carcomiendome por dentro.
Cuando no la veía lloraba, rompía cosas, me enfurecía, me sumía en una depresión...sin ella no podía hacer nada.
Cada vez iba a peor, os puedo jurar que la necesitaba como al oxígeno en mis pulmones, nadie sabía que pasaba, así que se bastaban con ignorarme.
No me importaba.No me importaban, solo importabas tú.