Capítulo XIII - La ciguapa

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Decidieron tomar el camino que su instinto les guió

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Decidieron tomar el camino que su instinto les guió. Unos veinte kilómetros más adelante encontraron otro pueblo, que a diferencia del primero éste sí parecía normal; había muchas personas en las calles, algunos establecimientos comerciales, vendedores ambulantes, niños jugando por doquier, entre otras actividades.

Los chicos detuvieron el auto enfrente de una posada. El lugar era viejo pero elegantemente decorado, limpio y ordenado. Se desmontaron y entraron. Ya adentro se ubicaron en una de las mesas. De inmediato fueron atendidos por una mesera. Les pidieron algo de comer y al mismo tiempo le preguntaron por la ruta que les podía llevar hacía Haití. La mesera no estaba muy segura de cómo indicar a los chicos el camino, así que llamó a su madre, la dueña de la posada. La señora llegó y se sentó con los chicos.

"¿Así es que quieren viajar hasta Haití?" – Preguntó la señora luego que los chicos les pidieran información.

"Así es" – Respondió Alex

"¿Y podrían decirme con qué propósito van hacía allá?" – Preguntó la señora de forma curiosa.

"Debemos resolver un asunto personal, señora" – Contestó Alex, tratando de ser lo más cortés posible.

"Disculpen mi pregunta, pero solo quiero saber, para advertirle de algunas cosas. Si van en busca de algún producto para contrabando, permítanme decirles que la frontera está muy vigilada y si quieren pasar algo ilegal, deben tener un buen contacto en el ejército, de lo contrario los van a cazar, les quitarán todo lo que tengan y con seguridad los matarían. Ustedes son muy jóvenes y no sería justo que les ocurra algo malo." – explicó la señora.

"Descuide señora, iremos en búsqueda de una persona que nos está esperando" – Respondió Alex.

"¿Tienen permiso para poder pasar la frontera?" – Preguntó la señora.

"No. Pero sabemos que hay forma de pasar hacia allá sin necesidad de tener permiso." – Respondió Alex.

"Voy a hacer algo por ustedes. Los voy a referir donde una persona que sin dudas los pasará hacía el otro lado. Deben seguir por la autopista que los llevará derecho hacía Elías Piña. Una vez allá van a preguntar cómo llegar al paso fronterizo donde preguntarán por Manuel Espinosa. Díganle que los envió la señora Lourdes y él les ayudará a pasar sin problemas. Solo tendrán que darle algo de dinero por el servicio."

"Le agradecemos enormemente su ayuda señora. Entonces, ¿si seguimos por esta carretera llegaremos a Elías Piña?" – Preguntó Alex.

"Así es. Está a unos cincuenta kilómetros de aquí"

"Quiero hacerle una pregunta, señora" – Intervino Santiago

"¿Cómo se llama el pueblo que está antes que este?"

"¿A cuál te refieres?" – Preguntó la señora.

"Uno que está como a unos veinte kilómetros más atrás" – Respondió Santiago

"¿Ustedes vieron un pueblo antes que este?" – Exclamó la señora, mientras los chicos asentían con la cabeza.
"¿se detuvieron ahí?"

Los chicos vieron la cara de espanto que puso la señora al hablar de aquel pueblo.

"¿Ocurre algo con ese pueblo?" – Preguntó Juan

"Muchos viajeros han contado de un pueblo donde muchas cosas extrañas ocurren. Un pueblo que no existe y que aparece en ocasiones a personas que pasan por ahí. Pocos de aquí lo han visto. Muchas personas de este pueblo han ido a investigar en el lugar donde los viajeros cuentan que vieron al pueblo fantasma y no encuentran nada. Nosotros hemos pasado muchas veces por ese lugar y nunca hemos visto dicho pueblo. Pero los que han entrado al pueblo cuentan que son testigos de apariciones extrañas. Almas en pena. La leyenda cuenta que en ese lugar hubo una vez un pueblo donde todos los que vivían provenían de una misma familia. Doce familias en total. Cierto día llegaron unos guerrilleros pidiendo alojamiento. Los habitantes del pueblo los acogieron, pero hubo uno de los guerrilleros que violó a una joven de la familia, lo cuál desató la irá de los familiares, que mataron al violador. Los compañeros del guerrillero muerto atacaron a los pobladores matándolos a todos. Luego del vil acto, esos criminales enterraron los cadáveres y quemaron el pueblo entero para no dejar rastro de su macabra acción.

De esa historia es que proviene la leyenda del pueblo fantasma llamado la flora."

"¿Y qué hay de cierto en esa historia, señora? – Preguntó Joselito

"Como su nombre lo dice, leyenda. No sabemos si es verdad o si es mentira. Esa historia la hemos escuchado desde hace mucho tiempo. Pero de que el pueblo suele aparecer, ya ustedes mismos pueden responderse esa pregunta."

"Bueno, la verdad es que en pocos días ya he escuchado bastante historias extrañas que solo pensaba que existían en las películas" – Opinó Yobanny

"Pues, te contaré otra más, para que la agregue a tú lista. En los bosques de esta provincia también existe otra leyenda. Una historia que a cualquiera le pone los pelos de punta. Es la leyenda de una mujer salvaje que su platillo favorito son hombres. Una mujer con pelo negro, largo y lacio que les llega hasta los talones. Y que sus pies tienen una posición invertida. O sea, que los pies apuntan hacia el lado opuesto de su rostro. Ese ser es llamado Ciguapa." – Narró la señora.

"Yo había escuchado de la Ciguapa. Pero, como leyenda solamente, no como algo real." – Dijo Juan

"Pues, aquí en el pueblo hay muchos hombres que se han tropezado con la Ciguapa cuando andan de cacería. Vive en los bosques donde hay muchas cuevas. Una noche, una ciguapa se atrevió a venir al pueblo y con un hechizo se llevaba a uno de los jóvenes del pueblo. Pero gracias a Dios fue vista por una señora que avisó a los demás hombres del pueblo y la persiguieron, y aunque salvaron al joven no pudieron atraparla. Duraron más de dos semanas cazándola sin éxito, pareció como si la tierra se la hubiese tragado."

"Mire señora, yo sin duda creo todo lo que me cuentan. Pues lo que hemos vivido en los últimos días es como para orinarse en los pantalones. Espero no nos topemos con esa Ciguapa" – Dijo Santiago

"Ustedes tomaran carretera, traten de no detenerse para entrar a los bosques no vaya a toparse con la ciguapa." – Les advirtió la señora.

"Mire señora, creo que la ciguapa es una niña de teta delante de cosas que ya nosotros hemos enfrentado; Por ejemplo, fuimos casi atacados por un Bacá" – Comentó Santiago.

"Aquí hemos escuchado de esa criatura, pero gracias a Dios aquí no hay. Por suerte a nadie se le ha ocurrido invocar una cosa de esa en este pueblo. Creo que ya tenemos bastante con la ciguapa y con un pueblo vecino fantasma... Bueno, chicos. Debo irme a atender mi negocio, fue un placer conversar con ustedes. Y espero que tengan suerte en su viaje hacia Haití. Que la bendición de Dios vaya con ustedes."

La señora se despidió de los chicos, quiénes terminaron de comer y se marcharon dándole las gracias tanto a ella como a su hija.
Salieron de la posada hacia el auto y partieron por donde le había indicado la señora.

"Vieron cómo la hija de la señora me miraba. Es con lo único agradable que nos hemos topado por ahora" – Bromeó Santiago.

"Chicos, ¿creen que nos topemos con esa ciguapa?" – Preguntó con preocupación Joselito

"Deberíamos atraparla y llevarla a la capital para exhibirla. Imagínense presentar una mujer con los pies al revés, nos haríamos millonarios." – Volvió a bromear Santiago.

"Chicos. Vuelvo a pedirle disculpas por hacerle pasar este vía crucis conmigo. Pero les agradezco que me acompañaran, de lo contrario no sé cómo me hubiese sentido de haber venido solo." – Mencionó Alex.

"Alex, no tienes por qué decir eso. Recuerda que tú siempre has estado a nuestro lado en momentos difíciles. Es justo que nosotros estemos a tú lado en este momento tan difícil de tú vida. Iremos contigo hasta el fin del mundo de ser necesario." – Respondió Juan.

Caía la tarde y nuestros amigos iban rumbo hacia el Pueblo de Elías Piña.

Mientras marchaban por la carretera, Santiago estaba mirando por la ventanilla del lado derecho admirando el paisaje del bosque. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde. Estaba sintiendo mucho sueño y cuando estaba a punto de cerrar sus ojos pareció ver algo que lo hizo reaccionar de inmediato. Pareció ver una mujer muy hermosa con las características de la Ciguapa, pero cuando volvió a mirar ya no había nada en lugar que pareció verla. Joselito que estaba a su lado le preguntó el porqué de su reacción.

"No sé, pensé haber visto algo por el bosque, pero no estoy seguro" – Respondió Santiago.

"Parece que las leyendas de este lugar te están volviendo loco" – Bromeó Juan

"Les juro que vi una mujer con las mismas características de aquella Ciguapa que nos contó la señora de la posada. Pero cuando volví a mirar ya no estaba. Salgamos de este poblado rápido. Alex, acelera el auto." – Dijo muy asustado Santiago

"Chicos, creo deberíamos preocuparnos más con lo que nos enfrentaremos en Haití." – Dijo Alex.

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