Luke abrió tanto los ojos que Amber pensó que se saldrían de sus órbitas. No lo culpaba, ella también lo hizo.
Otro Skywalker. Jamás lo hubiera imaginado, eso era... increíble.
Tal y como a ella le había pasado, Luke tenía un trozo de su familia por allí. Un hermano, perdido en algún rincón de la galaxia. Tal vez sin siquiera saber de su existencia, tal vez sin siquiera saber de todo lo que llevar aquel apellido implicaba.
Sin embargo, podrían encontrarlo. Las circunstancias no eran las mismas, ahora ella tenía poder, autoridad sobre un gran número de personas. Podría dar la orden de encontrarlo para Luke. Más de un pelotón de tropas de la Alianza Rebelde recorrería hasta el último de los planetas si ella lo pedía.
Podían encontrarlo.
Volteó con entusiasmo para poner a Luke al tanto de su plan, olvidando por un instante su propia angustia. Pero entonces, él se levantó de un salto inesperado que sobresaltó a Amber, y salió de la choza como una exhalación.
Amber se levantó igualmente, casi golpeando su cabeza contra el techo. Se dispuso a ir detrás de su amigo, pero antes de salir por la pequeña puerta, se detuvo. Miró por encima de su hombro, a la cama vacía que el Maestro Yoda había ocupado solo unos instantes atrás. Suspiró.
-Que la Fuerza lo acompañe, Yoda. -deseó.
Entonces se agachó para salir de la choza y se apresuró hacia la silueta de Luke, que se alejaba a paso rápido de vuelta hacia la nave.
-¡Luke! ¡Luke, espera! -llamó. -¡Luke, no hagas que corra aquí! ¿A dónde vas?
Aún así, Amber lo intentó. Luke estaba tan perdido, tan sumido en su propia mente desesperada que parecía no escucharla, así que ella corrió detrás de él.
No había recorrido más de un metro y medio cuando su pie aplastó una raíz llena de musgo. Resbaló y lo siguiente que supo fue que aterrizaba de rodillas sobre el lodo y el agua verdosa. Sus manos también se hundieron hasta las muñecas y Amber jadeó por el impacto inesperado.
Una infinidad de insultos y reproches interminables recorrieron la mente de la rubia, todos ellos dirigidos a Luke.
Luke, hijo de la gran...
-¡Amber! -él finalmente pareció reaccionar ante el sonido sordo del delgado cuerpo de ella cayendo sobre la superficie blanda y se apresuró a regresar sobre sus pasos para ayudarla. - Lo siento, lo siento. Yo... no estaba...
-Está bien. Estoy bien. -disculpó ella, restándole importancia a sus nuevas ropas salpicadas de barro y mojadas. -Solo ayúdame a levantarme, ¿Quieres?
Luke asintió en silencio. La tomó por debajo de los brazos, como a una niña pequeña, y la incorporó sin esfuerzo. Entonces Amber aferró sus puños a las ropas oscuras del rubio y caminó con cuidado a su lado.
Cuando al fin llegaron al caza, que descansaba sobre una pequeña isla de tierra firme, aguardando por ellos, Luke la soltó y Amber se aferró a la estructura metálica, luego de librar una pequeña batalla contra un resbalón para mantener el equilibrio.
El fingir revisar el estado de la nave no fue suficiente para esconder de Amber la expresión preocupada o los oscurecidos ojos tristes de Luke.
-¿Qué, de todo lo que hemos oído aquí, es lo que tanto te preocupa? -inquirió Amber. -¿Es el enfrentamiento con Vader? Ya oíste al Maestro Yoda, eres prácticamente un Jedi. Tienes todo lo necesario para vencerlo y convertirte en un Maestro.
Luke mantuvo un largo silencio. Tan largo que Amber creyó que no habría una respuesta para ella. Pero entonces suspiró profundamente con la mirada perdida en algún punto del suelo.
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Counting Stars | Han Solo; Star Wars
FanfictionHay muchas historias que cuentan las aventuras de Han Solo y Amber Kenobi. Ambos son leyendas, para qué engañarnos. Pero hay una en particular, que es especial. Mi favorita. La del comienzo de todo. La leyenda cuenta que una vez, hace tiempo, una...