Vamos a estar bien, ¿vale?

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Observo por la ventana cómo llueve y me pongo aún más nerviosa porque Eric no ha vuelto, lleva -desde que hemos discutido- fuera de casa y por mucho que le llamo no me coge el teléfono y algo dentro de mi se encoge pensando en que puede pasarle algo. 

He llorado como hace mucho que no lloraba, me he sentido perdida y sola desde que se ha ido, cómo que me falta algo y sé que ese algo es él. Sé que he metido la pata pero ese miedo podía conmigo, el pensar que realmente podía haber estado con ella y que yo, por quererle, quería creerle a él y de hecho tendría que haber seguido creyéndole, ¿por qué no? Ha intentado por encima de todo que esto saliese bien desde que he vuelto, ha querido tenerme con él y es lo que ha conseguido. Quiere cuidarme y lo hace a cada puto segundo de su vida. Así que sí, he sido tonta por creer a alguien que no conozco pero... ¿por qué tendría que mentirme? Me repetía una y otra vez y al final he entendido que lo hacía porque le quería y le fastidiaba que Eric me quisiera a mí. He sido estúpida, lo sé pero la he visto a ella siendo tan preciosa que el verme a mi me hacía creer que podía ser verdad, quiero decir... ¿por qué Eric volvería a mi teniendo a alguien como ella? Y una vocecita, mi conciencia que lleva horas atormentándome me ha dicho que es porque me quiere y yo sé que lo hace. 

El sonido del móvil me vuelve a la realidad, veo el apodo con el que tengo guardado a Eric y descuelgo la llamada en dos segundos.

-Nena... -le escucho decir.

-Eric -digo nada más oírle- ¿Dónde estás?

-No te preocupes eh -se ríe- Estoy bien -dice y le noto extraño.

-¿Has bebido?

-He bebido pero solo dos copas -me reprocha-, sé lo que me hago nena no es por eso que te llamo.

-Eric vuelve a casa -le suplico.

Le escucho al otro lado como se queja de algo pero no logro entender.

-Luna no te asustes por lo que te diré ahora.

-¿Qué pasa Eric? -digo al borde de un ataque de nervios.

-Estoy tirado en una acera porque acabo de estamparme con la moto -pronuncia y siento que necesito sentarme- No puedo encenderla y no puedo volver a casa.

Noto como, una a una, caen lágrimas de mis ojos al no saber si está del todo bien. Como le haya pasado algo me muero porque ha sido todo por mi culpa, no puedo dejar de llorar y temblar.

-Eric.. -susurro.

-Nena -dice rápidamente- No te preocupes.

-Claro que lo hago -digo rápidamente- Dime donde estás y voy a por ti -no puedo dejar de llorar- Voy a pedir un taxi.

Me dice la dirección y no tardo nada en llamar para que venga un taxi a buscarme, me visto rápidamente y cojo lo imprescindible. Me olvido el paraguas pero me da igual, es más importante saber que Eric está bien y hasta que no lo vea no voy a estar tranquila. Por favor, Dios, si estás ahí arriba haz que esté bien, te lo pido. No sabes lo mucho que le necesito. 

Aparece un coche por la calle y pita, es el taxi que he pedido. Voy corriendo hasta él y una vez que me subo le digo donde tiene que dejarme. No puedo evitar estar nerviosa, siento que si no hubiese intentado irme de su casa no habría pasado esto. Podríamos habernos quedado los dos celebrando que nos íbamos a vivir juntos, podríamos habernos acurrucado en el sofá viendo una película y acabar como siempre, sin verla y queriéndonos como solo ambos sabemos. Podríamos haber cenado juntos o simplemente estar ahí, los dos, sin hacer algo de otro mundo pero juntos. Vuelvo a la realidad cuando el taxista para, le doy el dinero y me bajo corriendo. Observo a mi alrededor buscándolo y al final veo una moto tirada en el suelo al lado de la carretera y justo al lado un chico sentado en el acera. Me acerco corriendo sin importarme nada ni nadie, él al escuchar pisadas en el suelo levanta la cabeza y me medio sonríe pero ésta vez no puedo sonreír al ver como tiene una herida en la cabeza. Mis ojos empiezan a picar y siento que voy a ponerme a llorar de nuevo.

          

-Eric... -digo una vez que estoy justo delante suya, me agacho a su altura. Le cojo la cara para verle y veo que tiene una herida en la parte derecha de la cara, justo en la frente y no para de salirle sangre, eso necesita puntos y no sé si algo más- ¿Por qué cojones no has llamado a una ambulancia? -le digo llorando y me sonríe.

-Estoy bien -promete.

-¡NO! -digo histérica- No estás bien -siento que no puedo dejar de llorar- Mírate -le riño y al ver que estoy temblando me coge de la mano para acercarme a él y así abrazarme.

-Estoy bien -me susurra una vez que estoy escondida en su pecho- Estoy bien -vuelve a repetirme.

-Ha sido todo mi culpa -le digo llorando encima de su hombro- Si yo no hubiese sido tan tonta como... -me corta.

-Luna para -dice abrazándome más fuerte.

-Déjame llevarte al hospital -digo separándome de él. Me mira y me seca las lágrimas con los pulgares. Siento como el frío me entra en el cuerpo por la lluvia pero me da exactamente lo mismo, solo quiero saber que él está bien.

-Luna que no pasa nada -vuelve a decirme pero decido no hacerle caso, me saco el pañuelo de alrededor del cuello y se lo acerco a la frente. Veo que cierra los ojos.

-Pero si te duele -le reprocho con lágrimas en los ojos- Eres un irresponsable.

-Pero uno que te quiere -dice para hacerme reír y lo más gracioso es que lo consigue. 

-Hablaremos de eso más tarde -le susurro. Mantengo mi pañuelo en su cabeza y marco el número de una ambulancia por mucho que haga rato que se ha caído, no quiero que le pase nada y hasta que no me prometan y digan que está todo bien no voy a estar tranquila. Eric me quita el móvil y no deja que llame. Le miro y vuelve a acercarme a él para abrazarle- Eric, por favor.

-Luna, no -me repite él- Sabes que odio los hospitales y no voy a volver ahí -me susurra en la oreja- Estoy bien.

-¿No entiendes que me preocupo por ti?

-Luna no quiero ir al hospital y tener que separarme de ti de nuevo -me susurra- Ahora mismo te tengo entre mis brazos y es todo lo que necesito -admite y no puedo dejar de llorar- Siento que si te alejas un poco de mi volverás a creer que soy un capullo que te engaña y que a la mínima necesita irse a emborrachar para olvidar nuestros problemas -cierro los ojos unos instantes- No quiero soltarte porque si lo hago al final te acabarás dando cuenta de la mierda persona que soy -siento cómo me abraza más fuerte.

-Cariño... -le digo justo un su oreja- Si me quisieras, dejarías que te llevase al hospital -digo sabiendo que eso me hará convencerle- Y eso que tú dices no va a pasar -le reprocho- porque te quiero y sé quien eres -admito llorando- Y te quiero conmigo y por mucha distancia que pongas en estos momentos entre tu y yo voy a seguir queriendo abrazarte cuando salgamos del hospital -le acaricio el pelo- Nada va a hacerme cambiar de opinión.

Me separo de él y vuelvo a hacer presión en la herida de la frente. Me fijo en él que no deja de mirarme fijamente. Me sonríe y no puedo dejar de pensar en cómo un chico tan fuerte como es él se siente tan inseguro cuando se trata de nosotros, no puedo entender el por qué de ese miedo de si pone un poco de distancia entre nosotros aunque sean unas horas, creerá que tendré tiempo suficiente como para pensar en tooooodo lo malo que me hace y me plantearé el dejarle pero, ¿no entiende que si él sale de mi vida ya no tendré ni eso? ¿no entiende que se me acabará la vida si desaparece? ¿no entiende que sin él no soy lo que me gusta ser? 

Me devuelve el móvil y marco de nuevo el número, me atienden en dos segundos y le explico que mi novio ha tenido un accidente y que no para de sangrar, me prometen que en unos minutos estarán ahí. Cuelgo y sigo haciendo presión en la herida, Eric me mira un segundo para después de cerrar los ojos.

-¿Estás bien? -le pregunto.

-Estoy mareado -responde y me siento en el suelo cruzando los pies como un indio y le obligo a que se tumbe y pongo la cabeza ahí mientras sigo apretando la herida. Me fijo en que se ha quitado la chaqueta a pesar de la lluvia y el frío y tiene los dos brazos raspados del accidente pero uno lo tiene peor que otro. Al moverse para tumbarse he notado que cojeaba y algo ha tenido que pasarle en el pie o la pierna. Cierro los ojos, sé que podría haber sido peor pero ahora lo tengo aquí y sé que si hubiese sido peor no me lo habría perdonado de por vida.

-Amor -le susurro- Háblame -digo al ver como no deja de cerrar los ojos.

-Te quiero, ¿lo sabes? -me dice con los ojos cerrados y media sonrisa.

-Claro que lo sé -digo llorando- Pero sabes que yo más -me fijo en que está perdiendo mucha sangre y eso no me gusta.

-Cuando estaba encima de la moto -dice de la nada y no quito la vista de él- cuando sentía que me fallaba y perdía el control por culpa de la lluvia lo único en lo que he podido pensar ha sido en ti y en que si me pasaba algo iba a dejarte sola -me susurra- Solo he podido pensar en lo mierdas que he sido por como te he tratado en casa.

-No -le digo cortándole- No has sido un mierdas -intento dejar de llorar pero no puedo- La culpa es mía por no confiar en ti -admito- Sé que me he equivocado -me sonríe y cierra de nuevo los ojos.

-Estaba sintiendo que te perdía -me susurra.

-¡No! -digo tranquilizándolo y le acaricio el pelo- Nunca lo harás, ¿vale?

-¿Lo prometes?

-Claro que lo prometo cariño -aprieto más la herida y veo como le cuesta mantener los ojos abiertos- Eric no te duermas por favor.

-Estoy cansado -susurra- Cierro los ojos pero estoy aquí.

-No dejes de hablarme -le acaricio el pelo- Tenemos que volver a casa, ¿vale? -me sonríe- Y tenemos que ver esa película que van a estrenar, de tu saga favorita ¿recuerdas? -me seco un par de lágrimas de los ojos, ¿dónde está la jodida ambulancia?- Tienes que convencerme de ir y discutiremos porque no quiero verla -veo la sombra de una sonrisa en sus labios y sonrío entre lágrimas- Y me harás el amor para convencerme de ello y al final te diré que sí porque sabes que no puedo resistirme a nada que me pidas -cierro unos segundos los ojos- ¿Vale?

-Vale -dice en apenas un susurro.

Levanto la vista porque escucho a lo lejos el sonido de una sirena y me tranquilizo unos segundos. Vuelvo la vista a Eric y le acaricio la frente.

-Ya están llegando Eric -le sonrío aliviada- ¿Me oyes? -repito de nuevo, ya no me siento ni el cuerpo por culpa de la lluvia. Le acaricio de nuevo el pelo sabiendo que eso lo hace sonreír pero al hacerlo no sonríe- ¿Eric? -vuelvo a repetirle mientras le doy unos toques en la cara- ¿Eric? -le digo de nuevo pero no dice nada y me pongo absolutamente nerviosa, le cojo la cabeza y se la apoyo en el suelo encima de su chaqueta, me pongo a su lado y con una mano aún en su herida intento despertarle pero no me hace caso- Eric, por favor, tienes que ponerte bien -le susurrro entre lágrimas- No puedes hacerme esto, por favor -cierro los ojos y apoyo mi cabeza en su pecho. Escucho sirenas cerca y más vale que lleguen ya, me mantengo encima de su pecho y no puedo dejar de llorar- Te quiero -le susurro entre lágrimas- Vamos a estar bien, ¿vale?

Continuará...

"La historia de mi vida (II)"Where stories live. Discover now