El chico

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Sam:


Se me tenso el cuerpo por completo. No pude reaccionar ni decir nada.

-¿Quién eres?- Pregunto igual de sorprendido que yo Adrián.

-Primero dime ¿Quién eres tú?- Pregunto también el otro chico pero más defensivo y enojado.

-¡Responde maldita sea!- Amenazo Adrián mientras desfundaba el arma que nos habían dado antes y le apunto.

-¡Vete a la mierda!- Respondió enojado el otro tipo también apuntando con una arma también.

El corazón se me detuvo en ese momento. Tenía tanto miedo que lastimaran a Adrián o algo peor.

-Ambos ¡deténganse!- Me interpuse en medio para tratar de detenerlos.

-¡Sam quítate de en medio!- Me grito Adrián.

-¡¿Acaso quieres morir chico?!- Me grito también el otro chico.

-¡Paren ambos!- Los sorprendí a ambos al elevar un poco mi voz- Del otro lado de la calle hay muchos podridos, y sea quien sea el ganador, ira contra ellos y dudo que le vaya bien- Ambos lo pensaron por un momento y bajaron sus armas lentamente.

-No vuelvas a hacer eso- Me tomo Adrián del brazo con fuerza y me jalo para colocarme detrás de él.

-Lo siento...-Respondí un poco bajo y apenado por que tenía razón, era estúpido haber hecho eso.

-No te preocupes, solo no lo vuelvas a hacer- Me abrazo con su brazo derecho ya que con el izquierdo aún tenía el arma.

-Tu amigo tiene razón, hay suficiente espacio para refugiarnos de la lluvia aquí los tres- Hablo el chico otro chico.

Me alegre al saber que también podía ser amistoso.

-Me llamo Sam, y él es Adrián, ¿Cómo te llamas?- Intente ser amistoso. No se dé donde había salido ese optimismo.

-¡Sam!- Me regaño Adrián.

El chico rio un poco y respondió.

-Me llamo Jason- Ahora si era amistoso.

-Vamos, ¿tus padres nunca te dijeron que no hablaras con extraños?- Adrián lucía un poco molesto y estaba actuando como mi madre, o como el estereotipo de una ya que nunca pude tener ese tipo de relación con mi madre.

-No te enojes, ¿sí?- Tome su brazo para intentar calmarlo- Si este tipo quisiera robarnos o matarnos, ya lo hubiera hecho-

-Como sea, a todo esto, los podridos de enfrente estas actuando raro- Tenía razón. Se habían quedado quietos, como si estuvieran apagados.

-Ustedes no salen mucho, ¿cierto?- Pregunto Jason quien había escuchado nuestra conversación.

-...- No hubo respuesta de ninguno, no sabíamos que decir, y no le podíamos decir de donde veníamos.

-Bueno, tomare eso como un sí. Hare mi buena acción del día y les daré algunos consejos- Parecía que conocía bien a los podridos.

-¿Gratis?- Pregunto sarcástico Adrián.

-No totalmente pero entiendes. Lo principal y obvio, es que una mordida es letal. Si te muerden, estas muerto, pero, si te llegan a rasguñar o cortar, lo más probable es que también te infectes y al cabo de unas horas, seas uno de ellos. Otra cosa que pude observar es que los atrae el sonido y movimiento. Por eso la lluvia les confunde, no saben qué hacer pero si en este momento nos llegaran a notar, nos seguirían y tratarían de comer- Seguramente este chico a estado fuera desde que todo comenzó. Ha aprendido a sobrevivir muy bien.

-Eso tiene sentido, del por qué están así ahora- No imaginaba que los podridos podrían ser tan "complejos".

-Has estado solo desde El ultimo día, ¿no es así?- Adrián adivino. Jason bajo la vista y no respondió.

-Todos perdimos a alguien- Dije para intentar mejorar el ambiente.

-Me da igual. Me voy, debo buscar un lugar para pasar la noche, anochecerá pronto- Dijo para después comenzar a caminar.

-Debemos ir con él- Dije repentinamente.

-¿Qué? ¿Estas demente?- Respondió molesto Adrián.

-Él conoce la ciudad también, nos podría ayudar- Era una loca idea pero era nuestra mejor oportunidad.

-Pero ni siquiera lo conocemos, no podemos confiar en él- Adrián lucia nervioso, aunque yo también lo estaba.

-Pero, ¿Confías en mí?- Sin decir una palabra, tomo mi mano y comenzó a caminar rápido para seguir a Jason.

No nos tomó mucho en poder alcanzarlo y por suerte, los podridos no nos prestaban atención. Agradecía que la lluvia fuera tan densa que dificultara un poco ver aun que cada empeoraba y el sol se estaba poniendo.

-No me sigan, no los ayudare- Dijo Jason aun con paso apresurado.

-Es obvio que estas solo, juntos podríamos tener más suerte- Ahora Adrián también actuaba persuasivo y amigable.

-Por favor, solo por esta noche- Intentaba convencerlo.

-Dense prisa- Sin decir más, continuo caminando rápido y nosotros detrás de él.

Al cabo de unos minutos, nos refugiamos en una tienda de muebles abandonada. Algunos muebles estaban destrozados, faltaban otros y por suerte, ningún cristal estaba roto, teníamos seguridad.

Al entrar, retrocedimos hasta la parte trasera de la tienda y después de revisar todo, encendimos una linterna de petróleo y nos sentamos alrededor de ella.

-Desearía que fuera una fogata- Dije mientras frotaba mis manos intentando calentarme.

-Estamos en un lugar cerrado, nos sofocaríamos. Además de que señalaríamos nuestra posición- Respondió Adrián mientras me cubría con una manta que había encontrado.

-Ustedes viajan ligero, ¿son de la ciudad?- Pregunto Jason.

-Sí, vivíamos aquí antes de esto. ¿Qué hay de ti? Tampoco llevas mucho equipaje- Lo cuestiono ahora Adrián.

-Voy de paso, pero por ahora hay un lugar donde me estoy quedando- También actuaba precavido.

-¿Has encontrado a más personas?- Estaba curioso por todo lo que pudo haber explorado.

-Si. He visto a varias pero no todas son tan amables como yo- Eso lo dijo sin mucho ánimo. No tuve que haber preguntado.

-Deberías intentar dormir. Aquí hay una cama en buen estado- Me gustaba que Adrián me cuidara mucho.

-¿Y tú qué tal?, ¿No vas a dormir?- También debía preocuparme por él.

-No te preocupes, vigilare un rato y después dormiré- No sonaba muy seguro pero debía confiar en él.

Tarde algunos minutos pero después de un tiempo pude dormir. Solo podía pensar en los podridos, en lo que paso con Jeffrey, Adrián y... Jean. ¿Estará preocupado? Espero que este bien, lo extrañaba. 

Contigo hasta la muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora