Quincuagésimo primero.

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El martes, Jennie convenció a su novia para que fueran a su casa a la hora de la salida. Planeaba algo lindo como ver películas, comer cualquier cosa dulce en la alacena, jugar a disfrazarse haciendo uso de las cosas en la habitación con objetos para fiestas que tenía su madre, cantar a todo pulmón o simplemente acurrucarse en el sofá para dormir la siesta.

La morena siempre aspiró a hacer ese tipo de cosas con sus parejas, pero los chicos y chicas con quienes había salido anteriormente preferían salir a fiestas o a beber de forma ilegal en alguna cosa estúpida, por lo que nunca pudo llevar a cabo las actividades a las que aspiraba.

Solo hubo una vez donde hizo algo estúpido y divertido que tachó de su lista. Kai y ella robaron golosinas de una estación de metro y salieron huyendo, pero los atraparon, más o menos. Caballerosamente, Kai se ofreció a entretener a los oficiales para que la morena pudiera huir cuando estuvieron a punto de atraparlos, y luego de haberlo recogido en la estación, la madre de Kai le prohibió volver a acercarse a Jennie.

—Kuma —llamó la morena con voz cantarina apenas morena la puerta de entrada—. Mamá está aquí, bebé.

—¡Kuma está ocupado jugando con su tío favorito! —Taehyung gritó desde el segundo piso.

—¡Su tía favorita es Rosé, imbécil! —Chilló Jennie de regreso.

—¡Me importa una mierda! —Devolvió él, y seguidamente un fuerte ladrido sonó desde la habitación de Tae.

Lisa dejó salir una risa divertida al ver la expresión malhumorada de su novia, pero decidió mantenerse en silencio y en cambio, colgó su bolso y el de Jennie en el perchero cerca de la puerta. La morena se recargó en la pared para quitarse las zapatillas y las dejó a un lado de la puerta, por lo que de forma educada, la chica tailandesa hizo lo mismo.

Luego caminaron juntas hacia la cocina para asaltar la alacena, o bueno, Jennie caminó hacia la cocina para asaltar la alacena y Lisa la siguió como un cachorro perdido. No porque le estuviera mirando el trasero al caminar...

—Entonces —la morena esbozó una sonrisa amplia y abrió todos los gabinetes de forma simultánea—. Tenemos Pop Tarts, Froot Loops, gomitas, las galletas favoritas del imbécil que me robó a mi hijo, Cheerios, Nutella, Twizzlers, algún tipo de malvavisco que no pienso poner en mi boca y Hershey's líquido. ¿Qué vamos a comer?

—Eh... ¿todo? —Ofreció la rubia.

Jennie esbozó la sonrisa más amplia de todas y miró a su novia por encima del hombro antes de empezar a sacar las cajas de golosinas.

—Al fin una chica de acuerdo a mi corazón.

—Una chica dispuesta a caer en un coma diabético por ti, querrás decir —la corrigió Lisa con una risa divertida, por lo que la morena hizo un gesto de desdén para luego empezar a colocar las cajas sobre la encimera—. Entonces, ¿puedo tener tu número de teléfono ahora?

Jennie se congeló en su lugar al dejar caer las golosinas sobre la superficie de mármol y miró a la rubia casi sin pestañear. Por su parte, Lisa tomó asiento en uno de los taburetes y se recargó en la encimera con un brazo sujetando su barbilla en alto.

—Eh... supongo que sí. Honestamente, tengo una novia muy celosa —terminó por decir la morena antes de tomar una Oreo y morderla—. Es posible que te tire un par de dientes y molares. Hasta parece que no confía en mí.

—¿Has pensado que igual y sí confía en ti, pero no en los demás? —Lisa se encogió de hombros y tomó un puñado de gomitas—. Solo hace falta verte para saber que medio instituto podría ir tras de ti.

—Qué interesante —Jennie se tragó lo que tenía en la boca y se inclinó en la encimera para quedar casi frente a frente con la chica tailandesa—. ¿Estás yendo tras de mí?

En lugar de responder, Lisa se inclinó para eliminar el espacio entre sus bocas y besó a la morena con cuidado y cariño al tiempo que usaba sus dedos para colocar un mechón de cabello oscuro detrás de la oreja de su novia, y no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios al paladear el chocolate en la boca de Jennie.

Se separaron luego de unos segundos y la morena tomó otra galleta.

—Deja mis malditas galletas en paz, Jane —espetó Taehyung mientras ingresaba a la cocina, pero se detuvo de forma abrupta al percatarse de la presencia de la rubia, por lo que -dirigiéndose a su hermana- preguntó—: ¿Quién es la tipa China?

—Tailandesa —Jennie lo corrigió.

—Si claro, no importa —zanjó él, por lo que Lisa le dedicó una mirada indignada y medio homicida—. Sin ofender, por supuesto.

—Lalisa Manoban, novia de Jennie —murmuró la rubia sin extender su mano—, y para que lo sepas, patearé tu trasero y haré que le implores a tu hermana que me detenga la próxima vez que tomes sin importancia mis raíces.

Taehyung miró a la morena con expresión pasmada, luego miró a Lisa y después nuevamente a su hermana.

—Vaya, al fin alguien digna de una chica como tú, hermanita —expresó en un tono gratamente sorprendido, y luego se giró hacia la rubia—. Ya me caes bien. Kim Taehyung.

—Uhm.

—Y bueno, como me caíste bien, te diré algo —murmuró en tono confidencial—. No dudes en acudir a mí si Jennie se pone toda insoportable, psicótica y francamente fuera de su mente. Te ayudaré a salir del país en menos de veinticuatro horas.

—Tae, vete a la mierda.

Él se encogió de hombros y tomó su caja de galletas antes de dirigirse a la puerta de entrada.

—Kuma se quedó dormido en tu habitación, yo voy a salir y hay preservativos en el botiquín del cuarto de baño principal. Diviértanse sanamente, chicas.

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˗ˏˋ𝐒𝐭𝐨𝐥𝐞𝐧 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬ˎˊ˗ 〔 Jenlisa 〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora