Serás Mi Reina - Bakudeku [OMEGAVERSE]

Capitulo 4: Encuentro

Presente

Mi cuerpo está pesado... Supongo que me dejaron en coma durante varias horas.

No puedo ver nada en la oscuridad, pero sé que estoy en cierta habitación.

Todavía me siento un poco mareado.

Estaba brillante detrás de la puerta y todavía estaba muy oscuro, pero la luz me ayudó al menos a ver un poco a mi alrededor.

Mis manos están atadas...

¡maldición! Se las arreglaron para atraparme.

¿Dónde diablos estoy?

...

A lo lejos escucho pasos.

—¿Está aquí?—.

—Si majestad, se encuentra atado e inconsciente, pero le recomiendo no bajar la guardia en ningún momento, recuerde lo que sucedió la vez pasada—.

—¡Ya lo se idiota! No necesito que me digas lo que debo hacer, enfócate en realizar bien tu trabajo—.

¡Mierda!... Reconozco esa voz.

Oí abrirse la puerta, era demasiado tarde.

—Veo que ya despertaste, nos volvemos a encontrar... Deku— Fueron sus primeras palabras al verme de nuevo.

Suspiré profundamente.

—No te das por vencido... ¿eh?— Dije algo fastidiado, ésta no era la primera vez que me encontraba ahí.

—Lo mismo te lo pregunto a ti...—Dijo Bakugo mirándome fijamente, no se le veía contento para nada, podía sentir su mal humor con la forma en que desprendía su aroma.

—Bueno, por lo menos no soy yo el acosador—Respondí mirando hacia el suelo con una mueca.

Sentí los pasos de Bakugo acercarse poco a poco.

—No logro comprender cómo rayos caíste tan bajo— dijo Bakugo en un tono oscuro, se notaba decepción en su voz.

—¿De verdad me lo dices a mi? Increíble, deberías verte en un espejo primero y luego...— Intenté hablar pero me interrumpió inmediatamente.

—Has cambiado tanto que ya casi ni te reconozco...—Siguió hablando ignorando lo que yo decía.

—Han pasado más de 10 años, evidentemente la gente cambia— Evitaba a toda costa su mirada, sabía perfectamente qué expresión tenía en su rostro.

Bakugo caminaba por toda la habitación, tratando de comprender todo lo que estaba sucediendo.

—¡Maldición! Entiendo que has pasado por mucho, pero esto ha llegado muy lejos... También deberías intentar de comprenderme—.

Apreté los puños con fuerza para evitar alzar la voz de más.

—¿Y acaso yo te pedí que me persiguieras a todas partes como un maldito maniático? Perfectamente podías ignorar todo lo que me estaba pasando, a fin de cuentas no es tu problema— Me molestaba el hecho de que tomara el papel víctima, cuando ni siquiera estaba en posición de actuar de esa manera.

—Sabes muy bien que no puedo hacer eso, Deku...— añadió Bakugo con el ceño fruncido.

—...¿Y yo tengo la culpa?...— Lo miré con desprecio, mientras intentaba levantarme, pero se me dificultaba teniendo las manos atadas.

Hubo un silencio algo incómodo, hasta que Bakugo lo rompió.

—Quédate—.

—¡NO!— Por fin me atreví a gritarle en su cara.