Capítulo 9

982 74 0
                                    

El tiempo siguió pasando y las cosas seguían igual, Afrodito la trataba como si fuera una sirvienta y sólo interactuaba con ella cuando le pedía algo, crear una joya para él u otra cosa, aparte de eso seguía actuando frío con ella.


Lo cual le dolía, Hefesto intentaba cualquier cosa para agradarle,charlar con él, escuchar sus problemas hacerle la comida, obsequios y hasta toleraba sus infidelidades. Si Hefesto no era ninguna tonta como pensaban su marido y la mayoría de los dioses que creían que era una tonta deformada y despistada riéndose de ella a sus espaldas.


Pero ella lo toleraba pues sabía que este no fue un matrimonio precisamente voluntario y no podía reprocharle nada aunque no podía negar que duele y se sentía humillada, los dioses que estaban con Afrodito en especial las diosas la miraban con suficiencia y superioridad como si ella no fuera más que polvo que debía barrerse del suelo.


No sólo los amantes de su esposo los otros dioses no la insultaban abiertamente, al fin y al cabo era hija de los reyes y una Olímpica pero le daban comentarios hirientes y humillantes.


Oh señora Hefesto tu también tienes tus cualidades, cada vez que una de nosotras se siente mal consigo misma solo tiene que pensar en usted o verla y nos sentimos como su esposo, las más bellas del mundo. Le dijo en una ocasión Selene para después irse mientras se reía de ella con los demás.


La mayoría de sus hermanos también eran así, sus medio hermanas las nueve musas era muy desagradables con ella tratándola con frialdad y desprecio y cuando pasaba al lado de ellas cuchicheaban entre ellas para estallar en carcajadas a continuación.


Pero Apolo era el peor, el maestro de las musas y también su hermano, el dios era muy hermoso pero también vanidoso con los de su alrededor sobre todo con ella. A menudo el y las musas solían burlarse de ella o jugarle malas pasadas como esconderle sus herramientas o empujarla a uno de los lagos del Olimpo.


Hefesto sabía que ese desprecio por parte de todos no era sólo por su apariencia sino porque consiguió lo que todo el monte anhelaba,casarse con el dios más bello, aunque no había ningún motivo para que se sintieran celosos con ella, ellos conseguían con su esposo lo que ella todavía no había podido.


Pero los peores eran Ares y Enyo.


Esos dos desde el principio la odiaban y la tenían tomada con ella, supuso que nunca se recuperaron del todo de la humillación que sufrieron por ella ese día cuando les dio la paliza. Ambos eran muy crueles pero no se atrevían a atacarla no después de lo que pasó.


Pero a Hefesto no le importaban las burlas y desprecios de los demás, y la ventaja es que así sabía quienes la querían de verdad y no por su apariencia.


Y no todos eran así Hermes era un gran amigo suyo y su hermana Artemisa solía ir a visitarla a su fragua y ver sus proyectos, en varias ocasiones acompañaba su hermana cuando iba de caza, incluso hoy en día se asombraba de que su medio hermana fuera gemela de ese insufrible dios del sol.


Su tío Poseidón quería a su sobrina y la respetaba, lo mismo con su esposa Amfitrite siempre le tuvieron aprecio y desde que descubrió su parentesco ahora estaban más cerca.

Fuego IncandescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora