13•Solo amigos

2.2K 386 117
                                    

En toda la región ha sido pronosticado días de lluvias, estás comenzaron desde el festival de Tanabata y no han cesado, los habitantes no tienen más remedio que pasar el día en sus casas, se ha dificultado el salir.

Los hermanos Haitani se hallaban recostados sobre la cama del mayor, las clases se habían suspendido debido al clima y aprovecharon la ocasión para un tiempo de hermanos. La película que se reproducía había dejado de entretenerlos, ahora Rindou se dedicaba a peinar el cabello de su hermano mientras comían chucherías y hablaban trivialidades.

–Debes dejar de perder cosas, primero el auto y ahora otra vez tus gafas.– luego de la pelea que tuvo, volvió a casa sin gafas y sin un zapato, Ran lo regaño, primero por dejarlo solo y luego por seguir perdiendo cosas.

–Yo no lo planee, fue por una buena causa.– jalaba un poco del cabello de su hermano, según el era un hermoso peinado el que estaba realizando.

–Esa "buena causa" es de color azul ¿No?– sabía bien que su hermano había estado saliendo con alguien, más no sé imaginó que el chico que vio en el festival era quien tenía así al menor.

–¿Eh? ¡Oh! Te refieres a mí algodón, solo lo ayude con algo.– su cabeza estaba en las nubes, como si estuviera y a la vez no, tenía demasiadas cosas en que pensar, desde ese día se había estado sintiendo raro.

–¿Tu algodón? Ah veo que no eres nada lento.– le costaba creer que había conseguido lo que quería, su hermano por fin pudo atrapar al chico de mal carácter.–Entonces al fin lo atrapaste, y ¿cuando lo dejaras?

–¡No es nada de eso! ¡Y no pienso dejarlo! – jalo del cabello del mayor en un acto de enojo, sabía bien que sus intenciones al principio no eran buenas, pero conforme pasó el tiempo, terminó por no querer alejarse del ojiazul.

–¡Auch! Tu mismo lo dijiste, fueron tus palabras no las mías.– hizo una mueca de dolor, pareciera que Rindou intentara sacarle el cabello.– ... Un momento...

–¿Que te suce– fue interrumpido abruptamente por el grito de su  hermano mayor.

–¿¡Te gusta ese chico!?– el simple hecho de ver que a su hermano le gustará alguien lo dejaba con la boca abierta, cuando Rindou salía con alguien normalmente lo dejaba a los dos meses, incluso menos, nunca una relación estable o formal, lo hacía por simple capricho o aburrimiento.

–¡No me grites! Joder, vas a dejarme sordo.– sobo sus orejas, al estar tan cerca, el grito retumbó por sus oídos causándole molestia.

–No quieras evadir mí pregunta.– lo hacía casa vez que no quería hablar de algún tema, el rubio desviaba la conversación a otra, o incluso lo ignoraba y se iba a otra habitación, para después volver como si nada hubiera pasado.

–... No estoy evadiendo nada, solo es un amigo.– murmuro un par de cosas que el mayor no pudo comprender, una manía que tenía el rubio.

–¿Solo un amigo? ¿Y eso no te gusta?– pudo ver la mirada de sorpresa y confusión plasmada en su rostro, dio en el clavo.

Rindou dejo caer su cuerpo sobre la cama, flexionando su brazo sobre su rostro y dio un suspiro largo y cansado. Sintio un peso extra a su lado, supo de inmediato que Ran se había acostado junto a él.

–Solo somos amigos, me pasó todo el tiempo viendo si responde mis mensajes,– recordó cuando se vio a si mismo frente a su teléfono mirando si el ojiazul se conectaba.– me pongo ansioso cuando no lo veo en la estación, me gusta cuando frunce su ceño si no entiende algo o cuando se sonroja por pequeñeces. Pero... solo somos amigos.

Saco el brazo que cubría su rostro para mirar al mayor, el cual le sonreía en comprensión, no era fácil para ninguna parte, a Rindou nunca le gustaba verdaderamente alguien. Era como una mariposa, volando de flor en flor, que cruel fue el destino al cruzarlo con esa florecilla azul.

Todo se debía a la falta que le hicieron sus padres, desde pequeños era Ran quien se hacía cargo de los dos, rara vez sus progenitores se encontraban en casa, la excusa a su ausencia siempre era la misma, el trabajo y la típica frase que odiaban escuchar, "es para que tengan una vida mejor". Lo comprendían, pero no necesitaban de tantos lujos innecesarios, al menos una simple mirada o un rato en familia.

Para Rindou, su hermano mayor era su única familia y viceversa, aunque también contaban con la presencia de su abuela paterna, si bien no vivía en el mismo país, siempre se encargaba de hacer llegar una carta o una llamada, no olvidaría a sus únicos nietos.

–Valla, si que te gusta.– acarició el cabello rubio del ojilila.

–Ran ¿que debo hacer?– necesitaba ordenar sus ideas, se encontraba en un gran lío del cual no podía salir, y eso le era muy frustrante.

Si tan solo supieras que él se siente igual.

No puedo decirte que hacer, solo aconsejarte para que tomes una decisión, pero eso depende de ti, nadie más solo tú.– no podría decir que era un experto en ese tipo de situaciones, algo como el amor no le interesaba en lo absoluto.

–No lo entiendes, no lo viste como yo.–   no sabía el porque, pero aún podía sentir con el, la cálida sensación del cuerpo del ojiazul, ese abrazo era quien había desencadenado en el tantas sensaciones.– cuando lo tuve entre mis brazos tuve la necesidad de no soltarlo jamás.

El destino es incierto y no se sabe que rumbo es el que te llevará a lo que quieres, un paso en falso y podrías tomar la decisión equivocada, o bien podrías ser feliz con esa decisión.

El rubio siempre había visto la vida como si de una película se tratase, en la cual el era protagonista y los demás sol extras que hacían trastorno a su historia, así era hasta que un pequeño algodón de azúcar se coló en una de sus tomas y termino siendo el personaje principal, aquel que daba sentido a la trama. Y termino por gustarme tanto su actuación que ya es parte de mí película.

Se sentó a las orillas de la cama, y revolvió su cabello en un intento de dispersar sus pensamientos.

–¿Que harás entonces?– el ver cómo el rubio parecía perdido en cuanto a sus ideas le ponía en un estado de preocupación, su hermano menor siempre tenía una respuesta a mano, no dudaba, pero ahí estaba, sin obtener una contestación clara.

–Yo... quiero un futuro, donde estemos juntos, tomando helados después de vernos en la estación, que se enoje por hacerlo sonrojar y poder tomar su mano cuántas veces yo quiera.– metía la pata con cada paso que daba, el lo sabía muy bien, pero quería por una vez dar un paso firme, miro el pequeño dije de un pez que se posaba sobre su mano.– pero... no como amigos.

–Sabes que cuentas conmigo para todo. Te apoyo Rin.

Y no sé cómo explicar esto que siento, pero sé que te quiero. Voy a borrar ese pasado malo, solo quédate a mí lado, solo toma mí mano. Sé que tienes miedo del futuro, también lo tengo, pero si estamos juntos, no se ve tan malo.

Sé que solo somos amigos, y que no quieres volver a caer, pero te prometo que aunque solo siendo amigos, haré que el futuro se vea más brillante.

Ran, ¿Que te pareció mí peinado?

–Te soy sincero ... Esta horrible.











Broken || RinGryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora