Jiang Cheng recibe cartas anónima de alguien, solo sabe que son de alguno de sus amigos, al principio pensó que era una broma pero los lindos papeles púrpuras no dejan de aparecer en su mochila. Solo hay un inconveniente... ¿Cual de todos los idiota...
No me voy a excusar esta vez, la verdad me daba paja pensar en algo para actualizar, conste que desde un principio esto era random y para reírse entre tanto FF triste o horny.
Aparte que sigo mal por el final de MDZ, Jiang Cheng es mi favorito así que me afecto muy mal el final tan injusto que le dieron
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Bien, son las 7:50 am y yo como mucho dormí dos horas por dar tantas vueltas en la cama pensando en que hacer... Le gusto a Wei Ying, no planeo perder tiempo negándolo, pero ¿El me gusta a mi?.
Volví a moverme en la cama para agarrar mi celular y ver mi fondo de pantalla, la misma foto vieja que A'Li nos tomo cuando Wei Ying llegó a nuestro hogar, odie que dieran a mis amadas mascotas, perola idea de tener una especie de hermano con quien hablar no me pareció mala idea.
Desde que llegó somos amigos, confiamos el uno en el otro y nos conocemos mutuamente bastante bien, sus primeras novias no fueron problema, me agradaban porque eran bastante dulces con el y se lo notaba feliz, con mis primeros novios no fue para nada parecido, ninguno le agradaba... Ahora entiendo parte de sus razones.
Me levante simplemente para sentarme frente a el escritorio que puse en mi cuarto para poder hacer mi tarea tranquilo, abrí una caja al costado sacando todas las notas para releerlas de nuevo. Que verdaderamente idiota fui como para no notarlo desde un principio.
Aunque bueno, eso no cambiaría nada, el idiota de Jiang Cheng ya la cago y no hay vuelta atrás, tenía que hacer todo ahora. La idea de perderlo me dolía, pero no merece una confusión, el definitivamente no merece sentirse plato de segunda mesa jamás.
Tome mi teléfono y a pesar de que era demasiado vergonzoso si me descubrían abrir el maldito buscador de Google.
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Aparte la primera opción de búsqueda y empecé a anotar las compatibilidades con lo que siento al verlo...
Un veintitrés de veinticinco... Yo no me pongo nervioso al verlo, me transmite paz, me siento seguro con el. Tampoco siento celos de quien lo rodea, se lo capaz que es para defenderse y no soy quien para interferir en su felicidad.
