La Primera Cita

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- ¡Wow! - exclamaron los niños, cuándo su abuela les terminó de contar todo acerca de Luz y su llegada a las Islas Hirvientes.
- ¿Entonces la abuela Luz no tenía poderes mágicos cuándo la conociste?
- No, los humanos no poseen el saco biliar que tenemos las brujas en el corazón.
- ¿Entonces? ¿Cómo hacía magia? - Preguntó Tyrion.
- Bueno, ella dominó la magia de glifos. Una magia muy antigua que está inspirada en la naturaleza y sus fuerzas, algunos la consideraban magia salvaje pero para mí era algo de lo más hermoso que pude ver.
- ¿Nos la puedes enseñar?
- Claro que sí. Pero aquí no hay magia, deben esperar hasta que volvamos ¿okay?
- ¡SÍ!
- Abuela, ¿Cómo fue tu primera cita con ella?
Amity sonrió a sus nietos, abrió uno de los álbumes de fotografías y en las primeras páginas, los niños vieron muchas fotografías pertenecientes a diversas personas y lugares del mundo pero en la octava hoja estaba la foto que Amity quería enseñarles.

En ella se podía apreciar a Amity con su pelo teñido de púrpura, llevaba una blusa negra, falda roja y zapatillas también de color negro

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En ella se podía apreciar a Amity con su pelo teñido de púrpura, llevaba una blusa negra, falda roja y zapatillas también de color negro. Luz por otra parte, llevaba una sudadera morada, bermuda de mezclilla y tenis a juego con su sudadera. Mientras que Amity parecía preparada para ir a un lugar elegante, Luz era todo lo distinto.
Aliathra miraba con ojos curiosos la fotografía, Tyrion y Lilia habían puesto ojos brillantes con la imagen de sus dos abuelas.
- ¿Nos puedes contar como fue ese día abuelita? - Le preguntó Lilia.
- Claro que sí - Amity tomó la fotografía del álbum y mientras la veía, comenzó a narrar - Pocos días después de haber derrocado al Emperador Belos, Luz empezó a prepararse para volver a su mundo aunque también comenzó a evitarme. Trataba de acercarme a ella, hablar sobre sus planes de volver y también la posibilidad de irme con ella, no estaba dispuesta a dejar ir a la persona más importante de mi vida.
Pero un día encontré una carta sobre el buró de mi habitación, era una sorpresa que hubiese pasado el filtro de mi madre, ya que siempre revisaba la correspondencia. Pero cuándo la leí, empecé a comprender el porqué he amado a Luz todo este tiempo, esa carta era más bien una invitación a una cita.
Recuerdo que cuándo leí esas letras, sentí una felicidad tan grande que casi me desmayé de la emoción, pero el hecho de que mi novia me estaba invitando a nuestra primera cita me exaltó demasiado y me dispuse a ir con lo mejor que tenía a mi alcance, creía en un principio que Luz podría llevarme quizá a un restaurante, no uno elegante pero sí uno romántico, era la cita que siempre había soñado toda mi vida. Pero desgraciadamente enfrentaba un gran dilema y era que no tenía no podía elegir un complemento adecuado para la ocasión.
- ¿Entonces cómo acabaste con la ropa de la fotografía abuela? - Le preguntó Tyrion.
- Bueno pequeño, le debo eso a mi hermana Emira. Recuerdo que, al no encontrar nada que ponerme había tenido un ataque de pánico tan grave que estuve a punto de desmayarme pero Emira llegó en el momento correcto y cuándo escuchó mi situación, sin pedirme nada a cambio, me regaló el conjunto que ven en la foto. Lo estaba reservando para su graduación, pero ella prefirió verme feliz en la cita y siempre le estaré agradecida. Al cabo de muchas horas de arduo trabajo, mi hermana terminó de arreglarme y estaba lista para ir a ver a mi Luz, tanto Emira como Edric me desearon suerte y prometieron que mis padres no intervendrían en este bello momento de mi vida. Recuerdo salir a hurtadillas de la casa y al salir de los límites de la propiedad eché a correr hacia Huesosburgo, mi Luz me estaba esperando.

- ¿Y mi abuela Luz te llevó al restaurante?

- Bueno, después de haber ido al pueblo, recibí una llamada de Luz, me pedía vernos en el bosque, para ser más específicos niños, cerca de la casa Búho.

- ¡Ohh! ¿Y que más pasó?
- Bueno, después de qué llegué a la casa búho, toqué la puerta y ahí me recibió King, cuándo todavía era muy pequeño, de hecho, aquí hay una foto de esos tiempos.
Amity dio la vuelta a la página y ahí se podía apreciar una foto de Luz sosteniendo a King cuándo apenas llevaba unos días de haber llegado a las Islas.

- ¡Awww! - Los niños estaban muy encariñados con la inocente apariencia que tenía el pequeño King en ese tiempo, ya que en la actualidad era más imponente y aterrador, aunque siempre ha tratado muy bien a los niños y a su madre

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- ¡Awww! - Los niños estaban muy encariñados con la inocente apariencia que tenía el pequeño King en ese tiempo, ya que en la actualidad era más imponente y aterrador, aunque siempre ha tratado muy bien a los niños y a su madre.
- Bueno - Amity volvió a retomar la historia - como les iba diciendo, cuándo llegué a la casa, King fue el que me recibió y cuando pregunté por Luz, él me pidió que lo siguiera y yo lo seguí hacia el bosque, lo que me dejó muy extrañada y un poco decepcionada. Pero iba a cambiar de opinión dentro de poco.
- ¿A dónde la llevaron abuelita? - Preguntó Aliathra.
- Pues, King me llevó a través del bosque y debo admitir que fue una tortura caminar con las zapatillas - Amity esbozó una pequeña sonrisa - Pero cuándo salimos de la vegetación, vi un bello claro, cerca de un risco que tenía vista al Mar Hirviente y ahí estaba Luz, con la ropa de la fotografía y traía una canasta para hacer un picnic. Puedo decirles niños, que esa cita era mejor de lo que yo jamás había esperado, Luz me había preparado varios platos de comida del reino humano y trajo sangre de manzana rebajada para beber, su abuela me preparó algo que ella llamaba espagueti y tarta de cereza, sin hadas, parece que a su abuela jamás le gustó su sabor.
Los niños no dijeron nada, a ellos tampoco les gustaba el sabor del pay de hadas después de todo.
- Puedo decirles que su abuela preparó una cena exquisita, mejor que haber ido a ese restaurante y cuándo terminamos de cenar, nos quedamos sentadas en el césped y esperamos a contemplar la puesta del sol, ahí Luz confesó su amor hacia mí y que esperaba permanecer a mi lado por siempre.

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