C13. La enfermedad del corazón roto.

Comenzar desde el principio
                                    

—Claro que sí.—decido.—Una vez leí en algún lado que cuando las mujeres se sientes tristes o padecen la enfermedad del corazón roto; ir de compras es terapéutico…—bromeo.

—Eso es verdad.—Asiente Bel.

—Er tenía razón cuando dijo que tenía que seguir adelante y no enfocarme tanto en Jamie porque no era algo real…—pausa.—y cuando lo sepa seguro me dará un gran “¡te lo dije, Yanelis, te lo dije!”

—Hey no.—respondo.—Eso no va a pasar. Primero porque Erick te ama y aunque crea que tiene razón no creo que sea tan cruel como para reírse de ti por ello…en segundo, porque decir “te lo dije” está de más realmente.

—Eso es verdad.—me apoya Bel.—Sólo no le digamos esto a esos pesados, será un secreto de cuñadas y un pacto de chicas ¿les parece?

—Me parece una buena idea.—asiento.

—¡No!—la voz de Yanelis llena el aire y luego un pequeño gritito escapa de sus labios.—Oh. Mi. Dios.

—¿Qué pasa?—cuestiono girándome en mi propio asiento.

—¡Me envió un mensaje!—exclama.

—¿Qué?—susurra Bel.—¿Quién te envió un mensaje? ¿Erick?

—Dios, no. ¡Jamie!—suelta.—Jamie me envió un mensaje de texto.

—¡Eso, Yan!—pauso.—¿Lo ves? ¡Eso es increíble!

—Oh. Mi. Dios.—farfulla una vez más.

—¿Qué pasa?—pregunta Bel está vez.

—¡Me ha invitado a salir!

Bel se echa a reír un momento y niega un poco.—No es tan tonto como parecía, Yan…

—¡Es muy lindo!—susurra sin mirarnos.

—¿La hemos perdido, verdad?—cuestiona mi cuñada dejando escapar un pequeño suspiro. Me rio en voz baja y asiento volviendo mi atención al frente.

—La hemos más que perdido…

(…)

—¡¿Puedo pasar?!—cuestiona la voz de Christopher a mis espaldas.

Me  giro sobre mis talones, me rio en voz baja y asiento lentamente.—Claro que sí, mi amor. Ni siquiera tienes que preguntar eso.

Lo veo caminar lentamente hasta mí y cuando estoy a su alcance, envuelve sus brazos alrededor de mi cintura.—Hola.

—Hola.—murmuro ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—¿Cómo les fue en su día de chicas?—me rio de nuevo y asiento.

—Bien.—pauso.—Primero fuimos un rato a la playa, después tomamos helados y oh, sí, día de compras.—le cuento y él se ríe también.

—La enana estaba más feliz que esta mañana…de hecho, no deja de sonreír…—comenta casualmente. Mis ojos se encuentran con los de Christopher un breve segundo y luego me encojo de hombros.—¿Pasó algo?

—Pasó algo, sí.

—¿Y me lo vas a decir?—pregunta en voz baja.

—No.—decide sin más.

—¿Por qué no, amor?—me rio en voz baja y niego lentamente.

—Porque es algo personal de Yanelis y porque no me compete decirlo.—respondo encogiéndome de hombros.—Así que si has venido a eso…ahí está la puerta.—bromeo y él se echa a reír antes de dejar un cálido beso sobre mi boca.—Eso pensé.

ALWAYS YOURS #3 (Saga STARVING)|Christopher Vélez(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora