Cacería

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La rueda de prensa había terminado y Steve descendió de la tarima en medio de fuertes vítores de la concurrencia que se encontraba presente cuando fue realizado el anuncio de su vida. Muchos niños de diferentes edades y madres se acercaron a él en busca de un autógrafo en sus carteles y mercadotecnia del Capitán América, y Steve firmo todo con agrado, y con una sonrisa en sus labios.

Pero, viendo a todas esas familias, a los niños con sus padres, quienes cuidaban de ellos con cariño, no pudo evitar pensar por un instante en cómo sería tener eso para él. En tener un alfa que lo cuidará y a quien pudiese cuidar de vuelta, que lo amara tal cual era, con quién compartir sus anhelos e ilusiones, sus miedos, sus esperanzas y que lo alentará en los momentos difíciles y los fracasos, un apoyó que le dijese que no estaba solo. En cómo sería tener algo como lo que tenían María y Howard, o como lo que tenían Peggy y su esposo, tener a alguien en el mundo para él y, quien sabe, tener hijos, aunque en su condición era poco probable, o adoptarlos y darles la vida que él mismo no pudo tener en su familia.

A esos pensamientos, le siguió la imagen de Tony en los distintos momento de su vida cuidando de él, hoy por ejemplo, le había ayudado a limpiar sus heridas y le hizo una promesa, que fue la mayor muestra de su amor por él. No podía dejar de preguntarse si Tony era su destino, si había sido Tony la persona con la que podría volver realidad sus más grandes anhelos e ilusiones, si Tony era la persona que el destino le había dado para acompañarlo por el resto de su vida, esa persona por la que tanto tiempo Steve había esperado.

Esta no era la primera vez que se lo preguntaba, pero, contrario a las veces anteriores en las que lo descartaba tan rápido como aparecía el pensamiento, está vez lo estaba considerando realmente, porque ahora era una posibilidad tangible, Tony, dentro de poco, cumpliría dieciocho años y ya era todo un alfa, por lo que la posiblidad de tener algo con él era bastante real. Cómo si no fuera poco, estaban la charla que tuvo con Peggy y la charla que tuvo con Tony, las cuales removieron cosas en su interior que mantenía dormidas o reprimidas, pero que estaban allí y que pesaban en su cabeza y corazón todo el tiempo.

Las preguntas en su cabeza fueron silenciadas en el momento en que sonó el primer disparo y que los vítores de la concurrencia se transformaron en gritos de miedo, histeria, pánico y dolor.

Steve no dudó ni un instante en alcanzar su escudo y lanzarse de lleno a la disputa, localizando a los atacantes e impactandolos con su escudo, en un intento de ganar algo de tiempo, para que las personas huyeran y para descubrir cómo neutralizar a los atacantes, quienes se encontraban disparando de forma indiscriminada contra los asistentes, entre los cuales se encontraban familias completas.

Al ser localizado entre la multitud que huía despavorida, los ataques se centraron en él y dio gracias a Dios por ello, ya que así sería más fácil enfocarse en su objetivo, sin tener que preocuparse en demasía por todos aquellos que se encontraban en el lugar.

Steve logro deshacerse del primer grupo con éxito, sin embargo, supo que esto se trataba de un problema mayor, y no de un ataque ajeno que buscaba llamar la atención, aislado de la grave situación por la que atravesaba el país, en el momento en que los atacantes que estaban severamente heridos empezaron a derramar espuma por la boca.

No había ninguna duda de esto, era HYDRA, ese era su modo de operar, sin embargo, siendo un poco iluso, Steve esperaba que la respuesta de HYDRA se demorará un poco más y no ocurriera en la mitad del todas estas personas inocentes, las cuales, lo único malo que habían hecho había sido venir al Capitolio a verlo y a escuchar su declaración pública.

Fue derrotando certeramente a todos los nuevos frentes que aparecían, viendo como el mismo patrón se repetía con cada uno de los combatientes de HYDRA, hasta que llegó a un hombre diferente a los demás, quien sospechaba, era el líder de el grupo que había sido enviado por HYDRA.

El Alfa Perfecto Para MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora