Cuatro

2.8K 205 4
                                    

Cansada ya que hacia un calor del mismísimo infierno llegó a mi dulce hogar. Lo bueno de esta casa es que al entrar estaba helado, era como un témpano de hielo. Era como estar en el polo norte, con papá Noel.

— ¡Madre! — grité al entrar.

— Estoy en la cocina amor — contestó mi madre.

Dejo mi bicicleta aun costado y la mochila en el sillón, camino hacia la cocina y veo que había comida china en la mesa y cuando pasaba eso significaba que estaba feliz y que ocurrió algo bueno.

— Que estamos celebrando madre — dije sentándome junto con ella.

— Hoy día estamos celebrando mi nuevo empleo, voy a trabajar en la empresa más famosa de California y estás viendo a unas de las nuevas secretarias — dijo feliz.

— Whoa madre es una buena pero excelente noticia — dije abrazándola.

— ¿Y a ti, como te fue en tu primer día de clase de este último año?

— Hice dos amigos, son muy buena onda. Me dieron un tour por la escuela y tienen de todo madre, hasta duchas — dije empezando a comer.

Nunca nos faltó la comida yo y madre siempre estuvimos juntas, no éramos millonarias, pero vivíamos bien. Y ahora que tiene un nuevo trabajo tendrá un buen sueldo y viviremos mejor todavía.

— Nos invitaron a cenar cariño, y solo te diré una cosa. No seas tan fría y pesada de acuerdo — me dijo mi madre mientras la veía llenarse la boca con comida.

— Haré lo que pueda y daré mi mayor pero gran esfuerzo.

En toda la tarde estuvo buscándome ropa mi madre para cenar con sus nuevos jefes, pero solo me puse un pantalón, una polera blanca y una camisa roja encima. No quería verme tan formal pero tampoco tan ordinario y así me sentía cómodo.

— Vamos mamá, llevamos cinco minutos de retraso — dije gritándole desde la puerta.

Escucho sus pasos de prisa desde la segunda planta, rodeo los ojos cuando escucho que no encontraba sus pendientes favoritos. Segundos después escucho pasos bajar por la escalera y la veo con un pantalón, una blusa floral y ligeramente maquillada.

Mi madre es tan hermosa.

Salimos de la casa y empezamos a caminar, eran como las siete de la tarde y en estos momentos estaba fresquito. Caminamos dos cuadras más ya que los jefes vivían bastante cerca de nosotros.

— Tu padre me llamó ebrio, no sé cómo consiguió mi número, pero dijo que quiere hablar contigo — dijo mi madre.

— Yo no quiero hablar con él, me da lo mismo en donde vive, si come o no, o si está vivo. No me interesa y si sigue insistiendo bloquea su número ― hablé mirándola.

— De acuerdo, pero no te cabrees — dijo abrazándome por la cintura.

— Lo siento.... solo que me da rabia que después de siete años quiera volver a saber de mí de nuevo. O que quiera volver hacer papá ya que desde hace tiempo no lo es — dije rodeando mi mano a sus hombros.

— Olvidemos este mal rato ¿de acuerdo?

Yo asiento con una sonrisa y seguimos caminando por las calles. Cuando llegamos era una casa enorme, tenía un gran estacionamiento y por las rejas se podía ver un patio trasero grande con una gran piscina en su interior. Mi madre toca el timbre y segundos después veo a una señora castaña caminar hacia la puerta. Nos abraza cariñosamente como si no nos conociera desde siempre, de toda la vida.

— Vamos, pasen ― habló después de unos segundos.

Escuchando sus palabras la seguimos detrás suyo y caminamos hasta entrar a su casa. Una linda casa rústica de madera, elegante a la vez y única.

— Tu debes ser Noah — dijo una voz masculina.

Me giro y veo a un hombre que se supone debe ser el esposo.

— Bruno un placer, ella es Becky mi esposa — dijo Bruno presentándose.

Yo asiento mi cabeza tratando de hacer una sonrisa, pero creo que salió fingida ya que mi madre me dio un codazo en mi costilla. Seguimos al hombre y nos sentamos en una mesa demasiado adornada.

— Olivia bajará en unos minutos — dijo Becky.

Cierro mis ojos por el nombre, le deseaba a todo el mundo que no sea la Olivia que tengo en mi cabeza, pero como tengo tan mala suerte y nada de lo que quiero resulta como quiero, debe ser la Olivia que tengo en mi mente en estos momentos.

Oigo unos pasos que venían detrás de mí y no quería girar mi mirada, pero cuando la veo que se para aún lado de Bruno, quise irme de aquí.

— Les presento a mi única hija Olivia. Olivia ella es Amala y Noah — dijo Bruno con una sonrisa.

Olivia con una sonrisa claramente fingida nos saluda a mí y a mi madre, para luego colocarse bien lejos de mí. Sabía que esta cena iba ser muy pero muy aburrida.

🅶🆁🅰🅲🅸🅰🆂 🅿🅾🆁 🅻🅴🅴🆁

Love And Hate? / Olivia Rodrigo / G¡PWhere stories live. Discover now