4. Peace

898 79 134
                                    


Era un día muy hermoso, los pájaros cantaban, las flores florecían, y el brillo mañanero amarillento del sol se asomaba por la ventana con las cortinas entrecerrada como una fina línea que iluminaba los ojos del pelinegro.

Se encontraban en la cama abrazados el uno del otro, con su pijama de patitos estampados puesto y Karl con uno de ranitas, algo muy bonito en la perspectiva de quien los viese.

La luz terminó por despertar a Quackity por completo, observando a su compañero y haciendo lo posible por no despertarlo cuando intentó salirse de la cama con cuidado, permitiéndole al mayor descansar un poco más.

Era muy común para Quackity que Karl fuera muy cariñoso, abrazando algo o a alguien cuando dormía, algo que le daba aún más motivos para creer que una criatura como él no sería capaz de hacer alguna atrocidad de las que anteriormente se le había dicho a su persona.

Lo miró unos segundos dormir, con sus cabellos castaños desordenados que le daban un toque tierno, para luego sacarle una sonrisa cuando este buscó algo a lo que abrazar nuevamente, encontrándose con una almohada y colocándose en una pose de Koala alrededor de ella por así decirlo. Luego de eso se dispuso a tomar sus ropas necesarias para alistarse en lo que el otro despertaba.

Se dirigió al baño e hizo lo que tenía que hacer; como cepillarse, bañarse y entre otras cosas; al salir ya cambiado de ropas y con el cabello mojado se encaminó a la cocina preparándose de desayuno una taza de cereales con leche y un jugo de naranja, un desayuno no tan pesado y saludable a su parecer... error.

Desde la cocina cuando tomaba una cuchara del cajón debajo de la isla pudo ver como de su habitación salía un adormilado Karl, que bostezaba delante de la puerta estirando sus brazos hacia arriba y atrás mostrando un poco de su abdomen debido a que el pijama era un poco corto a pesar de ser grande.

Karl fijó su mirada al que se encontraba en la cocina sonriendo, pronunciando un suave "buen día Quackity", seguido de la respuesta semi igual del menor, sólo que cambiando lo último por el nombre del contrario.

–¿Dormiste bien? Sé que es incómodo no tener otra cama para no dormir juntos, y quizá hice algo que te haya incomodado– miró al suelo con pena y vergüenza mientras se rascaba la cabeza. –Por eso pregunto...

–No tranquilo Karl, dormí muy bien, supongo que fue gracias a que me abrazaste– bromeó mientras se sentaba en una silla de la mesa a un lado de la cocina.

El mayor miró con sorpresa y un ligero rubor al contrario –¿Que yo qué...?– se quedó estático en su lugar.

–No te sorprendas, no es la primera vez, además no me molesta– miró a Karl sonriente aunque este solo miraba al suelo luego de oír sus palabras, denotando vergüenza en su expresión al juntar ambas manos y jugar con la manga de su pijama estirándolo hacia abajo para tapar sus manos.

Manos cuyas uñas estaban pintadas con esmaltes de colores, los cuales Quackity y él habían comprado un día solo para entretenerse con las cosas desconocidas del mundo y las expresiones fascinadas de Karl al ver el resultado de aquello.

Tantas cosas que habían hecho juntos.

Como ir al supermercado juntos a por alimento necesario para subsistir, Karl corría por los pasillos o se subía a un carrito metálico conduciendo hacia los lugares que Quackity le indicaba, riendo cada que el pelinegro le regañaba para que no se cayera junto con el carrito de las compras, observando muy detenidamente cada una de las cosas que había en ese lugar; frutas, verduras, botanas, bebidas, entre otros. E incluso le preguntó al menor si podían comprar cierta bebida que le había llamado la atención, a lo que Quackity no se negó ya que no era alcohólica, sino energética.

El Diablo en 3 Segundos | Quacknap [CANCELADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora