En sus garras ⛓️❤️ [En Curso]

†14† Primera noche secuestrada

Capítulo dedicado a: luciamoonlight_16
Mi tocaya y compañera ❤️
Feliz cumpleaños, monstruito ❤️

Sandy

El contacto de sus dedos con mi barbilla quema. Quiero quitarlos pero me da miedo su reacción.

No he podido moverme desde que entré aquí, ni un solo músculo. Me quedo ahí, viéndolo desde abajo.

Su figura alta e intimidante, contra la mía pequeña y vulnerable.

Sus palabras se calan en mí más de lo necesario.

—Bienvenida a tu infierno personal, amada mía.

Aunque ya tenga varias horas aquí, me es díficil no recordar las que me llevaron a estar aquí.

Mis labios se abren inconcientemente, él lleva su vista ahí viéndose más dominante. Su pulgar dejando una suave caricia en la piel de mi mejilla.

Los disparos, los vidrios rotos, los encapuchados, el llanto de mi madre, el rostro de preocupación de mi mejor amiga...

Todo se mezcla de nuevo, me es imposible contener las lágrimas que se empiezan a acumular en mis ojos.

—No llores, mi amor —el chico frente a mí vuelve a hablar—. Tenerte aquí es solo una parte del plan.

Su ojo hace un pequeño guiño, soltando mi barbilla. Siento un leve fresco al romper ese contacto.

—Maggie, puedes retirarte —ordena a la señora, que todo este tiempo estuvo a un lado en silencio. Y cuya presencia había olvidado por completo.

La señora asiente y empieza a caminar, perdiéndose de mi campo de visión. Lo siguiente que escucho es el sonido de la puerta abrirse y volverse a cerrar.

El chico da unos cuanto pasos lejos de mí. Lo cual me relaja un poco.

Se acerca al escritorio dándome la espalda.

Sus dedos toman el vaso de vidrio que reposaba en el escritorio, lo lleva a sus labios y bebe un gran sorbo. Gira su cuerpo hacía mi sentándose a la orilla del mueble con las manos a cada lado de su cuerpo.

Toma una respiración profunda y vuelve a tomar del vaso, puedo escuchar el tintineo de los cubos de hielo. Con el vaso aún cerca de su boca, cruza sus formados brazos fijando su mirada en mí, escaneándome. Me pone nerviosa.

Una brisa fría proveniente de la ventana hace mover la falda de mi vestido. Él lleva su vista a la zona, toma una gran respiración y vuelve a beber con la vista aún ahí. La acción me pone más nerviosa.

Siento que pasan varios minutos cuando deja el vaso en el escritorio, levantándose y caminando hacía mí, más no se acerca. Se queda varios pasos lejos de mí.