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- ¡No! ¡Exijo una maldita revancha, es imposible que me hayas ganado en un puto Monopoly, es injusto!

-Te saqué como cinco veces a Disney, Beverly Hills y a Tokio; así que lo lamento tanto.

- ¡Matthew Lee Espinosa tendrás revancha te guste o no!

- ¡No eres mi madre!

- ¡Pero sabes que te puedo manipular te guste o no!

-Sí, claro- dijo sarcásticamente- ¡Ya hemos jugado esto como tres veces!

- ¿Y eso qué tiene? ¡Quiero mi revancha!

[. . .]

Matt

La verdad que no entiendo el porque quiso como quince revanchas, estuvimos dos horas hasta que optó por rendirse

- ¡Odio este juego! ¡Lo hago y siempre lo haré!

-Que no aceptes perder no es mi problema.

- ¿Y cuándo dije que era tuyo?- preguntó.

-Suponiendo que siempre dices que todo es mi culpa, como lo de tus uñas.

-Ese si es tu problema porque tengas como cien cortaúñas en tu habitación.

- ¡Cierra la boca, Hayley!

[. . .]

Tener que estar con él en la misma habitación de hoy no sería mala idea, pero la cosa era que estaban las habitaciones separadas unidas y por una puerta en común.

Al ser fin de semana, nuestros padres decidieron que podríamos salir a algún lugar a divertirnos en la noche.

« Alcohol. »

Fue lo primero que se me vino a la mente, pero no; no consumiría eso aunque en sea mayor de edad. Pero aquí en Estados Unidos eres mayor de edad a partir de los veintiuno. Aunque en algunos estados puede que te dejen.

- ¡Hayley, apúrate! - dijo Matt tocando la puerta de mi habitación.

- ¡Espera un poco! - exclamé.

- ¡Hace más de dos horas que estás tardando!

-Que dos horas, exagerado- salí de la habitación tomado lo abrigo, cerré la puerta detrás mío y él me miró completamente y pregunté- ¿Qué? ¿Parezco una vaca?

-No, estas linda- sonrió y tomó mi mano- Vámonos rápido o comenzará ha hacer más frío todavía.

[. . .]

- ¡Llegamos! - exclamé viendo el lugar que por fuera de reflejaba las luces de los autos que pasaban.

-Será... la última vez... que te lleve en mi espalda.- dijo exhausto.

-Cierra la boca o te entrarán moscas.

-Me destruiste la espalda, Hayley.

-Me destruiste la espalda, Hayley- lo imité y tomé su mano- Vamos o se nos hará tarde.

Matt le dio las entradas al de la entrada y la "identificación falsa" ya que en Massachusetts no nos dejarían entrar.

- ¡Que comience la fiesta, perras! - iba a avanzar pero Matt tomó mi brazo no dejándome moverme.

-Espera un poco, deberemos tener reglas en esto ¿Sí?- asentí- Tomarás hasta un cierto punto alcohol y listo ¿De acuerdo?- volví ha asentir- Y tampoco te me separarás.

Lo miré atónita ¿Pretendía que me quedara toda la noche a su lado como un perro?

- ¿Te crees mi padre para decirme que hacer? Eso jamás, déjame a mi divertirme y tú ve ha conseguir a alguna muchacha por allá. - iba ha alejarme pero me detuvo tomando mi brazo.

-Déjame decirte algo, si te ocurre algo todo será mi culpa porque yo soy más mayor que tu...- lo interrumpí.

-Para tu información eres sólo cinco meses mayor que yo, por lo tanto no te vuelve teóricamente mayor.

-Pues, emmm, déjame decirte que teóricamente sí lo soy.

-Apostemos entonces y veamos quien cae primero.

- ¿Qué quieres apostar?

-Hagamos como en el casino, dos rondas de chupitos, el que cae; pierde media vida.

-Ese día habías besado a casi un anciano.

-Tenía treinta y cinco solamente. Bien, ¿Apostamos o no?

-Déjame recordarte que todavía eres virgen, Hayley.

-Lo sé, o puede que no...

- ¡Hayley!- me regañó.

-Sólo bromeaba, o puede que no...

-Deja de decir estupideces y comencemos.

She made me smile again.| Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora