Grupito de cuatroAlma
La morocha de nombre desconocido se paró frente al chico y me miró con aires de superioridad. Me veo a mí hace unos meses, solo que la morocha me saca como cuatro cabezas.
Yo era la mala y popular siendo un pitufo.
—¿tú quien eres?— escupió la pregunta con asco. Yo por mí parte puse mí mejor sonrisa y estire mí mano.
—soy Alma, mucho gusto—dije sin sacar mí encantadora sonrisa. Sé cómo tratar con personas como ella. Porque se cómo tratarme a mí misma.
Miró mí mano con asco, la volví a su lugar porque se que no la va a tomar. La morocha iba a hablar de nuevo pero la interrumpieron.
—fíjate por dónde caminas—dijo el chico sin mirarme, me había olvidado de su presencia, estaba concentrada en la morocha.
Eso fue lo último que dijo antes de agarrar a la morocha por la brazo y empezar su camino hacia la entrada del instituto.
Me encogí de hombros y empece a seguir el camino que hicieron los susodichos.
Cuando desperté solo tenía ganas de no hacer nada y pasar de desapercibida, pero lo sucedido de hace un ratito me puso feliz, ya que pude comprobar que la Alma feliz y alegre nunca se fue.
Con una sonrisa de oreja a oreja camine hacia la preceptorria, es el único lugar que se dónde se encuentra, tengo que pedir mis horarios y la llave de mí casillero.
***
No pensé que la clase de inglés sería tan graciosa y divertida. En mí anterior escuela la profesora era una vieja amargada, igual yo se la hacia un poco difícil. Con esta profesora es más fácil entender y que la materia sea llevadera.
Todo fue muy lindo menos ese chico que me vive molestado, no se que le pasa, me choca, me empuja y me insulta. Es un idiota.—bueno chicos, have a nice week, bye bye! — fue lo último que dijo antes de salir de la clase y dejar a unos adolescentes caóticos guardado sus pertenencias para salir corriendo de esta cárcel llamada instituto.
Por mí parte esperé a que la mayoría de los adolescentes salieran para yo poder guardar mis cosas tranquilamente sin chocarme a nadie.
—son muy pocas las personas que esperan la tranquilidad para poder hacer lo suyo— una voz suave y cálida sonó a mis espaldas, del susto pegue un santo y me gire en su dirección con los ojos bien abiertos.
Era un grupo de cuatro adolescentes, tres chicas y un chico, este tiene aspecto de niño rico, lleva ropa de marcas muy caras. Todo en la chica que hablo grita aesthetic, absolutamente todo, su pelo, su ropa, sus accesorios, TODO. Y las otras dos eras exactamente iguales, supongo que son hermanas gemelas, tienen hasta la misma ropa.
Respiré hondo y hablé:
—hola, soy nueva...—mi voz sonó amable. Cuando suceden esas cosas me dan ganas de vomitar.
—lo sabemos, hablamos de ti en todas las clases— dijo el niño rico. Que directo.
—ignora a este imbécil.... Soy Carla— se presentó la niña aesthetic estirando su mano para que la estreche. Y eso hice.
—Soy Dana.
—y yo Darla— se presentaron las dos gemelas con unas sonrisas brillantes. Eso sonó como una animación de porristas.
—y yo soy Emilio, soy gay así que no te enamores— se presentó, lo dicho hizo que de mí garganta salga una pequeña risita.
—¿Y tú te llamas....?—preguntó Carla. Está niña me dan muy buena espina, tiene como una calma y paciencia que no se ve y siente muy a menudo.
—ah... Me llamo Alma— dije forzando una sonrisa. Creo que se dieron cuenta de esa sonrisa tan falsa como los unicornios.
—lindo nombre— dijo Dana o Darla,no sé son tan parecidas, creo que la de la derecha era Dana y la de la izquierda era Darla, si es así la que halagó mí nombre fue Dana. Mucha ciencia.
Cuando termine de guardar mis cosas Carla me agarró de los hombros y me dio media vuelta enpujandome hacia la puerta junto a los demás mientras charlaban sobre el verano pasado. Y salimos del instituto para quedarnos sentados en la vereda viendo los autos pasar.
Me siento un poco fuera de lugar, no sé que decir porque yo no estuve, solo me río de vez en cuando de las cosas que cuentan. Entre charla y charla la hora se nos pasó rápido,miré mí reloj, son las cinco de la tarde y se supone que salíamos a las tres, soy la única que se dio cuenta de eso.
—si, fue un verano de locos...
—chicos perdón por interrumpir su charla pero me tengo que ir— interrumpí con una expresión de lástima.
—esta bien niña fresa, pero no te alejes de nosotros, juro que somos buenas personas— habló Carla con una sonrisa en su rostro.
Pase por alto el echo de que me allá llamado niña fresa y me despedí del resto. Empece a caminar hacia mí casa.
Esta vez no fui en bus, no queda tan lejos, mientras venía me aprendí el camino, necesito caminar un poco para despejarme.Me siento vacía, siento como si esas dos horas que estuve con esas cuatro personas halla sido pura dosis de mí imaginación. Desde que murió mí hermano no quise asosiarme con nadie. No quise tener contacto con nadie que no sean mis padres. No comía, no dormía, no salía a ningún lado, corte con mí novio, no quería nada, solo a mí hermano.
Hay momentos en los que solo quiero estar a su lado, que lo quiero cerca, que me consuele que me de consejos.
Cuando estaba en mí otro pueblo y tenía esa necesidad de estar a su lado, lo único que hacía era ir al cementerio y pasar horas sentada al lado de su lápida leyendo libros, hablado con el, llevaba comida para los dos.
Pero el nunca se comió su comida.
Pero hoy fue diferente, quiero creer que mi hermano me mandó a esas cuánto personitas para que cuiden de mí, se que suena tonto y que solo conviví con ellos dos horas, pero siento que tengo un gran futuro a su lado. Que me van a cuidar y que van a estar en las buenas y en las malas. Espero estar en lo cierto.
Sin darme cuenta estaba parada frente la reja de entrada de mí casa. Toque el timbre, me olvidé las llaves en mí cuarto.
A los pocos segundos mí madre apareció por la puesta y bajo corriendo los pocos escalones para venir a abrirme la reja.
—¡cariño!— su voz salió aliviada y feliz, me abrazo fuerte y me besuqueó toda la cara— me había asustado,hija.
—hola ma, estoy bien—dije convincerte mientras entrábamos a la casa.
—bueno, tú padre está trabajado, hoy fue su primer día así que entraba un poco tarde y luego de eso se va a comer con unos amigos para festejar— me informo, yo solo sentí con la cabeza y me fui a mí cuento dándole un beso en el cachete.
Mí padre siempre odio el primer día de trabajo, porque ese día era el que se tenia que presentar, tenía que conocer el lugar y hacerse amigos. Nunca le gustó eso. Por eso el no tubo muchos amigos, solo tuvo unos, los padres de mí mejor amiga.
Bueno ex mejor amiga.
Deje la mochila sobre la silla de mí escritorio y me fui a poner ropa cómoda.
Un jogging negro que tiene unas palabras en blanco, junto una remera que tapa mis bubis lo justo y necesario. Total no voy a salir de casa.
Me tiré en mí cama y me quedé mirando el techo y las paredes, están mí blancas.
Creo que les hace falta un poco de color.
<3
ESTÁS LEYENDO
Una gota de Amor
Teen FictionElla es linda. El tambien. Ella era popular. El lo sigue siendo. Ella es nueva. El lleva toda su adolescencia allí. Ella quiere cambiar por su hermano. El quiere cambiar por ella. Ella lo detesta. El la ama. Pero solo tienen algo en común. Los dos p...