Hell Wolf |Liam Dunbar

Limando asperezas

Mentiras.

Desconfianza.

Esos eran los dos pilares en los que se había formado toda la vida de Eda, siempre sus constantes amigas, jamás la han dejado sola, con el paso del tiempo también se le fueron agregando otras compañeras como la soledad y el enojo, quienes ayudaron a soldar su armadura con fuego y duro metal para impedir salir herida como miles de veces lo había hecho en el pasado.

El clavo que termino de enterrarse en su escudo fue la traición del hombre, del chico que fue su primer novio, su primera vez, la primera persona que le dijo que era hermosa, que le prometió la luna y las estrellas, un chico que logro derribar su pesada armadura, que saco de su vida a la mentira, la desconfianza, la soledad y el enojo para reemplazarlas con verdades, confianza, compañía y felicidad, aunque claro, todo al final fue solamente un gran engaño, una gran puesta en escena por personas que la odiaban sin razón alguna, solo por el hecho de ser pelirroja y ella por mas que se defendía, por mas que luchó, ese chico rompió su corazón y la destruyo por completo al grado de quemar un gimnasio con cientos de personas en su interior.

Hizo que sus manos se mancharan de sangre.

Que la enviaran lejos de todo lo que conocía y lo que creyó que iba a ser otro infierno, otra pesadilla, un lugar más donde sus fieles amigas la seguirían, resulto ser totalmente lo contrario, encontró en la manada un grupo de fieles amigos, encontró en Lydia y en Malia a unas hermanas y a grandes amigas, en Kira la niña celosa pero cariñosa, en Scott el hermano mayor que debió ser Jordan, en Stiles el mejor amigo sarcástico que a pesar de burlarse de ti te apoyaría sin importar lo que sea.

Y en Liam...en Liam encontró al chico que debió ser su primer amor, al gran amigo que siempre deseo, al muchacho que podría iluminar su vida y volver a desaparecer a sus antiguas y permanentes compañeras de vida.

Pero en Chris, fue en Chris Argent donde ese lugar llamado Beacon Hills comenzó a sentirse como un hogar, donde ese departamento empezó a llamarle casa, jamás había tenido un lugar al cual ansiaba regresar, jamás había deseado volver a casa para comer con alguien hasta que él llego a su vida, tomando su armadura y quitándola con ayuda de los demás y lo estaban logrando, pero ahora todo se había derrumbado nuevamente.

Le habían mentido.

La habían engañado de nuevo.

Era como si nunca pudiera aprender la lección de no confiar en nadie, ni siquiera en tu propia sombra y fue una tonta por creer que en ese lugar serian diferentes solamente porque lidian con cosas sobrenaturales, al final no importaba si eras un hombre lobo, una mujer coyote o un simple humano, la habilidad de decir falsas verdades estaban en los genes de toda criatura viviente.

Y la que terminaba pagando por los platos rotos siempre era ella, siempre Edalyn Parish, oh esperen, mejor dicho, Edalyn Argent...

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