Goko [Naruto] - Hiatus

XX

― ¿Qué? ¡¿Tanto suspenso para esto?! ―exclamo Naruto, prácticamente indignado― ¡Los lectores han de estar súper decepcionados, de veras!

― Ehm... ¿cuáles lectores? ―cuestiono Kakashi, mirando al genin sin obtener una respuesta. Por allá, más lejos de ellos, una kunoichi de cabello rubio se quedó sin saber cómo reaccionar ante esto. Intentaba pensar en algo que hacer a continuación, pero lo único que recibía de su mente era el hecho de que ya le tocaba pelear a ella.

― Y bueno, ¿qué vas a hacer? ―cuestiono Shikamaru, quien, a pesar de todo, seguía con su pinta de aburrido.

― Bueno... tu sabes... ―Ino intentaba encontrar una buena respuesta―. ¡Oye, Chouji! ¡No mastiques tan ruidosamente, no me dejas concentrar!

― ... ¿?

― Ya sabes Shikamaru, simplemente iré allí y ya, no creo que la cosa se vaya a poner muy complicada, ya sabes que me puedo encargar. ―La de cabello rubio sonrió con suficiencia.

― ¡Las siguientes combatientes, Son Goko e Ino Yamanaka! ¡Por favor pasen a la arena!

― Bueno, allá voy... ―una vez dicho esto, la Yamanaka comenzó a bajar los escalones con algo de lentitud, intentando pensar en alguna estrategia. Bien sabia ella que la de menor estatura era más veloz y más fuerte, pero si conseguía ejecutar su jutsu de transferencia de mentes...

Para cuando Ino llego a la arena, vio que Goko seguía arriba, hablando con Naruto al parecer. Si conseguía que se mantuviera quieta por un momento, podría finalizar la pelea con aquel jutsu. Pero pese a todo no lo veía muy fácil; según lo que había visto en la academia, lo más probable era que atacara directamente, con rapidez. No creía muy sencillo poder concentrarse en evitar sus golpes y en ejecutar su técnica al mismo tiempo, tenía que encontrar una forma de que ella se quedase quieta durante tiempo suficiente. ¿Pero cómo? ¿Había algo que pudiese hacer? ¿Alguna debilidad que aprovechar? Ino comenzó a pensar, intentando recordar si alguna vez presencio algo que le pudiese servir...

«― Y bueno, básicamente, lo que digo es... ―le decía Ino desde su asiento a la pequeña Sakura, con quien había hecho amistad recientemente― que te vendría bien ser algo más abierta con la gente. O, si alguien se burla de ti, simplemente no le hagas caso, ya sabes.

― P-pero, ¿cómo? ―pregunto la de cabello rosado, algo tímida.

― Pues que no les hagas caso y ya. Tranquila, no es muy difícil, lo único que tienes es que- ―Ino se volteo de repente, mirando hacia la ventana abierta del salón.

― ... ¿Qué sucedió, Ino? ―Sakura se volteo a ver hacia allí también, percatándose en ese instante de que se podía escuchar a alguien levantando la voz. Parecía ser más de una persona.

― ¿Qué crees que sea? ¿Se estarán peleando abajo o algo? ―Ino, con la mera intención de no quedarse con la intriga, se acercó a la ventana y miro hacia abajo. Allí se encontraban unas cuantas niñas, todas de su edad. Tres de ellas estaban rodeando a una más, quien se encontraba de rodillas en el suelo.

― ¿Qué pasa? ¿No te gusta la suciedad? ―se burló la que parecía ser la líder, quien llevaba un par de mechones que destacaban de su cabello morado

― Que asco, mejor deja de pisarle esa cosa. Te vas a ensuciar el zapato ―La que estaba a la derecha hizo caso y aparto el pie. Fue entonces que la menor comenzó a intentar levantarse.

― Ugh, cielos, tienes toda la razón.

― Pues claro, si los monos como ella no se lavan nunca.