Viernes, 15 de Octubre de 1976

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—¿Lista? —Estoy con Sirius a las 5 de la mañana en la sala común de Ravenclaw.

El plan es simple. Colocaremos un conjuro llamado Cantis en Otto que lo hemos condicionado a que solo hablé cantando. Y nadie puede revertirlo al menos todo este día. Así que todo lo que él quiera decir lo dirá cantando.

Sirius todavía fue un paso más adelante y ha encontrado un hechizo que te hace querer hablar todo el día así que no podrá quedarse callado.

Inclusive creímos que deberíamos ponerle un hechizo amplificador para que todo mundo escuchara pero me negué al final. No quiero llegar el viernes por la tarde y escucharlo cantando por toda la sala común.

Sirius es el que le pondrá los hechizos ya que solo un hombre podría entrar a los cuartos de hombres en Ravenclaw. Por cuestión de "seguridad".

Él sube y no se tarda más de 5 minutos en bajar.

Baja corriendo tratando de no hacer ruido y me sonríe.

—Todo listo preciosa. Hoy el pajarito cantará todo el día. —Diciendo eso nos reímos bajito y sale de ahí guiñandome el ojo.

No sé en qué momento hemos comenzado a hablar pero me siento muy a gusto hablando con él. De nuevo no le he dicho a nadie que he pasado la semana pasada trabajando en el plan con Black. No me he metido en más problemas, y en realidad Otto ya no se ha metido con nosotras pero siento que esto es algo que se merece desde hace años.

Vuelvo a subir a mi cama para poder dormir una hora más pero estoy tan emocionada que no puedo hacerlo. Así que decido escribir una carta a mis padres pidiendo unas cosas ya que pronto será mi cumpleaños. Salgo más abrigada de lo normal y me dirijo a la lechucería donde sé que Delfos estará esperando por mí.

Al llegar, todo está cubierto de popo y trato de ir con cuidado para no resbalar, encuentro a mi pequeña durmiendo y después de unos cariñitos ella toma la carta y se va volando, no es hasta que la pierdo de vista que regreso al cuarto y despierto a Pandora.

—¿Qué pasa?

—Querrás estar abajo antes de que todos salgas de la sala común.

Ella no entiende y yo no quiero arruinar la sorpresa, así que hago que se apresure a vestirse y arreglarse y bajamos a la sala común donde fingimos escribir algunas cosas antes de irnos a desayunar, ella sigue sin entender y yo le digo que tenga paciencia.

No tarda más de 15 minutos en donde se ve bajar a Otto de los dormitorios para chicos con sus amigos alrededor muertos de risa.

—Es en serioooo, ¿Quién ha sidooo? ¿Quién fue el malditoooo? —Su melodiosa voz inunda la sala común y veo como Pandora abre los ojos y trata de no carcajearse, así que se cubre la boca, hago lo mismo.

Ninguno de sus amigos puede quitar el hechizo, ni siquiera con finite incantatem y en ese momento nos felicito a Sirius y a mí por el gran trabajo que hemos hecho. Toda su bola de amigos se van a la pequeña biblioteca situada en la sala común para ver qué pueden hacer para que él deje de cantar pero no creo que encuentren nada.

Pandora, que lleva rato riéndose a expensas de Otto, decide que ha visto suficiente y quiere ir a desayunar, que si él baja toda la escuela se reirá de él y será todavía mejor. Así que eso hacemos.

Durante el desayuno, nuestra casa está curiosamente silenciosa, todo mundo habla en susurros y en voz baja, se ha corrido la voz por la torre del embrujo hacia Otto y todo mundo quiere escuchar.

Por fin, Otto llega con sus amigos y noto que le han "tapado" la boca con una bufanda y eso me indica todo lo que quiero saber, no se lo han podido quitar.

Derepente, una ventisca inicia dirigida hacia Otto y vuela la bufanda, ha venido de otra parte que no es nuestra mesa y con la mirada busco un par de ojos negros y una sonrisa traviesa. Él me regala un guiño y yo sonrío negando.

Toda nuestra mesa sigue en silencio, las demás mesas hablan, así que si comienza a cantar espero se callen.

—Este desayuno es el mejooooor que he disfrutaaaado, no puedo paraaaar de comeeer huevoooos con tocinooo. ¿Podríaaaa alguien pasarmeee un pocooo de jugooo de calabazaaaa? —El hechizo que hace que quiera hablar se hace presente, todo mundo ríe y por el resto del desayuno las demás mesas se la pasan hablando muy bajito escuchando a Otto cantar y reírse después de cada verso.

Después de eso me apiado por los compañeros de séptimo que tengan clase con Otto, ha de ser horrible tener que estarlo escuchando todo el día.

Estamos ahora en la última clase del día, Defensa Contra Las Artes Oscuras, estamos en una clase práctica, lo que estamos viendo se llama el hechizo de defensa Abaliev, es un hechizo que se puede realizar sin varita y es como una barrera que detiene hechizos desde fáciles hasta muy complicados.

Pandora es mi pareja y ha estado lanzando toda clase de hechizos, las primeras veces no he podido lograrlo y me ha dejado la lengua morada, y a ella le han crecido las cejas cinco cm gracias a estar distraída.

El profesor da unos minutos para reponernos ya que es una magia difícil y Pandora pide permiso para ir al baño, así que me quedo sola recargada con los ojos cerrados, tengo algo de sueño.

—¿Así que eso han estado haciendo Sirius y tú? —Esa voz ya la reconozco.

—No se de que hablas, Lupin. —Abro los ojos y él sonríe.

—Si claro, toda la semana se ha pasado leyendo hechizos olvidados. Supongo que encontró uno válido, como... ¿Qué era? ¿Cantis?

—¡Eso no es justo! Yo fui quien lo encontró. —Me tapo la boca en cuanto escucho lo que dije.

—Ja, te tengo. —Se ríe, fue una trampa.

Después de eso Remus y yo comenzamos a platicar de cosas triviales y nos reímos de todo lo que Otto cantó durante el desayuno, a lo lejos puedo ver a Sirius de reojo y veo como está hablando con James bastante serio, rara vez lo veo tan serio, así que solo lo ignoro.

El descanso se termina y volvemos a trabajar, después de otra hora con ese ejercicio el profesor nos deja salir unos minutos antes y Pandora y yo nos vamos directo a revisar nuestra poción de veritaserum. 

Par de Ases /Sirius Black/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora