Milagro

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Después de toda aquella batalla el rubio se encontraba caminando en dirección del cuarto de Uraraka con la mente completamente en blanco.

Poco antes de llegar al borde de la puerta sus pies se detenían pudiendo ver desde aquel punto como el peliverde tendía sus brazos dentro de un pequeño cunero blanco sacando cuidadosamente de un bulto azul tendiendo a abrazarlo hacia su pecho con todo el cuidado del mundo.

Un tanto ojeroso el héroe ojiverde acariciaba la mejilla de la castaña que se alzaba sobre su cama formando entre los dos un pequeño lugar de confort para su pequeño el cual se mantenía dormido completamente tranquilo entre los brazos de sus padres, ante la escena Bakugou simplemente fruncía mortificado su entrecejo atinando a continuar su paso para entrar a aquella habitación.

Por fin dentro de aquel cuarto blanco sus ojos miraban de aquel cuadro familiar sintiendo como su corazón se estrujaba por una milésima de segundo al no poder encontrar punto de comparación entre la armonía de la cálida familia de Midoriya y la condición actual de Kirishima y sus hijas.

Rápidamente un suspiro ronco salía de su boca ante el dolor mirando como la pareja alzaba su vista dándose cuenta inmediatamente de su presencia. Sorprendido el rubio se ponía serio pudiendo ver como la castaña entristecía su boca dándole a entender que ya estaba enterada por completo de la situación.

-Espero que él y las bebés se recuperen pronto- era lo único que soltaba la castaña quien aún lucia exhausta por el parto. Su mirada triste rápidamente recaía en su novio viendo como los ojos de este y los del rubio atinaban a mirar a diferentes partes de la habitación mostrándose evasivos.

No queriendo mostrarse débil Bakugou volvía nuevamente su mirada hacia estos mirando estoico hacia la fémina quien le daba por completo su bebé a su padre para poder reposar cómoda en la cama de hospital sin perder la atención sobre el recién llegado.

-Todos esperamos eso- expresaba Deku pudiendo sentir como los ojos de su amigo y rival se tensaban guardando en ellos mucho más de lo que expresaba.

Completamente cansado el rubio se acercaba lento y calmo hacia este pudiendo ver nuevamente de cerca al bebé de ambos, atento a este las pupilas en sus ojos se dilataban mirando como aquel pequeño ser parecía demasiado frágil ante sus ojos, casi tanto como lo habían parecido sus hijas.

Impactado por ese hecho su entrecejo se mantenía fruncido recibiendo un pequeño puchero por parte del bebé el cual empuñaba sus manos comenzando a retorcerse en los brazos de su padre quien preocupado aún mantenía su rostro sobre el chico que miraba a su hijo.

-Sé que probablemente no quieras escuchar esto de mi pero, estaremos completamente al pendiente de ustedes, sobretodo yo ya que Ura... Ochako no está en las mejores condiciones, Kirishima-kun también es mi amigo así que no estaré tranquilo hasta saber que las gemelas y él están a salvo- soltaba Midoriya firme y sin titubeos, determinado sus ojos observaban al rubio pudiendo ver como este simplemente asentía sin palabras ni gritos de por medio, una pequeña exhalación era lo único que se escuchaba robando la atención de la pareja quienes preocupados volteaban a verse siendo testigos de la tristeza en los ojos de Bakugou.

Sin nada más que decir, tanto Midoriya como Bakugou compartían una mirada cómplice siendo el último quien dejara primero la habitación cerrando detrás de si la puerta, antes de comenzar a caminar sobre el pasillo la mirada de este se cerraba sintiendo como nada podía tranquilizarlo hasta el momento.

Abriendo sus ojos estos podían divisar caminando hacia el a la madre del peliverde quien al verle le saludaba un poco aturdida como siempre, por igual detrás de ella se veía correr a los que probablemente eran los padres de Uraraka quienes lucían tan desaliñados como la madre de su amigo de la infancia quien entraba detrás de el a la habitación haciendo toda la familia rapidamente un pequeño escandalo dentro del cuarto escuchándose de inmediato el llanto del bebé por todo el pasillo.

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Nada sorprendido por la actitud de ambas familias sus ojos rodaban cansados manteniéndose caminando hacia una banca cerca de la habitación de cuidados intensivos. Cerca de esta su cuerpo atinaba a sentarse en la misma manteniéndose distraído hasta que una segunda presencia hacia presencia a lado de el atinando a sentarse con cierta firmeza característica dejando caer un pequeño maletín a lado de la banca.

Aturdido el rubio miraba a lado suyo como Aizawa observaba hacia el frente mirándose particularmente cansado, atento sus ojos inspeccionaban de este pudiendo comprobar como el profesor vestía de un traje pudiendo adivinar que este había llegado directamente ahí sin pasar antes por la academia. Estoico, sus ojos atinaban a mirar también hacia al frente no pudiendo soltar expresión alguna.

-Veo que no hiciste la única tarea que te encomendé hacer-soltaba Aizawa súbitamente pudiendo ver como los hombros de Bakugou se tensaban.

-Desde esta mañana todos los profesores estábamos en cursos lejos de la academia por lo que ciegamente confié en que dos de los mejores alumnos de la escuela podrían hacerse cargo de esto sin que algo malo pasara- carraspeaba el profesor mientras ambos se encontraban completamente solos entre paredes blancas y el único ruido de las máquinas de hospital.

-Kirishima te otorgo la oportunidad de deslindarte de tus responsabilidades pero, después de todo, no puedo creer que tampoco pudieras ayudarlo ni como amigo ni como el héroe que supuestamente te estamos formando, como escuela estamos comprometidos con sus tutores en apoyarlos y cuidarlos pero tenemos un límite del alcance de nuestra responsabilidad, por lo menos yo no estoy solo a cargo de ustedes, estoy a cargo de varias clases y con todo esto solo se encargaron de complicarlo todo aún más, tanto tú como sus padres- aclaraba el adulto quien cansado suspiraba sacando del maletín unos papeles en sus manos. Absorto en ellos Aizawa miraba como Bakugou volteaba a verle frunciendo su entrecejo confundido. Sorprendido el profesor simplemente suspiraba dándose cuenta de lo grave que había sido el descuido de todos con respecto a la situación.

-Así es, por si nunca te lo contó sus padres tampoco lo apoyaron por eso es que no los ves aquí- expresaba pudiendo ver como atónito su alumno apretaba sus puños en su regazo –En una etapa avanzada del embarazo dejaron de enviarle dinero, por eso es que yo creí que ya te lo había contado ya que a mí nunca me dijo nada, su estado le impedía ir a la cafetería o a cualquier otro lugar así que yo creí que tú estabas a cargo de eso, entonces, si no fue así, eso explica la anemia- expresaba molesto el de cabello oscuro sintiendo como definitivamente había hecho una mala elección al dejar en libertad de sus decisiones a ambos. Sin poder volver el tiempo atrás sus ojos volvían a sorprenderse mirando como el chico a lado suyo alzaba un gesto afligido mostrándose realmente afectado.

-¿Asumo que ya debe saber cómo se encuentra?-

Entre el silencio que los acompañaba la voz del rubio por fin se dejaba escuchar un tanto afónica. El profesor aun molesto repasaba atento únicamente esa pregunta abriendo un poco los papeles ahora sobre su regazo.

-No solo eso, ya me dieron todo el reporte médico- expresaba.

Atento el rubio atinaba a alzar su rostro mostrándose inusualmente nervioso ante los ojos de Aizawa. –Aunque no creo que sea adecuado decir...-

-Necesito escucharlo por favor- lo interrumpía Bakugou –No me importa lo que haya dicho antes, de ahora en adelante quiero saberlo jodidamente todo- se sinceraba pudiendo ver como el profesor le miraba de reojo con cierta seriedad.

Aizawa todavía más sorprendido de la actitud del rubio guardaba de las hojas en sus manos dentro del portafolio atinando a cruzar sus brazos sobre su pecho postrándose serio a lado del que le observaba impaciente, sin más que poder reclamar sus ojos se viraban hacia el pasillo vacío a su derecha centrando su vista únicamente en aquel punto mientras su boca se abría dispuesto a hablar.

Concepcion no deseadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora