Mientras mi familia disfruta de un banquete reparador de energías, yo no hago más que darle vueltas en mi cabeza a lo que haré esta noche.
—¿Por qué siento que te estás arrepintiendo más rápido de lo que esperaba? —susurra a mi lado Ahyana mientras los demás miembros de la mesa están concentrados en llenar su estómago.
—¿Será quizás porque lo que vamos a hacer nos puede meter en muchos problemas? —la miro con indignación e indicios de arrepentimiento—. Ya no hablemos de este tema, alguien podría escucharnos.
—¿Escuchar qué?
Un Ardhen entusiasta aparece por detrás generando que casi vomitemos toda la comida.
—No seas entrometido, son temas sin importancia —se apresura a responder Ahyana.
—Pues a mí me interesan los temas sin importancia.
Nuestro hermano nos mira decidido a obtener una respuesta. Alzo mi vista al cielo o más bien al techo del palacio con la esperanza de que se escuchen mis súplicas, definitivamente este no era mi día y para completar mi hermana no hace más que restarle importancia al asunto.
—Agradeceríamos que nos dejes paz —interviene Ahyana intentando dejar en el olvido aquella conversación.
—No quiero —replica Ardhen de manera quisquillosa.
El comentario que acaba de hacer está acabando con mi paciencia.
—Cuando te lo propones eres muy engreído —señalo.
—Así es, y no te sorprendería saber que soy un cotilla de nacimiento y no me iré de aquí hasta saber que es lo que esconden hermanitas.
Como último acto, busco a Ahyana para preguntarle con la mirada si es buena idea contarle su plan a Ardhen, ella asiente. Si por algo se caracterizaba nuestro hermano, es por saber absolutamente toda la información del palacio Estell, nadie sabía cómo, pero tarde o temprano la información llegaba a sus oídos y nosotras podíamos asegurar que aquella información llegaba más temprano que tarde, así que él no tardaría en enterarse nuestros planes para hoy. Pese a ser un cotilla, Ardhen jamás nos delataba, cualquier cosa que supiera de su familia moría con él, lo cual me daba razones de peso para otorgarle el honor de que descubra nuestro pequeño paseo.
Cuando la cena termina y nuestros padres se retiran junto a Dereck y Draygan, Ahyana se apresura a hacerle un resumen del plan.
—Esto es fantástico, ¿necesitan ayuda para pasar desapercibidas? —pregunta emocionado.
—Si pudieras ayudarnos sería increíble Ardhen, sin embargo espero que esto jamás salga de tu boca, sí nuestro padre se entera de algo, nos castigará severamente —le advierto y hago una pausa para sacudir mi cabeza y volverlo a mirar—. ¿En qué momento me volví tan dósil para prestar oídos a las ideas de nuestra hermana?
Efectivamente, ya me estaba arrepintiendo. El solo hecho de que más personas puedan resultar castigadas por mis acciones, era un peso con el que no deseaba cargar y aunque he tardado años en mostrar a los escrutinios de las pruebas que carezco de sentimientos, la verdad es que solo los oculto, al final del día sigo siendo una simple mortal con mil emociones oprimidas dentro.
—Una vez que estés allá no te arrepentirás —reprocha Ahyana.
—Así es, el Eerie es increíble, una pieza exquisita de diversión —menciona Ardhen con una amplia sonrisa.
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Naciones de Fuego
Science FictionAstelda y Gazra, dos naciones en guerra. Ariette y Teriouse, hijos de los comandantes y reyes de estas naciones. Ellos están obligados a proteger solemnemente a su nación del enemigo sin importar las consecuencias. Sin embargo, a medida que los enf...