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Después de aquella vergonzosa noche, no tenía muchas ganas de encontrarme de nuevo con Minatozaki Sana. Había sido una cena desastrosa por mi culpa. Y aunque me habían dejado llorar a mis anchas, había sido incómodo.

—No me gusta el color, pero al parecer está en buenas condiciones, pero espero que no te moleste que quiera probarla.

Negué cruzada de brazos, el clima estaba demasiado caluroso y me hacía fruncir el entrecejo, sólo quería entrar a casa y encerrarme en mi día libre. También tenía que prepararme para el cambio de oficina, por lo que perder mi tiempo con Minatozaki Sana era lo menos que quería hacer.

—Puedes dar las vueltas que creas convenientes antes de decidirte. No tengo problema, pero la gasolina la pagas tú.

Asintió y le di las llaves. Antes de poder irme, ella tomó mi brazo y me miró seriamente.

—Sube conmigo, sólo así me sentiré más segura.

—Está en perfectas condiciones, no es necesario que me suba contigo para que puedas comprobarlo. No miento, no vendería algo que no sirve, además amo mucho esa moto, la vendo sólo porque es más práctico para mí usar un automóvil.

Me miró de nuevo, esta vez arqueó una ceja y su expresión cambió a una pensativa.

—Hablando en serio, parece que no te agrado —dijo cruzándose de brazos—. Me miras como si fuera un bicho.

—No te conozco, no puedo decir si me agradas o no.

—Tampoco quieres conocerme. ¿Eres seria con todos los demás como lo eres conmigo? Así no harás amigos, deberías sonreír más —Sana sonrió y desvíe la mirada hacia los vehículos que pasaban por la calle. Minatozaki era una mujer peligrosamente atractiva, para alguien con el corazón roto como yo y vulnerable como lo estaba. Involucrarme con ella, era lo peor que podía hacer.

Tal vez estaba dejando volar mi imaginación, ni siquiera sabía si le podía gustar a esa mujer o su orientación sexual, y prefería no saberlo.

— ¿O es porqué Jackson te contó que soy lesbiana? —preguntó, así que tuve que mirarla a la cara, entonces negué.

—No es eso, también soy lesbiana. Simplemente no creo que tengamos cosas en común.

—Es buena excusa —aceptó y subió a la motocicleta, entonces la encendió y antes de que pudiera decirle algo se fue. Se veía increíble, su cabello volaba con el aire, la chamarra de cuero solo alimentaba aún más la imagen de fuckgirl que tenía. Se veía como una rompecorazones.

Negué con mi cabeza. Debía dejar de juzgar a las personas por su apariencia, Nayeon era una mujer educada y elegante. Caminaba sobre zapatos de diseñador y ropa cara, eso no evitó que me rompiera el corazón.

Entré al departamento y mamá ya había servido la comida.

—Avisa a tu hermano para que venga a comer —me dijo mientras caminaba a mi cuarto.

— ¡Jackson! —Grité sin ganas de caminar más— ¡Ven a tragar!

Mamá me miró enojada y parecía que me regañaría, pero no lo hizo. Así que le sonreí disculpándome.

Por la noche, recibí una llamada de un número desconocido.

—"Voy a comprarla, aunque le cambiaré el color, el amarillo no es mi estilo, veámonos mañana con los papeles y te pagaré por ella" —al parecer era Sana.

—Primero que nada, buenas noches, y está bien. Tengo libre de tres a cinco para comer en mi trabajo, podemos vernos en un lugar cercano, te enviaré la dirección por mensaje.

—"Me parece perfecto, te recogeré en tu trabajo entonces."

La idea de ella yendo por mí a mi trabajo, no me agradó, era el tipo de mujer que tenía imagen de criminal. A mis compañeros no les agradaría verme con alguien así. Mucho menos si mostraba sus tatuajes.

—No, mejor busca un lugar para comer cerca y nos veremos ahí, yo invito.

—" No, pasaré por ti a tu trabajo, y no trates de evitarlo, si no me das la dirección se la pediré a Jacks."

Antes de que pudiera responder colgó el teléfono, dejándome con la boca abierta. Me llevé la mano a la sien, Minatozaki era demasiado atrevida para mi propio bien. Aun así no puede evitar sonreír. Ni siquiera pude dormir por pensar en sus palabras.

Dahyun me ayudó, a pasar mis cosas a mi nueva oficina, Kyungsoo y Sehun estaban algo melancólicos pero felices por mí. El departamento de Jihyo era conocido por tener a los mejores abogados penalistas de todo Seúl, estar ahí era casi un honor.

Nayeon terminó aceptando que Dahyun se fuera conmigo, siempre y cuando un pasante de Jihyo se cambiara con los chicos, por lo que un jovencito de la edad de Dahyun estaba intentando integrarse con ellos.

Mi nueva oficina era más espaciosa y los asientos más cómodos. La más feliz era Dahyun, estaba revisando documentos de un lado a otro y preguntándome sus dudas. Las cuales no dudé en responder.

Jihyo no tardó en darme trabajo, y era demasiado que estaba segura que me iba a desvelar las próximas semanas. Además temía por no tener tiempo para reunirme con Sana, después de todo, quien había escogido este día había sido yo, no me gustaría quedarle mal. Ya le había mandado la dirección y estaba segura que no tardaría mucho en llegar.

—Dahyun te pagaré cinco mil wons si te quedas a la hora de la comida y ordenas la oficina, ¿Qué te parece? Además te mandaré a pedir de comer. Es que tengo un compromiso, di que sí por favor.

Dahyun pareció pensarlo y después de un rato asintió. Sin saber por qué, la abracé con fuerza y le di un beso en la frente.

—Eres la mejor, dios, buda, la diosa de la justicia te lo agradecerá.

Dahyun se echó a reír y me uní a ella, hasta que mi teléfono sonó y supe que era Sana, tomé rápidamente mi cartera y el folder con los documentos de la motocicleta y salí corriendo.

En el elevador, me crucé con Nayeon y Kyungsoo, sonreí incómoda, meses atrás, estaríamos bromeando juntos, sobre cosas triviales, pero ahora no podía hablar con ellos fluidamente. Al mirarlos, me di cuenta de que se veían como una verdadera pareja.

— ¿A dónde vas a ir a comer Mina? —preguntó Kyungsoo amablemente—. Acompáñanos, iremos por pasta.

—No lo sé aún —dije, aún no tenía idea a dónde iría, pues Sana nunca escogió un lugar—. Pero ya tengo planes con alguien más.

Él me miró con una ceja alzada y sorprendido, miré a Nayeon, pero ella estaba ignorándonos.

— ¿Será acaso un novio?, eres muy linda Mina, me sorprende que nunca hayas mencionado a un chico.

Negué con una sonrisa, no estaba en el closet precisamente pero no sabía que tan conveniente era revelar mi orientación sexual a estas alturas.

—Iré a una comida de negocios.

Técnicamente no estaba mintiendo, así que sonreí incómoda. Cuando el elevador se detuvo y abrió salí rápidamente y me dirigí hasta la entrada principal.

Jodida Minatozaki Sana, parecía más criminal que nunca antes. Vestida con una blusa de tirantes negra, pantalones y botines del mismo color, incluso estaba fumando afuera y ni siquiera se había amarrado el cabello.

Voltee a ver a Kyungsoo y sonreí tímidamente, no había forma de que él creyera que se trataba de un asunto de negocios, al menos que yo negociara con drogas. 

Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora