Malditos recuerdos

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¡Cállate la boca, imbécil! - Dijo un hombre mientras abofeteaba a su compañero.
- ¡Oye... no te hice nada! - Contestó el segundo hombre, visiblemente asustado.- ¡Maldición! ¡Revisa la casa antes de que llegue la policía! ¡Dijiste que no había alarmas!- No las había, llevo trabajando aquí un mes y te juro que no las había.Oh, ya veo... esto es un recuerdo mío.Parece que estoy en mi casa. Esos hombres... no los reconozco... ¡No! ¡Espera! Al segundo sí lo reconozco, era el jardinero de mi casa.Sí, eso quiere decir que yo estoy mirando esto desde arriba. Ya recuerdo, estoy escondido en las escaleras, ellos están abajo en la cocina. ¡Espera! Eso quiere decir que dentro de poco... ¡Mierda! ¡Me vieron! ¡Carajo! ¡Mamá, papá, ¿Dónde están?! ¡Por favor! ¡Que alguien me ayude! ¡No! ¡Espera, mis hermanitos! ¡Ayuda! ¡Por favor, no me puedo mover! ¡Están subiendo las escaleras! ¡Ayuda! ¡Hermanos! ¡Corran! ¡¿Por qué no puedo hablar?! ¡Ya están muy cerca! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Corran! ¡Mamá!- Hola, niño, ¿Cómo estás? ¿Sabes dónde tus papis guardan las cosas de valor?- N... N... No, ¿Quiénes son ustedes? ¿Q... Qué hacen en mi casa? P... Por favor, váyanse.- Mira, niño, afortunadamente tienes razón en algo, nos tenemos que ir, pero no hemos encontrado lo que buscamos. ¿Sabes dónde tus papis guar...? - El hombre hizo silencio, mis hermanitos empezaron a llorar. Sabía lo que tenía que hacer. Era el mayor y tenía que salvarlos. Sabía que les harían algo. La alarma ya había sonado y los hombres estaban estresados. El ruido de mis hermanitos era como una segunda alarma.- ¡Carajo! ¿Ya encontraste algo? O ¿quieres que baje a matarte? - Gritó el primer hombre.- No me apresures, ¿ok? Solo te pido más tiempo - dijo preocupado aquel hombre.- ¡Bien, niño, no tengo el puto día! ¿Me vas a buscar algo valioso o mato a tus putos hermanos? - Dijo para luego empujarme y buscar a mis hermanos. Los encontró y los puso frente mío mientras les apuntaba con un arma. - Ahora solo quedan 3 minutos. Si no traes nada en 3 minutos, los mato.- E... Espera, solo son niños, ¿Cómo pued...?- ¡Cállate, imbecil, o te asesino a ti! - dijo para después darle un gran golpe a uno de mis hermanitos por estar llorando. - ¡Cállate!.De repente desperté, estaba junto a Hayami, vi su rostro preocupado y me levanté con algo de dificultad antes de mirarla y decirle - Conocí a Dios... jajaja... - Dije mientras me sacudía. Tenemos que ir a dos lugares, el reino de los demonios y al de las bestias. Necesito encontrar los únicos dos grimorios sobre la magia oscura.- ¿Qué? Sabía que existían esos Grimorios, pero no sabía dónde estaban. ¿Cómo sabes dónde están?- Te dije que conocí a Dios, él me dijo dónde están.- Lo escuché, pero no te creí. Más bien, no te creo.- ¡Lo juro! Tenemos que ir ya.- ¿Estás loco? Los demonios son una de las razas más fuertes, y las bestias son la única raza capaz de rastrear a una persona y saber quién es y qué tipo de magia usa gracias a sus sentidos súper desarrollados que les permiten identificar todo lo anteriormente mencionado.- Bueno, pues ¡vayamos por ese grimorio que me dijiste! Que también tengo que convertirme en un experto en magia...- ¿Qué? ¿Cómo que un "experto en magia"? Sabes lo que tarda convertirse en uno. Tendrías que estudiarla durante 500 años y luego practicarla...- ¡¿Qué?! Demonios, supongo que tendré que aprovechar todo mi tiempo de vida. Pero no importa, ¡mientras vayamos por el grimorio!- Vale. Ya en Ever Green, fuimos con el mago del principio, quien nos recibió abriendo su puerta con agradecimiento y nos dejó quedarnos con dos grimorios, uno de fuego y otro de tierra.- ¡Gracias, viejo! - Dije con una sonrisa en el rostro.- De nada, joven Makoto. - Respondió antes de despedirnos y cerrar su puerta. Caminamos hasta un bosque cerca de Ever Green para poder entrenar con los grimorios. Entonces, Hayami me preguntó:- Bueno, Makoto, ¿Qué vas a hacer ahora?- Pues, supongo que entrenaré con toda mi alma hasta conseguir el nivel suficiente para ir a buscar ese grimorio de oscuridad. - Respondí con una sonrisa en el rostro y los ojos cerrados.De repente, una voz muy familiar me interrumpió y dijo: "Y si te dijera que puedes ir por ese grimorio sin tener que entrenar durante años o incluso convertirte en un experto en la magia sin estudiarla y practicarla por años". Obviamente, al escuchar eso, me sorprendí y dije que sí. Entonces, Zernon apareció frente a nosotros nuevamente.- Hola, joven. Me alegro de verte nuevamente. Así que quieres obtener el grimorio de oscuridad... Mi Dios me ha dejado una tarea muy importante: entrenarte.Al oír esas palabras, me sorprendí. Obviamente, no podía creerlo. ¿Él sabe sobre magia oscura? ¿Qué tipo de magia sabe? ¿De verdad puedo convertirme en un experto en la magia antes de morir?- Te enseñaré a usar la magia oscura.- ¡Eeeh! - Exclamó Hayami. - ¿Cómo le enseñarás magia oscura si no la posees? ¿La posees? Las investigaciones y libros que he leído dicen que ninguna persona puede poseerla al mismo tiempo que otra.- Es correcto, no la poseo, pero mi Dios posee una magia muy parecida, "Luz". Me explicó cómo funciona la suya y me dijo cómo puedo enseñarte, Makoto. - Dijo Zernon dirigiéndose a mí.- Entiendo... - Murmuré.- Vale, chico. - Dijo Zernon. - Necesito que recuerdes tu pasado. Te daré un poco de mi mana y con esta poción podrás recordar y resistir todos tus recuerdos.- Entiendo... - Asentí.Zernon puso su mano izquierda sobre mi cabeza y empezó a introducir su mana en mi cuerpo. Luego, con la derecha, me dio de beber la poción que me había mencionado, y fui llevado directamente a mis recuerdos.(Escuché una voz... Parecía la de una mujer, una mujer mayor, tal vez de unos 40 años. Esa voz me resultaba familiar...)- ¡Hey, niño! ¿Me escuchas? ¿Puedes escucharme? Di algo, cualquier cosa si puedes escucharme. ¡Hey! ¡Despierta! ¡Despierta!- ¡DESPIERTA!- ¡AAAH! ¿Qué sucede?- Parece que despertaste, dormilón...- Mamá...Diez años después del asesinato de mis hermanos.- Vas a llegar tarde a la escuela. - Mi madre me acarició la mejilla. - Lo sé. - Dije mientras me pasaba la mano por la nariz.- Makoto... Recuerda, después de la escuela tenemos que ir al psicólogo. Así que no se te olvide llevar lo que te pidió, ¿vale? - Mi madre me mostró su sonrisa, aunque no entendía. Eran sus hijos, ¿Cómo pudo olvidarlos? En ese momento pensaba eso. La verdad es que era un niño ingenuo. A pesar de que habían pasado diez años, mi madre aún no olvidaba a mis hermanos. Lloraba por las noches cuando yo dormía en mi cama. Claro, el psicólogo era para mí, pero en secreto ella también tenía citas con él.- Venga, súbele al auto. Llegaremos tarde. ¿Traes todo? ¿No se te olvida nada?- No, mamá...- Está bien, corazón.Recuerdo que no me lo pasaba muy bien en la escuela. Cuando llegué a mi salón, todos me miraron y comenzaron a susurrar: "Ahí viene el raro", "Dicen que mató a sus hermanos", "Dicen que va al psicólogo". Como si ir al psicólogo fuera algo malo. A esa edad, todos los chicos son crueles y no piensan en las consecuencias, solo les importa caer bien entre ellos y molestar a los demás por aprobación a toda costa. Es repugnante.Me sentaba en el último asiento, hasta atrás. Había una chica que siempre me miraba. No sé por qué, o bueno, en ese momento no lo sabía. Pensaba que me estaba juzgando. Era una de las chicas populares, y por lo tanto, era muy probable que simplemente siguiera la corriente de los demás.Esta chica se acercó un día y me preguntó: "¿Quieres ser mi novio?". Me quedé sorprendido, pero mi instinto de supervivencia sabía que algo no estaba bien. Así que la rechacé.- No, gracias.Esta fue mi respuesta. Pero esta chica seguía mirándome. ¿Qué quería de mí?- Y bueno, Makoto, ¿Cómo te sientes al respecto? - Preguntó el psicólogo.- Mal... Siento un nudo en la garganta y quiero llorar todo el tiempo. No entiendo cómo saben que mis hermanos murieron. Yo no he dicho nada, ¡a nadie!- Bueno, tal vez tú no, pero los medios de comunicación sí. Con las redes sociales, encontrar información, ya sea falsa o verídica, es muy fácil. También es fácil engañar a otras personas.- ¿Y qué se supone que haga? No puedo cambiarme de escuela. Es la cuarta vez que lo hago, y a donde voy, siempre pasa lo mismo...- Makoto, si dejas que te afecte, jamás estarás preparado para la vida. La vida es cruel y no tiene sentimientos por los demás. De ti depende cómo la vivirás.- Lo sé, pero... No sé...- Makoto, cuéntame, ¿Cómo te va en tu casa?...

La resurrección de un Dios T.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora