^Introducción^

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Era un día como cualquier otro, el sol brillaba, el aire corría, algunos haciendo ciertas actividades que les correspondían y otros se encontraban merodeando por ahí gracias al aburrimiento

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Era un día como cualquier otro, el sol brillaba, el aire corría, algunos haciendo ciertas actividades que les correspondían y otros se encontraban merodeando por ahí gracias al aburrimiento.

Quizás no sería un día tan importante, sólo uno más en la rutina, pero claro que la persona clasificada como “El más problemático en toda la aldea” no permitiría aquello.

Adrian se encontraba en su lugar de trabajo haciendo un par de pociones, experimentos o terminando un par de estos; apesar de que ese día no estaba agendado para eso él estaba creando algo para uso personal o simplemente de diversión, y no, por si alguien lo está pensando ese no era el más problemático, era el que pasaría por la entrada en ese instante sin permiso alguno.

—¡Duxo! —dijo el castaño por la entrada repentina —¿Quién te dijo que estaba aquí?... ¿Y quién te dijo que entraras? —preguntó de forma sería.

—Nadie me dijo, sólo escuché ruido por aquí y me dije “¿Por qué no pasar a saludar a mi amigo científico?” —dijo esbozando una gran sonrisa y apoyando un brazo en una de las mesas.

—Bueno, hola y adiós.

—Eh ¿Por qué me corres webon?

Adrian sólo dio un suspiro mientras se quitaba el cubre boca que tenía por protección.

—Puedes crear un accidente y después de eso sabes que te pueden correr temporalmente, pero de la aldea —decía volteando a ver al pelinegro.

—Mira, te prometo que no voy a destrozar nada, pero es que estoy muy aburrido y me quiero quedar a ver ¿Puedo? —puso su mejor cara para rogar que conocía, y aunque no convencía a nadie, le dejo.

No quería tener que dejarlo mientras rogaba diciendo el clásico “por favor, por favor, por favor” hasta que se hartara y lo dejara por las malas, ya conocía sus mañas, así que lo hizo por las buenas.

—Bien, trata de no romper algo, y si te es posible también tocar —se colocó su cubre boca nuevamente.

Duxo se paseaba por la sala, viendo sobre las mesas estantes con pociones, algunos se encontraban vacíos, también anotaciones que a su parecer eran aburridas pues contenían ingredientes, métodos de preparación, duración, efectos y todo lo que se debía saber, y debajo de la mesa en donde estaban la mayoría de estás anotaciones estaba un bote de basura casi lleno de sólo hojas arrancadas.

En una parte del lugar estaban los cofres con las pociones que había hecho por el momento, tales como resistencia, fuerza, visión nocturna, salto de conejo o curación, sólo por mencionar algunas. Estás eran de ayuda cuando peleaban contra enemigos fuertes, iban de exploración a templos o había una emergencia.

Sin dudas Adrian era alguien muy inteligente por la transformación y creación de cada una de ellas.

Pero el día en que podía no hacerlas se encontraba ahí, y eso le llenaba de intriga al ojos lila, una persona muy curiosa a decir verdad, pero en realidad ¿A quien no le interesaría saber?

—Oye ¿Y qué estás haciendo? —le preguntó acercándose lo suficiente pero respetando el espacio que tenía que haber por si era algo peligroso, incluso si no lo era, nunca se sabía.

—Aahm, digamos que no es algo que pueda servir más que por diversión, estoy avanzando lento pero seguro —decía mientras anotaba un par de cosas en un cuaderno que tenía más textos y un par de dibujos a los ojos de Duxo, representaciones a los ojos de Adrian.

—Okey, señor misterioso, pero puedes decir más específicamente ¿Qué es? Sé guardar secretos si eso es los que es —siguió insistiendo, si que era muy terco.

El castaño lo pensó por un momento, pero después decidió acceder; no era tanto un secreto pero tampoco sería tan relevante, si no hubiera sido por él.

—Bueno, pues digamos que sí te tomas esto —le dijo mientras movía lentamente la botella en donde estaba el líquido, el cual era cercano a un color naranja —podrías ser un híbrido por cierto tiempo.

—¿Un qué?

—Eehm ¿Un animal antropomórfico? —dijo intentando acercase a la comprensión que tenía el pelinegro.

Pero este solo alzó los hombros aún sin entender del todo. Al saber lo que tendría que decir ahora para que lo entendiera soltó un suspiro.

—Un furro básicamente.

—¡Oh!

—Pero la palabra híbrido se refiere a la unión de dos componentes de especies distintas, los furros son más por una afición, para que lo tengas en tu mini diccionario cerebral —dijo volviendo a lo que estaba haciendo.

—¿Y en qué tipo de animal lo estás haciendo? —preguntó con más curiosidad que antes.

—Pues, tome ADN del gato de Tomy como referencia.

—¿Tomy lo sabe?

—En realidad no, pero no fue de mayor importancia, sólo un poco de saliva —dijo sin darle mucho interés.

El castaño siguió en lo suyo mientras que Duxo pensaba en algo más para preguntarle, se oía muy interesante y curioso, aunque seguramente lo molestaría si hacía muchas preguntas, pero al final de cuentas eso era parte de su personalidad, ser un fastidioso de mierda para los demás.

—Y... ¿Ya lo terminaste?

—Sólo una botella, o sea una dosis, la hice desde ayer pero no sé si hacer mas, ni siquiera he probado si funciona —dijo poniendo apoyando un lado de su cara en su mano que a su vez se apoyaba en la mesa.

—Si quieres puedo ayudarte a ver.

—¿Te lo vas a tomar para verificarlo?

—No, yo paso de ser un furro —¿Por qué no lo veía venir? —mas bien te ayudaría a qué alguien mas se lo tomara.

—No lo sé, Duxo —dijo pensándolo, podía ser un riesgo muy grande, aunque de igual forma tendría que probarlo eventualmente.

—Vamos Adrian ¿No confías en ti?

—... Me estás aplicando un método de manipulación, no soy tan tarado.

El amante de las palomas emitió un sonido de disgusto, que fuera tan inteligente no siempre era una ventaja.

—Que lástima Adrian, sinceramente hubiera sido una buena broma... —el mencionada en realidad no había escuchado lo último dicho, pero no quería estresarse por manipulaciones ni quería llegar a los chantajes.

—Está bien, pero procura que no se lo acabe —le entrego la botella que contenía el líquido, el recipiente se podía hacer pasar por una bebida común y corriente, pues era solo una botella alargada como un pequeño prisma rectangular con su respectivo corcho, nada extravagante ni que fuera señales de una poción.

Duxo la tomó entre sus manos y se despidió de manera fugaz para ir lo más pronto posible hacia la víctima de ese experimento.

Duxo la tomó entre sus manos y se despidió de manera fugaz para ir lo más pronto posible hacia la víctima de ese experimento

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