Vigésimo Cuarto Capítulo

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Martes, 9 de octubre del 2018, 22:00 hrs

A D R I E N

Antes de entender el concepto de enamorarse pensé que las parejas eran amigos que se entendían tan bien que decidían formar una familia. Luego crecí, aprendí sobre los tipos de amor, lo volátil que puede ser el amor romántico y lo doloroso que puede llegar a ser el proceso de enamorarse que empecé a creer que los amigos nunca podían enamorarse.

No tenía sentido. Si realmente amas a tu amigo o amiga no podrías gustar de ellos, si lo hacías significa que estabas dispuesto a que ellos sufrieran por ti o que tú sufrieras por ellos. Después, durante todo el proceso de divorcio de mis padres, noté que ellos se amaban, pero no se conocían, o en algún momento durante mi entrada a su vida dejaron de hacerlo.

Entonces cuando admití que me gustaba Debby, me asusté. Las parejas que me rodeaban fracasaron, o sufrieron estando juntos, así que el preadolescente Adrien pensó que amarla como algo más que amigos era condenar nuestra relación.

Y el Adrien que soy ahora aún pelea con esa conclusión. Porque ignorar mis sentimientos fue una mierda, pero enfrentarlos tampoco es fácil.

La amo, eso no me cuesta admitirlo, lo que es difícil es sentir que mi amor es suficiente para ella.

No sé como debería ser la relación perfecta, pero cuando se trata de ella siento que la cago constantemente.

Termino de acomodar el gorro para aplacar mi despeinado cabello despidiéndome de mi reflexivo reflejo. Necesito dejar de pensar en si soy lo suficiente para ella y solo enfocarme en hacer cosas que la hagan feliz, sí. Ese es mi plan.

Mamá no está, lo que sea que este haciendo lo agradezco, necesito tiempo para pensar en cómo salir de casa. Lo que concluí del viaje es que para mamá soy una representación de papá o de lo que ella era y no le gusta. No digo que no me ame, pero sé que no soy su persona favorita.

Alejarme, tal vez es lo que necesitamos. No lo sé.

Con las llaves y mi celular en el bolsillo, entro al garaje donde enciendo el auto para ir a la casa de la chica pelirroja que amo junto a música alta para acallar a mis ruidosos pensamientos.

Al llegar los sonidos del beat se vuelven murmullos. Espero en la esquina de la cuadra tal como ella lo pidió cuando terminó nuestra conversación por teléfono.

Debby y yo hablamos todo el tiempo por llamada, sin embargo, esta llamada fue diferente a las otras. No se trató del tiempo que hablamos sino lo que dijimos en este. Nos dimos cuenta que estábamos ambos huyendo de una conversación desde no el rol de amiga y amigo sino una conversación de personas que ya se confesaron que se gustan.

Ella me contó sobre todo lo que calló sobre sus padres todos estos años, yo le conté sobre todo lo que callé sobre mamá y mi falta de comunicación con papá. Al final al escuchar el silencio de la línea sabíamos que faltaba un tema más que hablar, dijimos que lo hablaríamos en persona.

Lo que ella no sabe es que antes de hacernos la pregunta existencial, le tengo una sorpresa.

—Adrien

—Rojita —la saludo sintiendo la calidez en mi cuerpo reaccionar a ella.

—¿A dónde vamos?

—Lejos de aquí.

El regreso más fuerte del beat silencia sus palabras, yo sonrío ante su suspiro, sabía que reaccionaría así. Durante el camino hacia la sorpresa, trato de no distraerme con sus resoplidos y miradas de reojo. Para cuando pasamos treinta minutos de silencio lleno de beats electrónicos llegamos a mi sorpresa.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2022 ⏰

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